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¿Qué Es El Dinero Y Cómo Fijamos El Valor De Las Cosas?

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Cui Bono: Frase atribuida al político Romano Marco Tulio Cicerón y que significa ”Quién se beneficia”. Normalmente se aplica a situaciones donde para esclarecer la responsabilidad de un acto, se cuestiona quien se pueda beneficiar de su ocurrencia.

Hace un par de días tenía una conversación con un grupo de amigos sobre la Crisis Financiera Mundial, sobre las famosas subprime americanas y los rescates bancarios. Durante esta conversación ellos tomaron la posición que defiende la intervención del Estado para salvar los ahorros mientras que yo intentaba explicarles por qué eso no tiene sentido, pues el salvar los ahorros significaba castigar a toda la sociedad mientras que el gobierno asumiría -a costillas de los impuestos de los ciudadanos- la recuperación de un dinero que no había sido robado sino que había sido mal invertido y por tanto, perdido. Lo que más me llamo la atención es que ellos -como muchísima gente- no entienden qué es el dinero, ni su diferencia con el valor de las cosas; y por tanto la dimensión completa del problema se les escapa.

Te voy a pedir que me hagas un favor, saca un billete de tu billetera, el de más alta denominación que tengas, e imagina que no tiene impreso nada, ningún valor, palabra, sistema de seguridad o color. Ahora te pregunto, ¿cuánto pagarías por ese pedazo de papel en blanco? Muy probablemente me dirías que nada.

Y entonces, ¿por qué ese sencillo cambio en la presentación del papel significa tanto cambio? ¿Es que acaso la tinta que utilizamos en él es tan valiosa? Definitivamente no lo suficiente. La verdadera razón para que le asignemos ese valor es por lo que representa para nosotros. El dinero es un instrumento de transferencia que surgió en la antigüedad para facilitar la actividad comercial. El comercio más básico de la humanidad fue el trueque, pero, aunque este fue posible en sociedades extremadamente básicas, con el incremento en la complejidad y necesidades del hombre se requirió de un instrumento que facilitase las transacciones.

Imaginemos por un momento un mundo sin dinero, imaginemos que tú produces cabillas pero necesitas comprar 2 kg azúcar. Primero, deberás conseguir un productor de azúcar que esté dispuesto a intercambiar su producto por cabillas, o, si no quiere cabillas, averiguar qué producto necesita y buscar un proveedor dispuesto a intercambiar contigo hasta que consigas lo que requieres. Segundo deberás pasar por un laborioso proceso para determinar a qué tasa de cambio intercambiarás tus cabillas con cualquier otro producto para poder conseguir lo que buscas. El dinero facilita precisamente ese proceso de intercambio pues su función es servir de instrumento de intercambio común para todos los bienes. Es así que todos nuestros cálculos económicos se realizan en función a una tasa fijada en base al patrón moneda establecido.

Para que el dinero exista deben existir algunas otras cosas primero. No tendría sentido tener este sistema de intercambio si no tenemos nada que intercambiar, por tanto, antes que el dinero necesitamos productos y antes que ellos sus procesos productivos, con todos sus requerimientos. Pero incluso antes que los productos, necesitamos una demanda. La demanda es la necesidad en el mercado de un producto para satisfacer una necesidad. Esto significa que para que exista demanda tiene que haber gente requiriendo un producto. A medida que mayor es el número de gente buscando un producto, en la misma medida se incrementa la demanda. Por lo tanto, el valor de un producto es determinado por el mercado, o lo que es lo mismo, por nosotros los ciudadanos. Mientras menor se hace la demanda, o mayor la oferta de un producto, en la misma medida se reduce su valor en el mercado. A esto lo conocemos como ley de oferta y demanda.

El Dinero y Su Valor

Hasta hace aproximadamente 50 años, el volumen de dinero circulante se encontraba limitado y respaldado por reservas de metales preciosos, garantizando de esta manera que su valor se mantuviese constante con respecto a un patrón fijo determinado; pero desde 1971 esta práctica fue puesta en desuso por los gobiernos. Increíblemente el primer gobierno en aplicar una medida como esta, a mediados del siglo XX, fue EEUU. Esta práctica fue posteriormente adoptada a nivel mundial. De esta manera se les permitía a los gobiernos la posibilidad de imprimir papel moneda a su antojo, y determinar el valor del dinero por decreto y con soporte en deuda gubernamental pagadera en base a la recaudación de impuestos. Lo que es lo mismo: el gobierno respalda el dinero en una futura producción incierta, a esto se le llama dinero fiat.

