Nota: La portada de este discurso es en honor a Óscar Pérez, quien hizo uso de su derecho a legítima defensa para proteger a Venezuela y defender sus valores, de la tiranía chavista.
RUPTURA
Discurso de Roderick Navarro en el Congreso de Colombia, el 4 de abril de 2019.
“Nosotros queremos y debemos asumir el día de hoy la responsabilidad, ante la población venezolana y la comunidad internacional, de emprender una iniciativa para erradicar el mal que sufre Venezuela a través de una salida por la fuerza que desplace el grupo criminal organizado encabezado por Nicolás Maduro quien usurpa las funciones del gobierno de nuestro país.
Tanto el chavismo como la MUD nos catalogan de fascistas radicales por tener esta postura, más no es relevante cualquier descalificativo por parte de quienes mercadean con la vida de millones de seres humanos. Por esta razón, me dispongo a reflexionar con ustedes, como personas de buena voluntad, sobre los argumentos que justifican el uso legítimo de la fuerza para defender nuestras vidas, nuestra Libertad y nuestro honor, aspectos sagrados para cualquier ser humano.
Todo lo chavista barbárico se resiste a lo civilizatorio libertario.
El antagonismo y tensión entre la barbarie y la civilización, se manifiesta cabalmente en la confrontación entre el chavismo y la Resistencia. El chavismo agrupa, en su seno, patrones conductuales de naturaleza barbarizante que se evidencian en sus actuaciones cotidianas. La Resistencia, en cambio, es una conjunción de fuerzas civiles y militares cuyo origen ético, responde a las más profundas raíces del derecho natural. Nosotros, al ser hijos de Occidente, valoramos el bienestar y la plenitud que solo la Libertad basada en el sagrado concepto de libre albedrío puede otorgar al hombre en su evolución espiritual y material, mientras ellos tienden a la esclavitud muy cercana a las estructuras sultánicas degeneradas del Islam originario, cuya consecuencias más evidentes son sometimiento y miseria.
Mientras el chavismo mantenga en pie su estrategia de prevenir su defenestración, a través de estratagemas dilatorios, y mientras puedan mantenernos al margen y sometidos, como aquellos que si tienen la estrategia para anularlos, jamás cederán, puesto que es su estructura criminal la que les asegura el poder para obrar para el mal.
Un acuerdo voluntario no es posible.
No es posible hoy ni en el futuro que el chavismo voluntariamente deje el poder, porque esa herencia institucional no existe en su idiosincrasia. No dejarán voluntariamente las actividades de narcotráfico, terrorismo islámico, lavado de dinero, corrupción ni financiamiento al Foro de São Paulo. Naturalmente, tampoco permitirán ni un sistema de libre mercado, puesto que la riqueza que se generaría para la población sería contraproducente para sus fines esclavistas, ni un Estado de Derecho, ni la eliminación de sus criminales asalariados para reprimir y asesinar civiles y militares disidentes.
Siempre los criminales se han resistido a la civilización. Nunca han trascendido casos que demuestren lo contrario. El chavismo es un grupo del crimen organizado transnacional y han convertido el territorio de Venezuela en su base de operaciones en el corazón del hemisferio occidental, lucharán con violencia para proteger ese territorio junto a sus actividades criminales.
Podemos decir que los chavistas necesitan aniquilar a gran parte los venezolanos y a su cultura, para reemplazarnos como la población natural y libertaria del país, con quienes decidan o se vean sometidos a ser parte de su propósito existencial de naturaleza barbárica. Por esto, declaramos que ser chavista es ser todo lo contrario a ser venezolano.
Los chavistas no son estúpidos.
Hay una pseudo oposición, extremista en sus ideas pacifistas, que trata de convencernos de que los chavistas son estúpidos; nos dicen que por “estrategia” no debemos hablarle claro al país, que los chavistas son corruptos y que solo quieren perdón, que podemos asegurarles sus privilegios con tal de que cooperen o peor aún, que ellos serán usados diciéndoles que son necesarios para una transición de reconciliación nacional.
