¿Dejarías que cualquier persona entre a tu casa? La casa propia es una de las expresiones más populares de lo que significa la propiedad privada, ese pedazo de tierra y construcción que te pertenece y en el cual puedes (o al menos deberías poder) hacer lo que quieras. No suena agradable que cualquiera tenga derecho a entrar, comer, dormir y hacer lo que quiera con ella ¿o me equivoco?

Pero pensando en un mundo sin propiedad privada y en el cómo sería, imagina que sí, que ese espacio con cuatro paredes y un techo debe permanecer abierto, que quien desee entrar y disfrutar de lo que consiga adentro lo puede hacer sin ningún problema. ¿Construirías una casa si cualquiera va a poder entrar? ¿Te preocuparías por mantener muebles de calidad, el suelo limpio y la despensa llena de comida todos los días? Es el hecho de que sea tuya y de nadie más lo que hace que des valor a la propiedad.

Siendo un poco más atrevidos ninguna tienda, supermercado, restaurante, carro, camioneta, absolutamente nada sería de nadie, simplemente puedes tomarlo y hacer con ello lo que te provoque, usarlo para tu conveniencia o despilfarrarlo. Así de terrible sería un mundo sin propiedad privada, ese desierto donde todos quisieran consumir pero nadie producir porque para qué, si cualquiera podrá tomarlo sin compensarte por tu trabajo.

No faltará quien diga que eso es mentira, porque si yo puedo disponer de lo de otros, pues todos “aportaríamos nuestro granito de arena”. En la realidad, es muy fácil disponer de lo ajeno, pero cuando se meten con lo nuestro somos celosos y con toda razón. ¿Quién puede entrar a cualquier establecimiento o medio de producción en manos del Estado? Y se supone que todo ello es “propiedad pública”, es de todos, pero si tú quisieras dormir hoy en la sala de espera de algún ministerio ten la seguridad de que no te dejarán, estará con llave por la noche.

¿Qué hay de esos mercados de subsidio? Nadie puede tomar lo que quiera e irse sin pagar, todo en esta vida tiene un precio, no existe tal cosa como “gratis”. La próxima vez que piense que un funcionario público no hace bien su trabajo o está derrochando los recursos que usted aporta con impuestos, recuerde que eso no le pertenece a él y por tal motivo, no le duele.

Solo siente compromiso aquel que puede decir “esto es mío” y disfrutar de los resultados de su esfuerzo. La propiedad privada es el derecho que motiva a cada individuo a crear, proteger, cuidar, valorar y disfrutar aquello a lo que le pone todo su empeño y dedica su tiempo; es la propiedad privada la base de cualquier nación desarrollada y si esta se ve amenazada o es saqueada, esa nación estará condenada a la miseria.

¿No tienes casa, carro, negocio ni nada que consideres tuyo? La propiedad privada no es solamente algo material, tú eres dueño de tu vida y esa es la primera expresión de propiedad que conocerás; a partir de ella comenzarás a valorar todo lo demás. Un mundo sin propiedad privada ¿a quién le podría gustar?

Por: José Miguel  |  Foto: Funky64