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El Retorno De Los Buenos

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– ¿Regresarías a Venezuela?
– «No, todavía no. Tiene que haber un cambio real y condiciones mínimas.»

Perfecto, suena lógico, pero… ¡Un momento! ¿Y quién nos va a garantizar ese cambio? ¿De quiénes vamos a esperar esas «condiciones mínimas»? ¿De los mismos políticos de siempre?


Veamos…

Yo sé que creímos estar solos, lo sentimos por muchos años, pero ¿saben qué? Ya no más.
Nos ganamos el apoyo de más de 50 países y mejor aún: de los Estados Unidos.

Sí, ¡nos ganamos!
No ha sido gracias a lo mal que lo ha hecho el chavismo, ni -mucho menos- gracias a la falsa oposición. Ha sido a pesar de ellos que hoy tenemos otra oportunidad para reconstruir la casa y fundar la nueva República sobre los escombros de la peor crisis causada por el hombre: el socialismo.


Y si no fueron ellos, entonces ¿quiénes?

Pensemos en cómo el mundo se fue enterando de nuestra realidad…

El venezolano al que -sirviendo una mesa- le preguntan «¿De dónde eres?» y al responder «Venezuela» ha tenido que echar el cuento de qué pasa en nuestro país. La venezolana que trabaja en una oficina y que le ha explicado a sus compañeros de trabajo en la hora del almuerzo lo que se vive en Venezuela.

El pana y la señora que hacen Uber, que han tenido que repetir durante 12 horas la misma historia a todos los pasajeros que les preguntan sobre Venezuela y sienten esa necesidad de contar los hechos, como buscando aliados. El emprendedor que -en el exterior- ha terminado conversando con sus nuevos socios sobre cómo en Venezuela es imposible hacer negocios y de todas las empresas que cerraron y se robaron los socialistas.

Esos caminantes que -atravesando fronteras a pie, descalzos- han dejado en evidencia el desespero al que se puede llegar viviendo en Venezuela y -ni hablar- del venezolano que -desde adentro- salva sus megas para compartir con su familia y amigos en el exterior, una foto, un video, un audio o una noticia sobre la tragedia que se vive dentro del país. El «guerrero del teclado» que no para de escribir desde adentro y desde afuera, «los radicales» que no han cedido en su posición; todos hemos sido embajadores de la triste realidad que significa: vivir en el país más socialista del mundo.

Repito: nos hemos ganado esto a pesar del chavismo y de «la oposición».


Alguien tiene que hacerlo…

Yo sé que en este punto dirás que «ya sabes para dónde voy con esto» y pensarás: “Pero si yo he hecho mi vida afuera ya, ¿cómo me voy a regresar?»
Yo también la he hecho, y aunque solo tengo 4 años en el exilio, no tengo casa ni hijos yendo a la escuela, cuando me preguntan “¿Regresarías?” respondo de golpe “¡No aún!”. Y no es porque no quiera, sino porque no quiero que las cosas me salgan mal.

Luego pienso… «Pero si ya esta bueno de la era de los peores ciudadanos, del chavismo y de la falsa oposición». Si digo que «quiero ser parte del cambio y un país diferente». Si luego recuerdo que «este apoyo internacional nos lo hemos ganado con trabajo duro y buen comportamiento» y veo cómo todos los países que nos han recibido, nos mencionan lo que somos capaces de hacer en libertad y quieren vernos hacerlo en Venezuela.

Es justo entonces cuando reflexiono:
¿Y quién me da va dar el país que yo quiero? ¿De quién debo esperar esas «condiciones mínimas»?


¡Nuestro turno al bate!

Los países más poderosos del mundo están haciendo su parte dejándonos «las bases llenas». Nos tocará a nosotros sacarla de «home run».

Donde quiera que estés, esta es una invitación a reflexionar, a pensar sobre quiénes y porqué deberíamos considerar el retorno a la patria; desde la perspectiva republicana.


¿Y por qué nosotros? ¿Por qué volver?

Yo no voy a tratar de chantajearte con la «filosofía del deber», pues yo soy libertario y defiendo que un hombre libre solo tiene deberes con las responsabilidades que asume como propias.

Pero, ¿Tendremos -los venezolanos- que asumir la responsabilidad de ser libres? ¿Tendremos que asumir el compromiso de reconstruir nuestra casa, la República? Si la respuesta es «sí», entonces tendríamos un deber con nosotros mismos, y es ahí donde Venezuela necesitaría -y vería hacerse realidad- lo que yo llamo: el retorno de los buenos.


El retorno de los buenos

Suena a «suicidio» el regresar a un país destruido por la izquierda. Suena a «echar para atrás».

La razón nos dice que -para regresar- necesitamos condiciones mínimas. ¿Y cuáles son? La justicia tiene que ser implacable, las libertades tienen que ser plenas y el gobierno debe ser limitado. Es sobre estos principios como se reconstruye una república, un país de primer mundo.

¿Las repetimos? Justicia implacable, libertades plenas y gobierno limitado.

¿Y quién nos va a garantizar esto? ¡Nadie! Por esto también hay que trabajar, para que no nos vuelva a pasar lo mismo nunca más.

Es por eso que la reconstrucción de la República necesita al venezolano que hoy está atendiendo una mesa, ese que aprendió a hablar dos y hasta 4 idiomas más. Es por eso que se necesita a la venezolana que trabaja en la oficina de una empresa privada y sabe cómo resolver problemas de primer mundo.

Es por eso que esa Venezuela diferente necesita a los que durante 12 horas manejan un carro mientras piensan en volver a tener negocio propio. La reconstrucción del país necesitará a ese emprendedor honesto que siempre habla de Venezuela como queriendo volver a apostarle, pero en una economía de libre mercado.

Para lograr esas condiciones mínimas -mis panas- Venezuela necesita al venezolano que está adentro y que nunca se quedó callado, para que sea el que denuncie las injusticias. Necesita al «guerrero del teclado» para que escriba las nuevas leyes, las noticias de una Venezuela libre. Necesita a «los radicales» que nunca cedieron en su posición, para que sean los que hagan cumplir esa justicia implacable.

La reconstrucción de Venezuela necesita al que pudo ahorrar dinero, al que trabaja duro, al que habla dos idiomas, al que habla tres, al que los habla todos, para que sean estos quienes reciban a esa gran cantidad de gente que vendrá a Venezuela cuando nosotros refundemos la República. Necesita al que sabe cómo hacer negocios en otros países, al que sabe como importar y exportar productos, al que ha comprobado que el capitalismo sí funciona.

Pero para ver ese sueño hecho realidad de la Venezuela libre, productiva, con justicia implacable, mercados libres y gobierno limitado, se requiere de una cosa primero…

El retorno de los buenos.

 

Por: José Miguel

Jose Miguel

Jose Miguel

Antes de conquistar el poder, debemos conquistar los medios, por eso fundé esta revista y no un movimiento estudiantil. Esta es mi cuenta de Twitter @JP7___

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