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Por qué los televisores son cada día más baratos y la educación más cara

Por qué los televisores son cada día más baratos y la educación más cara

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Sí, quizás es cierto que «no existen solo dos modelos» cuando de organizarnos socialmente se trata, pero sí existen solo dos caminos para decidir qué tipo de economía preferimos: ¿Libre competencia o intervencionismo?


 

¿Prefieres audio? Aquí tienes el podcast:


Tiempo estimado de lectura: 5 minutos

 

Todos sabemos que los dos modelos sociales más famosos son el capitalismo y el socialismo, aunque existen otros más. Pero no importa cuántos más sean, porque cuando hay que tomar decisiones económicas, todos se resume a la decisión de si queremos una economía libre o queremos una donde el Estado tenga sus narices… o mejor dicho, ¡sus colmillos!

En Twitter escribí:

Eso es lo que hace tan difícil el tema económico al momento de decidir qué tipo de economía preferimos o cuál es mejor que cuál.

La izquierda apela siempre a las emociones, queriendo que decisiones matemáticas se tomen con lo que ellos llaman la supuesta «consciencia social». En cambio, los pro-libre mercado apelan a los números, y que todos vayan a llorar al Valle.

Ajá, José Miguel, pero… ¿Libre competencia o Intervencionismo? Veamos…

Hay varias industrias que demuestran cuál sistema económico funciona mejor, pero vamos a centrarnos en cuatro solamente: Educación y salud por un lado; juguetes y televisores por el otro.

No tengo que decirlo muy duro, pero todos sabemos que los primeros, educación y salud, tienen una alta presencia de los colmillos del Estado en sus economías. En cambio, la producción de juguetes y televisores son todo lo contrario.

De 1996 hasta 2016, los precios de los libros académicos, las tutorías escolares, el cuidado infantil y el servicio médico incrementaron 207, 197, 122 y 105 por ciento, respectivamente.

Mientras que, en el mismo periodo, el precio de los juguetes y los televisores han disminuido en 67 y 96 por ciento.

¿Cuál es la principal diferencia entre estos sectores? Pues tampoco tengo que gritarlo: salud y educación están altamente intervenidos por los colmillos del Estado, mientras que en juguetes y televisores predomina «el devorador y perverso» capitalismo, con su libre competencia, que nos hace comprarlos cada día a precios más accesibles.

La educación gratis es todo fantasía. ¿La salud gratis? Es todo una estafa. No hay que ser genios para entender que el intervencionismo aumenta descontroladamente el número de manos que quieren comer del mismo pastel, y la mayoría de esas manos ni siquiera tuvieron que ser invitadas a esa fiesta.

En cambio, como nos muestra la industria de los juguetes y televisores, la libre competencia filtra de manera casi perfecta quiénes son buenos ofreciéndolo y quiénes no; dejando por fuera a los que no son dignos y premiando a los que lo hacen mejor y a menor precio.

¿Podemos hacer eso en la salud y la educación? Nope.

En estos sectores pasa como esa famosa cita sobre Henry Ford y su primer carro, el modelo T. En su autobiografía, decía «Un cliente puede tener el carro del color que quiera, mientras este sea negro». Bueno, en la salud y educación usted puede recibir la que quiera, mientras el Estado lo permita.

La diferencia con la cita de Henry Ford sería que, para esa época apenas se estaban empezando a producir los carros y las únicas alternativas eran de color negro, nada que ver con el intervencionismo del Estado.

Pero, volviendo a los juguetes y los televisores, es ahí donde está la diferencia abismal, pues son sectores con alta competencia, prácticamente nula intervención del Estado y gracias a eso, cada día compramos juguetes y televisores cada vez mejores y más baratos.

Para cerrar…

Hasta la próxima semana.
José Miguel

Jose Miguel

Jose Miguel

Antes de conquistar el poder, debemos conquistar los medios, por eso fundé esta revista y no un movimiento estudiantil. Esta es mi cuenta de Twitter @JP7___

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