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Capitalismo Y Mercantilismo No Son Lo Mismo, ¿Por Qué?

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Cui Bono: Frase atribuida al político Romano Marco Tulio Cicerón y que significa ”Quién se beneficia”. Normalmente se aplica a situaciones donde para esclarecer la responsabilidad de un acto, se cuestiona quien se pueda beneficiar de su ocurrencia.

En la entrega pasada te hable del Mercantilismo. Te mencioné que este es una doctrina que supone una economía con alta intervención del Estado y donde este otorga privilegios a algunos particulares, afines del gobierno, para la explotación de los recursos y el emprendimiento de empresas. También te comenté que en respuesta a este sistema de economía centralizada surgieron dos respuestas; la primera el Liberalismo, que proponía un sistema donde la intervención estatal se limitaba a la protección de los derechos de Vida, Propiedad y Libertad de los ciudadanos; y una segunda opción, representada por el socialismo, que, irónicamente, propone la sustitución de este sistema de economía centralizada por una aún peor, pues supone la total intervención del Estado en la economía y en la vida de los ciudadanos.

Increíblemente, a pesar de la oposición ideológica que enfrentaba, el Mercantilismo sobrevivió a los siglos XVIII y XIX. Y no solo sobrevivió sino que permaneció y permanece presente en diferentes grados en la economía mundial. Prueba irrefutable de esta aseveración son las economías de Latinoamérica. Solo basta echarles un ojo a algunos países de la zona para ver esto:

  • México: Empresas bajo control Estatal (Petroleras, Bancos, Comercializadoras, Aduanas, Salud, Educación…); protecciones arancelarias a productos agrícolas e industriales (evitado el ingreso de competidores que amenacen a los amigos del gobierno).
  • Venezuela (antes del socialismo): Empresas bajo control Estatal (Petroleras, Bancos, Comercializadoras, Aduanas, Salud, Educación, Minería, Acereras, Compañías de Servicios…); protecciones arancelarias a productos agrícolas e industriales (evitado el ingreso de competidores que amenacen a los amigos del gobierno), subvenciones a la producción, entre otros.

Incluso países más próximos al capitalismo en la región, sufren de este mal:

  • Chile: La empresa Codelco, la minera más importante de Chile es controlada enteramente por el Estado, así como la totalidad de la producción de cobre del país.

Pero este mal no se limita a Latinoamérica, incluso las economías más próximas al capitalismo sufren de algún grado de Mercantilismo:

  • Australia: El Estado es dueño de parte de Telstra (compañía de telecomunicaciones) y aplica leyes proteccionistas sobre el vino y algunos otros productos.
  • EEUU: Aplica políticas de protección arancelaria sobre su producción agraria. Durante la crisis Financiera más reciente, el gobierno impulsó paquetes de rescate para solo algunas de las organizaciones financieras afectadas. Existen paquetes de salvamento para las industrias Metalúrgica y Automotriz entre otras.
  • CEE: Aplica políticas de protección arancelaria sobre su producción agropecuaria e industrial. Al igual que en EEUU, la Comunidad Económica Europea ha creado paquetes de rescate para bancos, empresas y hasta países miembros (España, Irlanda, Portugal, Grecia). La misma existencia de la Comunidad es cuestionable pues se podría argumentar que su mera existencia responde más a un intento de proteger la producción interna de los países miembros que a establecer mercados libres.

Por favor, entendamos que cada país tiene una economía distinta y por tanto el grado de mercantilismo, socialismo o libre mercado presente es diferente al igual que lo son los resultados económicos que arrojan. Lo que siempre se mantiene invariable es que, a mayor libertad en el mercado, nos encontramos con unas economías más saludables y prósperas.

¿El libre mercado solo beneficia a los empresarios? No, esta es una de las ideas que los socialistas nos han impuesto a pensar. Esto lo lograron haciéndonos creer que Libre Mercado y Mercantilismo son la misma cosa.

En el Libre Mercado, el Estado no tiene poder alguno para afectar la economía y restringir el poder de decisión de los consumidores (valga acotar, todos nosotros). Esto es únicamente posible en el Mercantilismo y en el socialismo. Sin ese poder no se pueden limitar precios ni crear impuestos que favorezcan a algunos; ni reducir los permisos de explotación de cierto producto a solo unas pocas licencias para mantener a un mercado cautivo; ni crear aranceles que impidan el ingreso de competidores; ni tampoco expropiar empresas para ponerlas al control del gobierno; ni pare usted de contar. Y si ninguna de esas cosas se puede hacer, ningún empresario sanguijuela del Estado se puede beneficiar y por tanto ningún político puede comprar favores de ellos y a los primeros les tocara competir para ganar al mercado.

La naturaleza humana -y con esto no es que desee justificar pero si tratar de entender- tiende a buscar la resolución de los problemas de la manera más fácil; por tanto, la gran mayoría de los empresarios, trataran de ganar favores de los políticos de turno para así introducir regulaciones en la economía que los favorezcan y les eviten el tener que competir contra otros empresarios. Trataran que el gobierno, forcé de alguna manera al mercado a solo comprarles a ellos lo cual les dará poder sobre los precios y reducirá los requerimientos de calidad sobre sus productos. Por esta razón es que muchas veces en los países donde el Mercantilismo es rey, encontramos poca variedad de productos, de muy mala calidad y a precios exorbitantes en comparación con productos similares en países de economías más libres.

Estemos claros de algo: los empresarios no son socialistas. Ninguno de ellos quiere que sus empresas les sean expropiadas, salvo que ellos sean partícipes del gobierno (se han visto casos). Pero tampoco son Capitalistas (al menos no en su mayoría) pues el tener que competir les da como asco. Lo que muchos de ellos no toman en cuenta es que el Mercantilismo, si bien es defendido como política económica por un grupo de derecha conservadora (especialmente en Latinoamérica), es desde el siglo XIX, y bajo el auspicio de la socialdemocracia, el caballo de Troya que utilizan los socialistas en su camino al socialismo puro.

La socialdemocracia, por su parte, surgió como alternativa al socialismo revolucionario, proponiendo lograr los mismos objetivos de este último, mediante un proceso paulatino de reformas. Para los socialdemócratas, el Mercantilismo resulto ser un instrumento ideal, pues tiene ese marco de ideas intermedias que le permiten una transición paulatina de una economía libre a una socialista. La socialdemocracia, ha tenido cierto grado de evolución, y su semejanza con el socialismo varían de partido a partido sin que esto implique que sus ideas intermedias entre libertad y colectivismo no resulten invariablemente en una recaída de la economía y la sociedad hacia la debacle socialista si no se ven frenadas por instituciones liberales serias.

A la final del cuento, con mercantilistas, la población general pierde su poder de decisión como mercado, para beneficio temporal de algunos empresarios y en detrimento de sus libertades para la paulatina acumulación de poder en manos de los políticos.

Y entonces, Qui Bono

 

Por: Julio Pieraldi  |  Foto: steven-connors

Julio Pieraldi

Julio Pieraldi

Venezolano, Ingeniero, Liberal y defensor acerrimo del Libre mercado. Adversarion del Colectivismo en todas sus facetas y de aquellos que pretenden hacernos creer en seres humanos ideales y sueños paradisíacos. No hay NADA gratis en la vida

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