Esta semana se ha publicado un artículo con nombre «Capitalismo hermano del Comunismo» en un diario de circulación nacional en Venezuela. Con un nombre tan llamativo es imposible no leerlo. El profesor universitario de «Instituciones políticas» Valentín Arenas Amigó, en el primer párrafo de su escrito dice:
“El capitalismo busca tener el control total de la sociedad y sus integrantes a través del dominio de la economía y el comunismo busca tener el mismo control apoderándose del poder político para practicar la justicia social que después degenera en corrupción”.
Así equipara a ambos como “sistemas” que “buscan”. Obviamente estos sistemas deben ser activados por alguien (una persona o conjunto de personas), es decir, alguien debe hacerlos «buscar», ese alguien es el Estado. No sabe el señor Arenas que el Capitalismo no es un sistema implantable desde el Estado. El capitalismo es, en palabras de Manuel Ayau “lo que la gente hace con su economía mientras el gobierno no molesta”. Es decir, las transacciones libres o intercambios voluntarios entre las personas son lo que constituye el capitalismo. En cuanto al comunismo, el señor Arenas acierta en su descripción. Tanto es así que en el párrafo siguiente da tres ejemplos de comunismo y curiosamente no da ninguno de capitalismo según lo entiende él. Probablemente sea porque su concepto de capitalismo esta completamente errado. Sin embargo, finaliza ese párrafo con:
“China ensayó el sistema comunista al principio pero ahora no solo fue conquistado por el capitalismo sino que opera como rival del imperio EEUU y amenaza con convertirse en el imperio chino”
Faltaría definir que entiende el autor por “imperio”, pero en todo caso, nada menciona de que desde esa introducción de reformas que liberalizan la economía, China ha sacado a mas de 200 millones de personas de la pobreza.
Continua el autor diciendo que “Ni el capitalismo, ni el comunismo van a lograr la felicidad y el progreso de ese hombre …”. Con tal afirmación, el autor deja ver que es “el sistema” quien va a “lograr la felicidad y progreso” del ser humano. No sabe el señor Arenas que el Estado ni puede ni debe “lograr” la tal felicidad de la población por las siguientes razones:
- Cada ser humano es único y tiene sus propios fines. Esa particularidad nos hace que cada uno defina “felicidad” de forma distinta.
- Cuando el gobierno busca “lograr” una felicidad, necesariamente tendrá que imponerla a todos los ciudadanos mediante la utilización de la fuerza o amenaza del uso de la fuerza.
- Este uso de la fuerza, que se traduce en intervenciones en la vida de los ciudadanos mediante eliminación de derechos, necesariamente lleva a una “inflación” del aparato represivo, puesto que los seres humanos buscaran escaparse de los controles, así, mientras más leyes, reglamentos y regulaciones, mas “mercado negro” se crea que a su vez genera una nueva regulación.
Entonces la pregunta es ¿Qué debe hacer el gobierno? Pues Ludwing von Mises nos responde en su libro «Planificación para la Libertad»:
«Lo único que puede hacer el Gobierno para mejorar el bienestar material de las masas es establecer y preservar un orden institucional, en el cual no existan obstáculos para la acumulación progresiva de nuevos capitales, ni para su utilización en el mejoramiento de las técnicas de producción. El único medio de elevar el bienestar de una nación es aumentando y mejorando la producción total de bienes. El único medio de elevar los salarios permanentemente es aumentando la productividad a través de una elevación de la cuota del capital invertido per cápita y mejorando los métodos de producción».
Tratemos de procurar que el gobierno haga lo único que puede y debe.
Por: Dakar Parada | Foto: Rocky Balboa