¿Alguna vez has criticado a un materialista? Seguro que sí; y es que nuestra sociedad parece disfrutar de la crítica sin sentido. ¿Cómo sin sentido? Citaré algunos ejemplos:

Se critica al ambicioso por querer más, confundiéndolo con el avaro. Se critica al competitivopor querer ganar, confundiéndolo con el tramposo. Se critica al egoísta por preocuparse por sí mismo, confundiéndolo con un leviatán. Y se critica al materialista por valorar objetos, confundiéndolo con el vanidoso.

¿Qué insinuamos cuando acusamos a alguien de materialista?

Pues que esa persona da valor a lo superficial, a eso que no debería valorar, eso que para todos los demás no tiene importancia. Que alguien difícilmente pueda despegarse o proteja con sumo cuidado bienes materiales como un TV, un coche, su casa, su dinero y hasta su teléfono móvil es considerado materialismo y sin chistar lo acusamos por esto, queriendo así que se sienta culpable y que destruya todo lo que tiene como fiel demostración de que no es materialista.

Para saber realmente qué es un materialista y porque tiene un lado bueno, es necesario comenzar por definir aquello que valora. Un materialista valora productos. ¿Qué son los productos? Un producto es el resultado de una idea, una solución a un problema, y suele ser la satisfacción a una necesidad. Un TV satisface la necesidad de entretenimiento y su inventor materializó esa satisfacción. Un coche satisface la necesidad de transporte en poco tiempo y su inventor materializó esa satisfacción. Una casa satisface la necesidad de protección y refugio y su constructor materializó esa satisfacción. El dinero satisface la necesidad de intercambiar trabajo por dinero y su existencia es la materialización de esa satisfacción. Y un teléfono móvil satisface la necesidad de comunicación y su inventor materializó esa satisfacción.

¿Son estos productos malos? Todos coincidiremos en que no; de hecho, nos hacen la vida mucho más fácil, más divertida, más entretenida y más valorable.

¿Qué hace el verdadero materialista?

Agradece y valora. Cuando compramos una televisión, un coche, una casa o un teléfono móvil, estamos premiando al inventor de ese producto y cuando cuidamos de este estamos valorando el trabajo que involucró su producción junto con todo el esfuerzo que hicimos para lograr tenerlos. Cuando nos preocupamos por nuestro dinero y lo protegemos, estamos dándole gracias al genio que se le ocurrió simplificar el producto de nuestro trabajo en un simple billete al mismo tiempo que valoramos nuestro esfuerzo para obtenerlo. ¿Se imaginan lo incómodo que sería andar por la ciudad con una carreta llena de papas para ir al mercado a intercambiarlas por zanahorias? Pues el dinero es el culpable de que ese absurdo no sea necesario.

En definitiva, un verdadero materialista es quien valora el origen de aquello que obtiene, agradece al inventor pagándole por su genial idea y cuida lo que tiene en favor del trabajo que le ha costado, sin pena ni vergüenza de decir: yo soy materialista.

Si de eso se trata… ¿Eres ahora un materialista?

Por: José Miguel  |  Foto: weheartit.com

Redactador por primera vez para: www.codigonuevo.com