Son increíbles las habilidades que el ser humano puede desarrollar si entrena constantemente ese órgano tan preciado llamado ¨cerebro¨. Los seres humanos poseemos capacidades mentales que nos permiten inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas, lógicas, matemáticas, escritura, ciencia y tecnología. Los humanos somos por naturaleza: animales sociales, capaces de concebir, transmitir y aprender conceptos totalmente abstractos. Hasta ahora, no se tiene evidencia de que exista otra forma de vida con dichas capacidades o superiores en el universo.
Pero lo que más me parece interesante del ser humano ¨desarrollado¨ -y lo coloco entre comillas porque debo admitir que no todos lo son- es, el hecho de que está completamente consciente de todo lo que su conocimiento puede generar o transformar. La ciencia nos denomina como Homo Sapiens Sapiens, que si lo traducimos al criollo, no es más que: el hombre que sabe, que piensa.
Ayn Rand definía la Educación, como ese proceso en el cual la mente del hombre se desarrolla para permitirle lidiar con los hechos de la realidad. La mente no es algo tangible, de manera que no la podemos ver nacer, crecer y morir. Es esta la razón por la cual deduzco que, muchos no saben cómo desarrollarla.
Muchos coincidimos que la mente no es más que el conjunto de conocimientos, que el hombre adquiere a lo largo de su vida, y este conocimiento a su vez, se desarrolla a través del uso de la razón, la cual -para mala noticia de muchos- no es innata. Por naturaleza todos sabemos que tenemos la capacidad de pensar, bueno, eso dicen los estudios científicos. Sin embargo, Ayn Rand plantea una teoría con la cual estoy totalmente de acuerdo, y es el hecho de que no todos saben cómo desarrollar esa ¨capacidad de pensar¨. De manera que es trabajo del hombre, descubrir las leyes de la lógica, las leyes a través de las cuales puede validar su conocimiento y determinar lo que es verdad.
Y es allí -justamente allí- donde el Estado perverso hace de las suyas, creando sistemas educativos que limitan y/o niegan por completo al individuo la capacidad de pensar. A los individuos se les inculca conformidad social y obediencia, no la independencia. Se elimina así, casi por completo, la posibilidad de desarrollar la razón.
La revolución tecnológica ha derribado barreras, existen fronteras creadas por el Estado pero no existen fronteras para la información. La información, aún está al alcance de todos, incluso en aquellos países menos libres. A pesar de esto, la mayoría en dichos países fueron educados por escuelas públicas y son muy pocos quienes, de manera voluntaria se arriesgan a desafiar los conocimientos que allí son impartidos.
Como es ya costumbre, los invito entonces a pensar: si por naturaleza nacemos libres, ¿por qué morimos siendo esclavos? Si por naturaleza nacemos como animales sociales, ¿cómo explicamos el hecho de que nos matemos unos a otros? Si por naturaleza somos capaces de transmitir conocimiento y aprender de otros humanos, ¿por qué cometemos los mismos errores de los demás?
Mi respuesta ya la conocen, se llama: Estado.
Por: Siulilba Balza | Foto: imgkid.com