Siempre han dicho que “el periodismo debe ser imparcial”, principio que en lo personal detesto. Y digo “detesto” y no “critico” porque uno no puede ver como admirable a quien ante la verdad y la mentira se queda callado, no opina, con lo cual se hace cómplice. Pero ver a Vladimir Villegas y ese intento de mutación de lo que él llama “imparcialidad” es para reírse sarcásticamente, tanto así, que Fernando del Rincón no se resistió.

Yo mantengo que en sistemas como el venezolano, 100% socialista y burocratizado, solo ascienden los peores ciudadanos. Cuando uno en estas situaciones, ve a alguien llegar a una posición de poder, es sencillamente porque es tan corrupto como quienes lo diseñaron. Vladimir Villegas llegó a Globovisión luego de que a este canal “lo compraran” por la fuerza, es decir, su programa Vladimir a la 1 se construyó sobre el acorralamiento a ese Globovisión libre de Mezerhane y Zuloaga, sobre su desgracia. Ya empezando por ahí, no deja nada bueno que decir de la “ética” profesional del periodista.

Pero lo que vimos en el programa Conclusiones con Fernando del Rincón fue un intento de mutación que le quedó muy mal. No se equivocó para nada Fernando al introducir a Vladimir Villegas como “la otra visión” para diferenciarlo de Chuo Torrealba, quien sin duda representa a la MUD pero no a la oposición venezolana. Vimos a un Vladimir Villegas que parece querer “rajuñarle” el cargo a Tarek William Saab, Defensor del “Pueblo”, pues si colocamos en paralelo las entrevistas de ambos en el mismo programa, el diálogo de los dos fue cínicamente el mismo.

Vladimir Villegas quiso aclararle a Fernando del Rincón que él es “imparcial” y muy egocéntricamente se atrevió a afirmar que “él representa a la mayoría de los venezolanos” porque según su opinión, los venezolanos queremos diálogo con la dictadura.

No señor Vladimir Villegas, Venezuela no quiere ni necesita diálogo con el chavismo. No trate de ser la madre que le dice a su hija que vaya y dialogue con el marido que le pega. Diálogo con la dictadura sería como ver al padre de Bassil Da Costa y a la madre de Geraldine Moreno, entre muchos otros, tomarse un café con los funcionarios del régimen que mataron a sus hijos. Pero lo más absurdo de la presentación de Villegas en el programa fue que, muy firmemente quiso hacerse ver como un vulgar “Ni-Ni”, aunque su discurso fue tan chavista como el de Tarek William Saab.

Quiso recurrir a la maniobra roja rojita de que “en Venezuela existen sectores golpistas”, pero no se atrevió a mencionar que hace un mes atrás, la dictadura conmemoró el único golpe de Estado que ha habido en Venezuela en los últimos 53 años: el de 1992. Lo conmemoraron quienes hoy están en el poder porque fue ejecutado por su líder Hugo Chávez, con lo cual queda claro cuál es el único sector verdaderamente golpista que existe en el país. Pero Villegas no se conformó con eso, y como si tuviese escuchando un audiolibro de Tarek William Saab, le pidió a Fernando del Rincón que hiciera programas sobre otros países donde también hay problemas. Apeló a esa salida de emergencia que es “pero en México también hay violencia” para desacreditar al presentador, cuando hemos visto a Conclusiones hacer reportajes continuos de la terrible situación que vive México con el narco tráfico y el narco Estado.

El común método de “desviar la noticia” es característico de quien no sabe cómo defender lo indefendible, y en esto Vladimir Villegas solo fue un vago imitador de Tarek William Saab. Utilizar ese discurso doble-play para intentar quedar bien con ambos lados tampoco es original de Villegas, pues Luis Vicente León es experto en eso desde hace más tiempo que él. Y esperar que Vladimir Villegas sea imparcial con el chavismo, que lo llevó hasta Globovisión, sería como pedirle a Nicolás Maduro que no esté agradecido con Chávez, quien en su lecho de muerte le sucedió una presidencia que jamás hubiese podido alcanzar pos sus propios medios.

Para cerrar: ¿A quién pretendía engañar Vladimir Villegas en esa entrevista? Seguramente a sí mismo, para poder dormir “tranquilo”; aunque se ve muy cómodo practicando su método de la imparcialidad roja rojita.

Por: José Miguel  |  Foto: talcualdigital.com