A pesar de lo que diga la iglesia sobre el matrimonio, cuando una pareja no se lleva bien viviendo juntos tienen dos opciones: odiarse para toda la vida o separarse.
Odiarse toda la vida es un precio muy caro por resistirse a aceptar que dos ya no están de acuerdo. Separarse, aunque puede significar un periodo de mucha turbulencia emocional, administrativa y económica, es significativamente menos costoso que la primera opción. ¿Se puede aplicar lo mismo para un país en el que los ciudadanos se llevan bastante mal?
Otro ejemplo sería, esos casos de discusiones entre padres e hijos que están llegando a la mayoría de edad y le claman a gritos a sus padres por independencia. ¿Qué responden los padres? “Si quieres ser independiente, vete a vivir solo y gana tu propio dinero”. Si una ciudad, un grupo de ciudadanos o una región entera quiere independencia, es mejor que se separe de su “padre” para que pueda vivir bajo sus propias reglas y gane su propio dinero ¿Qué puede tener esto de malo?
Algunos dirán que no por ese sentimiento nacionalista y errado de creer que “partir la torta” sería perder. Otros diremos que sí porque entendemos los beneficios incalculables de recuperar la libertad, la independencia; más aún si revisamos casos como el de Hong Kong, Singapur y República Checa.
En Venezuela necesitamos sincerarnos. ¿Quién cree que la reconciliación entre chavistas y no chavistas es posible? Nadie necesita reconciliarse con aquellos que llevan quince años aplaudiendo la destrucción de un país entero. Si decidiéramos olvidarnos de todo este daño y pensar solo en el sistema que ellos quieren y que nosotros queremos para Venezuela, el resultado es el mismo: no estamos de acuerdo.
Ellos (los chavistas) están entregados en su idea del sistema socialista cubano, ese que ha tenido a los ciudadanos de Cuba durante más de 50 años en total miseria y que ya en nuestro país lleva 15 años. No van a cambiar, ellos están cegados con la idea de ser gobernados por una analfabeta vende patria, subordinado a las órdenes de los mayores parásitos de toda la historia latinoamericana: los Castro. Además, ellos están convencidos de que Venezuela está mejor que antes, y ¿Cómo pretendemos convencerlos de lo contrario?
Del otro lado estamos nosotros, los que con visión de futuro queremos construir nuestro propio camino inspirado en la libertad; que vemos lo difícil que es para nosotros los jóvenes y lo difícil que será para las nuevas generaciones alcanzar metas personales. Somos los que estamos pensando en emigrar de Venezuela pero todos los días nos preguntamos ¿Por qué me tengo que ir yo? Y es porque queremos una mejor vida. Nosotros, los que sabemos que el socialismo solo conduce a la miseria y queremos intentarlo con un sistema de libertades económicas, políticas, de libre competencia y sostenido sobre la premisa de que “cada individuo es libre y responsable de sus propios actos”.
Venezuela, este matrimonio obligado no da para más. Muchos son los casos de países que se han separado; regiones y estados que se han hecho independientes con muy buenos resultados.
¿Cada 5 de julio celebras el día de la independencia? Bueno, ese también fue un movimiento separatista.
Visita la propuesta del MDL Venezuela y su salida autonomista.
Por: José Miguel | Foto: Xava du