Desde la llegada del chavismo al poder en 1998, se ha discutido el papel de la institución militar venezolana en el proceso de destrucción de la democracia y la instauración de un régimen socialista. Para los venezolanos no es extraño observar en su historia como la institución castrense representaba un obstáculo para construir una sociedad civil libre, entre golpes de Estado y dictaduras militares -casi una norma en América Latina-, pero la situación venezolana ha cambiado en ciertos niveles, constituyendo un desmantelamiento de la institución militar.
Para entender cómo Cuba mediante el chavismo controla el país, la forma en que gestiona los problemas y divide el territorio nacional bajo grupos adeptos al socialismo, debemos observar precedentes que den base al análisis.
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La purga
La Venezuela de la década de los noventa era un país profundamente decepcionado con su sistema democrático, las políticas públicas expansionistas e irresponsables de los gobiernos democráticos habían convertido al Estado venezolano en un gran monstruo burocrático, ante este escenario la figura militar de Hugo Chávez despertó entusiasmo en la población, el mismo hombre que asesinó e intentó derrocar en dos intentos al gobierno democrático de Carlos Andrés Pérez.
Muchos podrían asumir con esta historia que la llegada del chavismo al poder significa que el régimen que se instaló en Venezuela sería manejado bajo un control militar tradicional, como las dictaduras del hemisferio durante todo el siglo XX, pero no. El régimen chavista en el momento de asumir el poder comenzó un proceso que le permitirá purgar las fuerzas armadas y crear los denominados “círculos bolivarianos”, que le permitirá tener un control social efectivo en las ciudades frente a las acciones de la policía y militares, esto se evidenció durante los sucesos de abril de 2002, cuando el régimen chavista utiliza los grupos armados del partido para enfrentarse a la policía metropolitana y a las fuerzas militares, ¿Resultado? La persecución y desmantelamiento de la policía metropolitana con los casos Henry Vivas, Lázaro Forero, Iván Simonovis, Erasmo Bolívar, Julio Ramón Rodríguez y Luis Enrique Molina.
Las fuerzas armadas serían atacadas posteriormente por el chavismo, al representar una amenaza para su poder, ya que fueron las fuerzas armadas quienes solicitaron la renuncia de Hugo Chávez ante el asesinato de civiles por parte de los círculos bolivarianos. En la lista negra del chavismo estarán los Generales de división Efraín Vásquez (Ej) y Pedro Pereira (Av), vicealmirante Héctor Ramírez y contralmirante Daniel Comisso.
La infiltración
Aunque Venezuela se ha convertido en el centro de operaciones de todo el eje del mal en Latinoamérica, no es el origen de los planes denominación hemisférica, el Partido Comunista de Cuba es quien dirige desde La Habana, utilizando el territorio venezolano como colonia de un imperio comunista.
Las Fuerzas Armadas venezolanas han sido completamente tomadas por fuerzas cubanas, no existe independencia real ante lo que significa un control político de la situación de parte del régimen de la isla, existen diversas denuncias registradas a lo largo de los años de cómo los cubanos forman parte activa de las decisiones militares en Venezuela. Tamara Suju, quien es la directora ejecutiva del Instituto Casla, denunció a principios de 2021 como oficiales iraníes y cubanos controlan a los militares venezolanos para manipular y controlar a la población. Durante 2019 se sumaron como parte de la cooperación entre Caracas y Pekín, más de 120 soldados del Ejército Popular de Liberación de China, semanas después de la llegada de tropas rusas al territorio para instalar cuerpos de entrenamiento.
El control cubano comienza desde Miraflores, donde el general cubano Herminio Hernández Rodríguez controla directamente el servicio de inteligencia bolivariano, SEBIN. La agencia de contrainteligencia de Cuba controla instalaciones militares, entre más de 3,500 agentes cubanos asignados a Venezuela, cifras extraoficiales estiman que el número de efectivos militares puede llegar a los 100,000 como parte de la reserva, dejando a Venezuela como un país ocupado. A este número de agentes externos que manejan las FF.AA, se le ha dado la función de vigilar cualquier acción subversiva contra el régimen, así se ve reflejado en el número de militares detenidos por razones políticas en Venezuela de 152 detenidos.
El brazo armado del partido
¿Cómo hace el régimen para llevar sus acciones sin necesidad de una fuerza armada profesional? El régimen chavista ha construido un brazo armado propio, el partido convertido en milicia armada. Una práctica que le ha permitido permear extraoficialmente cada aspecto político y social del país, desde los centros de votación, mercados de comida y control territorial de las zonas marginadas del país.
La estructura criminal que representa el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), quien lo define como el “pueblo en armas”, aunque se ha subestimado la naturaleza de este grupo armado por estar conformado por personas no aptas, incluido de la tercera edad, las milicias representan un peligro. Nicolas Maduro asegura que tiene como meta alcanzar el millón de miembros, para aumentar el control territorial de este grupo armado.
Estos grupos sirven para introducir al partido en empresas, ministerios, sectores marginados, universidades, entre otros sectores que las FF.AA no se han involucrado tan a fondo. Las milicias representan el brazo armado del socialismo, permitiendo tener un control social importante cuando se habla de movilización de la población, controlando extensas zonas urbanas para evitar cualquier movimiento rebelde.
El Estado Fallido
El chavismo reniega de las formas tradicionales de control social, rechaza la idea de un control estatal como lo podríamos observar en la historia militarista de América Latina. Mediante la infiltración, sabotaje y politización de las FF.AA el chavismo ha logrado desmantelar la institución militar, para sustituir el control territorial, por “caudillos” criminales encabezados por pandillas, guerrillas, paramilitares y fuerzas externas.
Venezuela es un Estado fallido, diseñado desde la dictadura para obstaculizar cualquier movimiento interno y externo para lograr una ruptura definitiva con el sistema, un caos planificado, como bien explicó el economista austriaco Ludwig von Mises. La dictadura venezolana ha financiado, apoyado y promovido grupos armados para crear las condiciones para hacer imposible una transición pacífica, el Estado fallido es en consecuencia la forma de evitar cualquier acción contra la dictadura, temiendo tener un país ingobernable, un arma de doble filo.