Han sido muchas las ventanas de oportunidad de cambio que han surgido en 20 años bajo el régimen comunista. La más recordada en años recientes fue quizá la que abrieron las protestas y plebiscito de 2017, que culminaron en la nada gracias a que la MUD decidió que era más importante ir a elecciones regionales.
La de este año ha sido una oportunidad única. Nunca el país había llegado tan lejos en su posible transición hacia la libertad. Lamentablemente, la nueva ventana se cierra con cada día que pasa, y el cierre se acelera cada vez que el ahora Frente Amplio toma una de sus decisiones «tácticas».
Han decidido mantener una línea anti-intervención que descarta de plano la posibilidad de sacar a Maduro por la fuerza. Propuestas no han faltado: el Plan Jaque Mate de Azpúrua fue ignorado por la misma dirigencia política, entre abrazos y loas al chavismo «originario» y una campaña electoral sin «rumbo».
Sumada a la retórica anti-intervención, el discurso de Juan Guaidó ha estado marcado por un elemento clave: la defensa a ultranza no solo del socialismo, sino del padre de la tiranía venezolana, Hugo Chávez.
Que Juan Guaidó defienda el socialismo como modelo mientras Estados Unidos habla de libre mercado y de la necesidad de convertir a América en el primer continente libre de ese sistema da un mensaje claro.
Que Juan Guaidó se reúna con la Internacional Socialista mientras no dedica ni siquiera una palabra al gobierno de Donald Trump, que le ha ofrecido apoyo incondicional, tiene un mensaje claro.
Que Juan Guaidó abrace al chavismo originario mientras olvida a los más de 300 militares que desertaron en apoyo a su gobierno es claro.
El presidente encargado rechaza abiertamente tanto la ideología como la apertura a una eventual intervención de Estados Unidos, un país cuyo apoyo es clave para lograr una transición.
Atacan a las voces críticas en la oposición, pero se acercan a un sector del chavismo también responsable de asesinatos, torturas y el colapso económico.
Juan Guaidó está en campaña electoral en un país donde ni siquiera están garantizadas elecciones libres. Y el discurso del Frente Amplio apunta a apoyar elecciones con el mismo Maduro, siendo un delincuente con cuentas pendientes con la justicia internacional.
De forma abierta y deliberada, están cerrando otra ventana de oportunidad de cambio. Esperemos que aún no sea demasiado tarde.
Por: Vanessa Novoa