Hace pocos días, la agencia BBC Mundo publicó un artículo titulado ¿Puede sobrevivir una ciudad sin publicad en sus calles?
En el mencionado texto se relata la decisión del alcalde de Grenoble (Francia) Éric Piolle, del partido ecologista y de izquierda “Los verdes”, por medio de la cual se dispone a eliminar la publicidad exterior en la ciudad y prohibirla.
Los argumentos del particular alcalde de izquierda
Primero, declara que la medida pretende hacer que la ciudad sea “menos estresante y agresiva”.
¿Estresante y agresiva para quién? ¿De qué manera una valla publicitaria estresa o agrede a los ciudadanos? Lo que comúnmente podemos ver transmitido en la publicidad exterior es, la persuasión de los productores y los comerciantes para que los potenciales clientes se entusiasmen o no por adquirir sus productos. Pero el alcalde quiere sustituir las vallas por árboles. Pregunto: si a mí no me gustan los árboles, ¿Quién me va a proteger del estrés y la agresión que sentiré al verlos?
Luego, el alcalde declara que el objetivo es que la ciudad esté al “servicio de la identidad de sus ciudadanos”.
¿Los dueños de las empresas publicitarias no son ciudadanos? ¿Acaso son animales, extraterrestres o robots? ¿Qué hay de los comerciantes de la ciudad que desean promover sus marcas y productos por estos medios? Bien claro deja el alcalde que para él, ellos no son ni ciudadanos ni la ciudad estará al servicio de estos.
Pero esto no es suficiente. El alcalde dice que además de sustituir las vallas por árboles, también lo harán por “tablones de anuncios de la comunidad”.
¿Quién decidirá qué anuncio es bueno o malo para la comunidad? ¿Quién financiará el anuncio? ¿Quién es la voz de la comunidad? Sin duda que por ahora, el alcalde es quien se atribuye este poder divino y celestial, es él la voz y el juez todopoderoso de la comunidad.
Por último, el alcalde justifica su decisión apoyado en una presunta encuesta en la que supuestamente el 73% siente que la publicidad es “invasiva”…
Si la publicad es mala porque es “invasiva”, ¿qué hay de la decisión arbitraria del alcalde? ¿Esa no es invasiva?
…el 65% considera que es cada vez menos efectiva y el 45% que cada vez tiene menos capacidad de convicción.
Si la publicidad funciona o no, ¿no es acaso ese un riesgo que tanto las agencias de publicidad como sus clientes son quienes lo corren? ¿Qué tiene que ver eso con las funciones de una alcaldía?
Las reacciones
La agencia de noticias France Presse aseguró que tal medida hará que Grenoble deje de percibir US$745.500 en las arcas municipales, pero el alcalde dice que el monto es US$185.000.
¿Qué hay del monto que dejarán de percibir las agencias de publicidad? ¿Qué hay de los potenciales clientes que dejarán de captar los comerciantes y que se traducen en ingresos para ellos? Al alcalde no le importa esto porque seguramente nunca ha sido comerciante, y si lo ha sido, podremos suponer que sobrevivió con favores o dinero mal habido.
Para cerrar
Es de esperar que una medida de este tipo sea tomada arbitrariamente por cualquier funcionario de izquierda. Sus objetivos no son “una mejor ciudad para los habitantes” porque se olvida de aquellos que viven de la publicidad.
Esta es una decisión que atenta directamente contra el derecho de propiedad privada, contra el libre comercio, contra la libertad individual. Al igual que cualquier medida que propicie la inflación o desestimule la inversión privada, el objetivo de los funcionarios de izquierda es, despojar a los individuos del poder que proporciona la independencia financiera.
Que el mundo vea esto con buenos ojos no es más que la prueba de que vamos en el camino incorrecto.
Por: José Miguel | Foto: Jose Luis Duron