Yo rechazo esta concepción que pretende hacernos creer que el chavismo es estúpido.
Culturalmente descienden de las perversidades de los partidos Acción Democrática y COPEI, logrando sofisticar sus mecanismos de esclavitud y represión política durante los últimos 20 años. Después de haber pasado por esa escuela y haber aplicado dichas sofisticaciones perniciosas en la práctica, tratarlos como inocentes y pretender pasar la página para resolver esta profunda crisis como si nada hubiera ocurrido, iría en contra de nuestra inteligencia. De esto estamos convencidos todos aquellos que no pertenecemos a la colusión MUD-PSUV.
El chavismo lucha sin escrúpulos por su supervivencia y para el logro de su proyecto transnacional y criminal. Los chavistas no son estúpidos, ellos han hecho grandes esfuerzos para transfigurar ontológicamente al ser-venezolano, degradándolo hasta barbarizarlo para infundir en ellos, de manera más o menos exitosa, un sentido de vida asociado al crimen y no al mérito; en otras palabras, un cambio de logos, han intentado masificar una nueva lógica existencial en la población.
La comprensión chavista.
Se ha inducido entre los venezolanos la idea de que el problema es que el chavismo no nos entiende, y que por eso se resisten a nosotros con violencia. Que si nos entendieran podríamos reconciliarnos y vivir juntos como hermanos en el mismo territorio.
Esto es ridículo, y ha sido repetido por la clase política tradicional y su orden sacerdotal compuesta por intelectuales durante todos estos años. La verdad es que toda la clase política sabe que nuestro proyecto político libertario para Venezuela es redentor, pero al mismo tiempo peligroso para sus engranajes clientelares y populistas. Si ellos permiten que en Venezuela germine la derecha, podría propagarse vertiginosamente y llegar al poder con un amplio apoyo de la población, cosa posible en un sistema político Republicano.
Por 60 años la izquierda venezolana ha diseñado un sistema que no permite el surgimiento de una contraparte de derecha. El chavismo radicalizó el paradigma de izquierda en los últimos 20 años, convirtiéndola en una hegemonía compacta, una fuerza centrípeta que no permite un juego diferente al que plantean la MUD y el PSUV. Es por eso que en Venezuela es “fascista” hablar de libre mercado, dolarización, el derecho a la autodefensa, los valores de la familia, defender la fe en Dios, en fin, identificarse con la derecha.
Por lo tanto, el chavismo y sus colaboradores harán todo lo posible para que no exista Libertad en Venezuela en lo político, lo económico y lo cultural. En otras palabras, ellos no cambiarán su naturaleza ni mucho menos la estructura de su corriente de pensamiento puesto que eso significa que perderían toda la influencia que han podido cultivar en 60 años de izquierda.
La Ruptura.
No podemos ofrecer al chavismo criminal una “compensación” adecuada a cambio de la Libertad de Venezuela. Por esto no hay posibilidad de un acuerdo voluntario, porque para ellos la condición sine qua non es que nosotros dejemos de ser libertarios. O nos sometemos al chavismo barbárico y sultánico, o luchamos hasta volver a nuestras raíces occidentalistas, re-civilizar nuevamente nuestro territorio, otorgando reglas compartidas que todos deben respetar. Civilizar a Venezuela implica liberarla para que pueda ser gobernada bajo los intereses del desarrollo de su población.
Somos una fuerza exógena al sistema mafioso; comprometida existencialmente con la creación de condiciones de seguridad y administración que sean imposibles de revertir por el chavismo y sus colaboradores.
Todo aquello que apoye una agenda de diálogo, de entendimiento o elecciones con la barbarie, estará debilitando a la causa de la Libertad y plantea como resultado un futuro vulgar y bajo para nuestra sociedad. Tenemos como deber entonces, desacreditar y debilitar todo aquello que pueda mantener con vida la peligrosa y letal existencia del chavismo como proyecto político, así como aquello que contribuya a su perpetuación.
