Explotó la bomba.
Un artículo del PanAm Post escrito por el periodista Orlando Avendaño cuenta -con lujos y detalles- la turbia historia sobre los militares venezolanos sublevados y la ayuda humanitaria para Venezuela, estancada en Cúcuta.
Enviados de @jguaido se apropian de fondos para ayuda humanitaria en #Colombiahttps://t.co/ogb0phwwMj Por @OrlvndoA #14Jun
— PanAm Post Español (@PanAmPost_es) 14 de junio de 2019
Ya se imaginarán, corrupción, corrupción y más corrupción.
Este artículo lo escribo desde la más profunda indignación; indignación que cualquier venezolano debe estar sintiendo después de leer la información publicada por Avendaño sobre los militantes de Voluntad Popular, Kevin Rojas y Rossana Barrera, quienes destacan en el acto de corrupción.
No solo se trata de lo que les prometieron a los militares sublevados por las fechas del 23 de febrero. Los desertores fueron aplaudidos, para luego dejarlos en el abandono, sin un lugar donde dormir, ni ellos ni sus familiares. Lo más grave de la gestión de los enviados de Juan Guaidó es que los fondos de la Ayuda Humanitaria que se debían destinar para pagar el hospedaje y la comida de los militares, fueron malversados.
Yo pienso: qué pena con Colombia y qué pena con el Presidente Duque y todo el esfuerzo que el hermano país puso para ayudarnos en medio de esta tragedia, ¿Con qué cara verá Guaidó a Duque la próxima vez?
Luego de explotada la bomba, no se hicieron esperar las reacciones. Casi inmediatamente después de publicado el artículo, Almagro exigió claridad y que se investigara este oscuro hecho ocurrido en Cúcuta por y bajo la mirada ¿permisiva? de enviados del presidente Guaidó.
Solicitamos a jurisdicción competente investigación esclarecedora de graves cargos aquí formulados, determinar responsabilidades y exigir rendición de cuentas. No hay democratización posible bajo la opacidad de actos de corrupción. https://t.co/3P9y5G75lI
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) 14 de junio de 2019
Pocas horas después, el embajador venezolano en Colombia -designado por la administración de Guaidó- Humberto Calderón Berti, hizo unos cuantos tweets referentes al artículo. El que más llamó mi atención fue uno donde el embajador afirmaba que la investigación sobre el caso se venía haciendo “desde hace tiempo” y que la información se está auditando. Él mismo dice en el tweet que el tema debe manejarse “con claridad y sin esconder nada”
De está investigando desde hace tiempo. Hubo que recabar información y ahora se está auditando. Estos temas se deben manejar con seriedad y profesionalismo. Sin esconder nada. https://t.co/PFqc0sKgUw
— Humberto Calderón B. (@calderonberti) 15 de junio de 2019
Touché, embajador, no se debió esconder nada.
A cualquier persona honesta y con criterio le surgiría una duda: Si desde hace más de 30 días se tenía esta información, se sabía de la las maniobras corruptas de Rossana Barrera ¿Por qué no se le dijo al país? ¿Por qué esperar a que Don Luis Almagro exigiera claridad? ¿Por qué no hacer algún tipo de pronunciamiento antes de que explotara la bomba? Si se condena una y otra vez la corrupción del chavismo entonces, ¿Por qué no hacerlo cuando los implicados en estos hechos de corrupción forman parte de los partidos políticos de “la oposición”? ¿Qué más se esconde?
Hay quienes confían en la intachable carrera de Calderón Berti y dicen que este llevará las investigaciones con transparencia. Con lo expuesto en el párrafo de arriba, para mí, los tweets no fueron más que de control de daños, ante la terrible acusación a uno de los enviados de Guaidó.
Ahora, la pregunta que todo venezolano honrado debería hacerse: ¿Hay alguna diferencia moral entre quienes malversaron los fondos para la ayuda humanitaria y el chavismo? ¡No la hay! Ambos son criminales.
Lo que más indigna de todo este caso es que, mientras todos estos turbios hechos sucedían en Cúcuta, en Venezuela hay niños con cuadros severos de desnutrición, hay personas buscando que comer de la basura o esperando que los árboles den su fruto para poder comer aunque sea una vez al día y hay pacientes muriendo, esperando medicinas que nunca llegan.
Ojalá las investigaciones se den, no se esconda nada, se conozca cuál fue el nivel de responsabilidad de cada quién en este caso y no quede todo en “después veremos”, como con el caso Odebrecht que también involucraba a reconocidos “opositores”.
Así como no perdonaré jamás al chavismo, tampoco perdonaré, nunca, a quienes se prestaron para esto.
Por: Bárbara De Jesus