Esta nueva facultad, permite a los gobiernos emitir moneda para cubrir sus gastos, a costilla del esfuerzo de los ciudadanos. Con este dinero los políticos financian obras y programas sociales para sus campañas políticas, que cuando fracasan quedan como deudas por pagar para toda la ciudadanía.

El Valor de Las Cosas

Pero bueno, eso es cómo se determina el valor del dinero y mis amigos estaban más confundidos sobre el valor de las cosas y su relación con el dinero. Este amigo mío argumentaba que el gobierno debía intervenir los bancos para salvar el dinero de los ahorristas. Lo que él no ve es que ese dinero ya no está allí.

Cuando los bancos decidieron comprar papeles de las deudas subprime, lo que verdaderamente estaban comprando era un documento respaldado por unos activos inmobiliarios en EEUU sobre los cuales pesaba una deuda que ciertos compradores debían pagar. Como ya te explique anteriormente, el valor de las cosas -incluyendo los activos inmobiliarios- lo determina la demanda de los mismos. En este caso, debido a una manipulación de las tasa de interés por parte del GOBIERNO de los Estados Unidos con la intención de estimular artificialmente el mercado, la gente se volcó a comprar propiedades. Esta demanda de propiedades principales y de inversión, se desató de tal manera que generó una reacción de sobreproducción por parte de los constructores, hasta el punto que no solo la demanda quedó satisfecha sino que, además, se sobrepasó la misma dejando el mercado sobre abastecido y por tanto, provocando una pérdida de valor de las propiedades -pues la GENTE no las apreciaba igual que antes-.

Los compradores de las casas, con poca capacidad de pago, se encontraron en posesión de propiedades que ahora valían menos que cuando las habían comprado y las entregaron a los bancos, para quienes esto representaba inmediatamente una pérdida que los conduciría a la quiebra. Esto quiere decir que el valor del dinero de los ahorristas -que los bancos habían puesto en la compra de estos papeles de deuda- se había perdido, pues el mercado ya no consideraba valiosos los activos inmobiliarios en los que había sido invertido.

Ante esta circunstancia -y en detrimento de los ciudadanos- los gobiernos decidieron salvar a los bancos que sufrían de esta situación, para lo cual tuvieron que recurrir a la impresión de dinero fiat. Si, de ese que se paga con impuestos. Esto quiere decir que los ciudadanos comunes -no responsables de la situación planteada- serían los que tendrían que pagar por los errores políticos y financieros de unas élites. El dinero fiat tiene otro problema; al no estar respaldado por ningún activo en particular, este depende del grado de confianza del mercado que lo usa.

Cuando los activos inmobiliarios en EEUU se desplomaron en su valor, arrastraron consigo la confianza del mercado mundial en el mercado americano y en su capacidad para reaccionar ante la situación, lo que empeoro a su vez la valoración del dólar americano. Adicionalmente, cuando los mercados -para rescatar bancos y otras empresas- imprimieron dólares y euros (imprimieron deuda pagadera con impuestos), incrementaron la oferta monetaria forzando aún más la pérdida de valor en sus moneda e introduciendo aún mayor desconfianza en los mercados y retrasando cualquier esperanza de recuperación.

Lo que mi amigo no entiende es que el dinero que él pretende recuperar con la intervención gubernamental, pasó de manos, y lo que los ahorristas verdaderamente poseen son papeles de una deuda sobre unas casas que nadie va a pagar. Si bien es cierto que algunos banqueros se vieron envueltos en circunstancias truculentas con respecto a esto y muy probablemente deban ser castigados; también es cierto que el dinero ya se ha perdido y no existe manera real de rescatarlo, salvo volver a producir riqueza. La otra opción es una salida de escape para banqueros, empresarios ineficientes y principalmente POLITICOS que quieren encubrir sus marramuncias.

Recuerda, un GOBIERNO fue quien manipuló la economía con las tasas de interés (podríamos teorizar las razones y muy seguramente siempre llegaríamos a la conclusión de que lo hicieron para favorecer a algún político). Los GOBIERNO fueron quienes luego rescataron a los bancos y fueron los GOBIERNOS quienes luego le pasaron la factura a los ciudadanos. Todo porque ellos son quienes artificialmente manejan el valor del dinero.

Y entonces, Cui Bono

 

Por: Julio Pieraldi  |  Foto: foxnews.com

Julio Pieraldi

Julio Pieraldi

Venezolano, Ingeniero, Liberal y defensor acerrimo del Libre mercado. Adversarion del Colectivismo en todas sus facetas y de aquellos que pretenden hacernos creer en seres humanos ideales y sueños paradisíacos. No hay NADA gratis en la vida

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