Esta es nuestra política, no es una propuesta para el debate, es una realidad que está en marcha, porque los principios de la vida en Libertad no se negocian.
Lo justo y lo bueno.
Hay personas que objetan mi discurso, en público como representantes de una clase política desmejorada y en crisis, en privado como enconados defensores de grandes intereses económicos mal habidos.
La Libertad es buena y es justa, por lo tanto debemos realizar nuestro propósito, no importa si mis detractores están de acuerdo o no. Nosotros somos los buenos y los justos, todo lo que viene contra corriente nuestra, es lo injusto y es lo malo.
Pacto eventual.
Que no sea posible un acuerdo voluntario hoy, no quiere decir que no se pueda llegar a un acuerdo en el futuro con aquellos que creyeron en el chavismo libres de actos criminales. Este pequeño remanente estará dispuesto a redimensionar su posición y ceder luego de que su élite extremista y garantista del sistema mafioso, sea destruida. En ese momento, aquellos que quieran ejercer un liderazgo inspirado en ideas progresistas, cambiarán moderándose y demostrarán su disposición a civilizarse y a aceptar las normas sociales de la República de Venezuela, fundadas en nuestro proyecto libertario de orden, respeto y libre convivencia.
Nosotros podemos garantizar su existencia en la sociedad, pero no podemos permitir su existencia como proyecto político que aniquila, criminaliza y deturpa.
La única manera de que realicemos este propósito es imponiéndonos por la fuerza y abandonando inmediatamente la idea de poder llegar a un acuerdo o negociación con los extremistas en la actualidad.
Finalmente, señoras y señores,
Nuestra posición oficial como movimiento político, comprende la naturaleza de las aspiraciones de los venezolanos, haciendo énfasis en 2 elementos necesarios para que volvamos a ser el Estado de Venezuela: a saber, que los venezolanos podamos vivir en Libertad en nuestro territorio, podamos políticamente hacer ejercicio del poder político que como habitantes y nacionales del mismo tenemos y, por último tener el control de la administración para que funcione en respeto de las normas y no de manera personalista. En otras palabras, que los venezolanos volvamos a hacer ejercicio de nuestra soberanía, que Venezuela sea de los venezolanos.
¿Cuál es la relación de la actual clase política con estas aspiraciones venezolanas? Hace 20 años el bipartidismo AD-COPEI se debilitó y por eso el chavismo llegó al poder aprovechando el agotamiento político, como herederos de ese proceso histórico que naturalmente iba a conducir a la exacerbación de ideales socialistas. El chavismo es el alto precio que esa clase política hizo que los venezolanos pagáramos para que ellos, como clase política, pudieran sobrevivir hasta el sol de hoy. Por lo tanto, nosotros estamos convencidos de que las aspiraciones que tenemos los venezolanos no son las mismas aspiraciones que tiene la clase política tradicional de Venezuela.
El estilo de vida que proponemos es un estilo de vida que las sociedades hispánicas normalmente viven en cualquier latitud del planeta, sean ricos o menos ricos sus países, sean grandes o pequeños sus territorios, sean mayores o menores sus problemas cotidianos: viven como un Estado-Nación que es instrumento para ordenar a la colectividad. Hoy los venezolanos vivimos un estilo de vida fuera de toda norma o contexto de dignidad humana, cosa que vamos a revertir. Por esto les pido nos apoyen dar con los medios que necesitamos para lograr nuestro legítimo propósito. Porque si no logramos nuestro objetivo, los países de la región, pero sobretodo Colombia, podría sufrir un destino similar.
Y para los que insisten en que esto es solo un sueño irrealizable, en verdad les digo: dejen que liberemos a nuestro país con las armas y nosotros demostraremos con la re-instauración de las leyes y el orden, que esta es una realidad que puede ser replicada posteriormente en Cuba y en Nicaragua.
Nosotros asumimos la responsabilidad.
Libertad o nada”
Por: Roderick Navarro