El bendito “no vale, yo no creo” ha sido una especie de maldición. Tanto se ha repetido y se repitió, que lo que no se creía hace tiempo ya se cumplió. ¿Qué no estamos igual que Cuba? Eso es cierto, porque estamos peor y les explicaré por qué.
El modelo cubano no se instauró en Venezuela desde 1998 con la llegada del ya fallecido Chávez como algunos creen. A diferencia, llegó a Venezuela en 1992 con la intentona golpista del mencionado dictador. Para suerte de aquel momento, Venezuela soportó la llegada por las armas, muy al estilo Fidel Castro de 1959, y los comunistas no pudieron tomar el poder por la fuerza, pero eso fue lo que se intentó. ¿Le damos las gracias a Carlos Andrés? Que lo decida cada quien.
Eso no contuvo las intenciones de este monstruo, porque aunque no lo veamos y no sepamos con exactitud quiénes son, detrás de lo que ocurre hoy en Venezuela hay un maquiavélico grupo de destructores que financian económica e ideológicamente a quienes más rápido que lento, secuestran el poder en toda Latinoamérica.
Los comunistas no pudieron llegar al poder en Venezuela por las armas como pretendían en el 92, pero el venezolano y su memoria de corto plazo decidió premiarlos en el 98 entregándoles el poder por votación. ¿No es acaso eso más estúpido que lo que ocurrió en Cuba? Ya por ahí comenzamos peor.
Adelantando los hechos para no hacer muy larga esta triste narración, en Venezuela se instauró la reelección indefinida como en Cuba y también fue, como en el 98, por votación. Pero luego de toda la realidad que vivimos desde que Chávez llegó hasta que murió, llegó el momento de la sucesión.
¿Quién heredó el poder en Cuba cuando Fidel enfermó? El hermano menor. Muy al estilo monarca pero con todo los adornos de un vulgar dictador, Raúl Castro heredó. Pero en Venezuela teníamos que hacerlo mejor. Aún recuerdo ese 8 de diciembre de 2012 por la noche, cuando Chávez apareció en televisión. Lo hizo por dos razones, una buena y una mala: para despedirse y para ejecutar un acto de sucesión. ¿A su hermano menor? No, sino a Nicolás Maduro, un pusilánime sin educación; y por eso es que también estamos peor.
Apresurando el paso debemos mencionar que, mientras que Cuba es una isla, Venezuela no. Que los hayan sometido sin escapatoria es de cierto modo entendible, aunque eso no ha detenido a quienes se han lanzado al mar en busca de algo mejor. Pero los venezolanos estamos presos por mar, por tierra y por avión y por eso también estamos peor.
¿Cerramos con broche de oro? Sí señor. A Cuba la sometieron en los años 60 cuando no existía la tecnología de hoy día que difunde la información a millón. ¿Eran los cubanos ignorantes porque querían? En realidad no conocían otra opción, pero en cambio a Venezuela nos lo han hecho en pleno siglo XXI, con internet y con infinidad de medios de comunicación.
Nos lo han hecho con el alcance de la información a tan solo click desde cualquier parte, incluso, con todos los registros históricos de la Unión Soviética, de China, de Corea del Norte, de Alemania y Cuba; pero el venezolano común es flojo para la lectura y muy bueno para humillarse por horas en una cola bajo el sol. Por eso, desde cualquier ángulo que lo miremos… claro que estamos peor.
Por: José Miguel | Foto: blogspot.com