Hablar de la Salud como derecho humano es definitivamente la mejor bandera y el más efectivo «atrapabobo» que los políticos de izquierda utilizan en sus discursos. El eslogan de “gobernar para la mayoría” y defender la salud como un derecho fundamental e irrenunciable siempre acapara todos los titulares cuando se está en época de campaña electoral.
Hemos visto frases como:
“La salud pública no está en venta, y debemos rechazar rotundamente el libre mercado de la salud y las presiones e intereses de la industria farmacéutica”- PSOE, Partido Socialista Obrero Español.
“Estamos trabajando con la mayor celeridad y eficiencia, para que podamos decir que tenemos un verdadero sistema nacional público de salud” – H. Chávez, anunciando las diferentes fases de la Misión Barrio Adentro.
“Ratifico el compromiso del gobierno con la Reforma de Salud, se ampliará la atención médica gratuita hasta lugares históricamente marginados” – M.Funes, en su campaña electoral,2012. El Salvador.
Es indignante escucharlos decir que la vida es mucho mejor y más saludable en los países con servicios de atención médica gratuita. Estos discursos son ciertamente muy atractivos, y para el ciudadano común sería como llegar al edén prometido. Solo imagine todo el dinero que usted pudiese ahorrar si llegase a vivir en un país así.
Lamento despertarlo de ese magnifico sueño, pero debo informarle que tal lugar no existe.
El Mito de la Salud Pública «gratuita».
¿Se ha preguntado alguna vez de dónde provienen los salarios de las enfermeras y los médicos? ¿Acaso es usted tan inocente como para llegar a pensar que esta gente se alimenta de viento, y que su afán de ayudar al enfermo es meramente vocacional?
Si bien es cierto que países desarrollados como el Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Noruega, entre otros, ofrecen a sus ciudadanos lo que nosotros mal conocemos como “atención médica gratuita”, lo que no es cierto es: que esta sea gratuita del todo.
Todos estos esquemas de administración están respaldados y financiados por:
- Aportes del sector privado, los cuales seguramente no son voluntarios, sino impuestos por el Estado,
- El muy conocido Impuesto a la Renta, que obviamente se deduce de la renta que generan las personas naturales con sus fuentes de trabajo, y finalmente,
- Aportes que hace el estado y que provienen del PIB Producto Interno Bruto, que curiosamente siempre tiene el porcentaje mas bajo de participación.
Ahora imagine por un momento, ¿qué pasaría si se ataca a el sector privado, si se nacionalizan todas las fuentes de trabajo que generan renta y se hace uso irresponsable del único recurso que genera PIB? Un venezolano no necesita hacer uso de su imaginación, basta con ver la actual situación del mercado farmacéutico y la decadencia del sector salud.
Si usted tiene la oportunidad de conversar con un ciudadano del Reino Unido, Canadá, o cualquier otro de estos países, podrá confirmar lo que aquí usted está leyendo. Ellos como ciudadanos están muy bien informados y tienen bastante claro el concepto de “atención médica gratuita”. No cometa el error de conversar estos temas con residentes, inmigrantes o incluso refugiados. Ellos -por su condición y falta de información- no están en la capacidad de ver las dos caras de la moneda.
Dicho de otra manera, si usted recibe algo regalado, es porque alguien más está pagando por usted. Y eso destruye por completo el concepto de «salud gratuita» del que tanto se jactan los políticos; de manera que la próxima vez que le ofrezcan algo gratis, usted siempre debe pensar y preguntarse: ¿Con el dinero de quién se está pagando? y ¿En qué y bajo qué condiciones voy a recibir el servicio?
Ya conoce las bases de cómo funciona. Juzgue usted mismo.
No se deje engañar, cuestione todo.
Por: Siulilba Balza S.