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Una opinión Anarcocapitalista sobre la pandemia del Coronavirus

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El coronavirus nos ha tomado por sorpresa, una nueva pandemia con la que tenemos que lidiar. Creo que podemos hacerlo, by the way, porque como seres humanos hemos aguantado pandemias peores. Pero no estamos aquí para hablar de las capacidades biológicas que tenemos a favor en estas circunstancias, sino de las complejidades políticas y económicas que sobrevienen.


En primer lugar, estas pandemias son la excusa perfecta que tienen los gobiernos para desatar sus tentáculos interventores. Ya lo estamos viendo por todos lados, a todas las autoridades de todos los países, cerrando fronteras, racionando productos en los mercados, regulando precios y viendo fracasar sus medidas ante las realidades del mercado y la desesperación de la gente, que se pasa toda norma por el forro.


«Estas pandemias son la excusa perfecta que tienen los gobiernos para desatar sus tentáculos interventores»Nixon Piñango

Y es que hay cosas que no tienen sentido. ¿Ha servido de algo, por ejemplo, cerrar las fronteras para evitar que se propague el virus? No. Todo el mundo suspendió vuelos directos desde y hacia China e igual el virus salió de allí. Ahora están suspendiendo los vuelos desde y hacia Europa y tampoco está sirviendo de nada. El virus ya está esparcido por todo el planeta.

¿Pero por qué cerrar las fronteras no es lo más funcional para contener un virus? Porque es imposible hacer un bloqueo total. Las migraciones son un proceso complicado que depende de la propia gente y de los perspicaz que ésta sea para moverse de un lado a otro. Cómo dicen por ahí, cierra una puerta y se abrirá una ventana.

Tenemos que vernos en el fracasado espejo de China. En ese país, concretamente en la ciudad de Wuhan (donde se cree que se originó el virus), hubo un aislamiento masivo y arbitrario. Hay videos que se propagaron en su momento que mostraban los atropellos que cometía la tiranía china, usando a su policía política como brazo ejecutor, para encerrar a la gente en su casa, ingresarla por la fuerza en un hospital o incluso maltratarla y multarla si andaban por las calles cuando debían estar en cuarentena.



Estos bloqueos sólo crean más problemas, además afectan mucho a la economía global porque crean un clima de crispación y ansiedad. Pero, Nixon (preguntarán)…, ¿Debemos dejar que todo el mundo entre y salga alegremente? Una cosa es tomar medidas de seguridad, dotar a los aeropuertos y pasos fronterizos de ciertos protocolos sanitarios y otra cosa es tratar a las personas como si fueran cerdos hacinados en un corral.

Hay que entender el funcionamiento realista de las sociedades: el propio miedo ha sido un regulador de la actividad, no han hecho falta ordenanzas para que la gente, por sí misma, trate de informarse sobre las medidas a tomar en un caso como éste y tome la iniciativa de suspender viajes y mantenerse en casa, siempre que pueda, hasta que los picos de contagios bajen.

De hecho, puedo contar una anécdota personal: la empresa donde trabajo, mucho antes de que el gobierno uruguayo decretara el Estado de Emergencia, tomó medidas preventivas… Se armó un equipo de limpieza que cada hora está pendiente de mantener todos los puestos de trabajo desinfectados, se hicieron además listas de personas que van a empezar a mandar a sus casas para que hagan las labores a través de teletrabajo, entre muchas otras cosas…


La pandemia de la insensatez 

No creo que tenga que enseñarle a la gente que nos lee que el mercado fija los precios en un función de la oferta y la demanda, pero en el caso de que estés leyendo y no te hayas enterado de esto, es bueno que sepas que en un entorno donde la oferta de un producto se mantiene y su demanda aumenta vertiginosamente, lo mismo pasa con su precio.


«En un entorno donde la oferta de un producto se mantiene y su demanda aumenta vertiginosamente, lo mismo pasa con su precio.»Nixon Piñango

Esto pasa porque se crea a futuro una oportunidad de negocio y el empresario necesita más capital para aumentar la producción del bien en contraprestación a la escasez que esa demanda creciente está generando. Economía básica de liceo (ni siquiera de universidad).

Es por eso que aquel izquierdoso que viene y te dice: «los dueños de las farmacias se están aprovechando de esto para hacer dinero, son unos sucios e inmorales», no tiene la razón y más bien está atacando al proceso natural que favorece al hecho de que tengamos disponibles mascarillas, desinfectantes y todas esas cosas que la gente está comprando compulsivamente en los mercados a causa del pánico.

Es un debate que ha estado muy álgido en estas últimas horas en Venezuela, donde los fantasmas del viejo socialismo parecen no haber desaparecido: todo el mundo acusando a empresas como Farmatodo y a Locatel de usureras, cuando la realidad es que lo que están haciendo ni tiene que ver con la usura, ni es algo malo per se. Simplemente están aplicando el principio que expliqué anteriormente, aunque también es verdad que Venezuela existe un entorno económico bastante desagradable para la inversión, por eso allí no hay una calidad de competencia eficiente que mantenga los precios en un margen accesible para todo el mundo.



Por Nixon Piñango.

Nixon Piñango

Nixon Piñango

Periodista y escribidor. Artista de vez en cuando pero no perroflauta. Liberal de verdad.

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