Los seres humanos solemos complicarnos la vida. Si usamos las relaciones interpersonales como ejemplo, cuando pensamos en la persona con la que quisiéramos formar una vida, buscamos a “la persona perfecta”.
Pero la vida es mucho menos rígida, porque la perfección no existe. Y si acaso algo pudiera acercarse a eso, sería alguien cuyas virtudes superen sus defectos y que —a pesar de esos defectos— nadie sea mejor con ella.
Con los países pasa igual: no existe el país perfecto, pero sí hay unos mucho mejores que otros.
Estados Unidos no nació de una lengua, ni de una religión, ni siquiera de una etnia. Nació de una idea: que los seres humanos tienen derechos naturales dados por Dios —inalienables—, y que entre ellos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Otras constituciones, e incluso himnos nacionales, contienen palabras románticas, pero que no se practican ni desde las instituciones, ni desde el gobierno, ni desde la ciudadanía. Y cuando eso ocurre, esas palabras se convierten en nada más que una formalidad vacía.
Muchos países critican con fuerza a Estados Unidos, enfocándose únicamente en sus defectos y problemas, como si ningún otro país los tuviera. Pero esto es comprensible: dada su condición de imperio —como potencia económica y militar del mundo—, otras naciones, culturas y gobiernos se sienten obligados a desafiar su autoridad.
Muchos lo hacen desde la rabia o los celos, porque Estados Unidos ejerce su poder de forma constante, ya sea por decisión propia o porque otros países suplican su ayuda o intervención. Pero, incluso con todo el poder del mundo, Estados Unidos ha sido el único país que no ha usado esa fuerza para conquistar lo que no le pertenece.
Hablemos de por qué Estados Unidos es, hoy por hoy, el mejor país del mundo, a pesar de todos sus defectos.
Conversando con amigos sobre las diferencias en estilos de vida, sistemas, libertades y oportunidades entre Estados Unidos y cualquier otro país, les decía que —por los años que llevamos viviendo aquí— tendemos a dar por sentado que “el resto del mundo es igual”. Por ejemplo, en Estados Unidos es muy fácil, rápido y jurídicamente seguro comenzar tu propio negocio.
Esa virtud no la tienen muchos otros países. Y los pocos que la tienen, no ofrecen la misma seguridad jurídica ni el respeto irrestricto al derecho de propiedad; más bien, usan el aparato del Estado para vulnerarlo.
Otro de los ejemplos que mencionaba es la facilidad con la que, en Estados Unidos, se pueden comprar activos —financieros e inmobiliarios— en comparación con otros países.
Ninguna otra nación en el mundo ofrece lo que ofrece Estados Unidos: una combinación única de facilidad, libertad, protección legal y escala de mercado para adquirir estos activos.
Puede sonar “materialista”, pero la libertad económica que existe en Estados Unidos garantiza a sus ciudadanos —y también a millones de extranjeros— la posibilidad de conservar y disponer del fruto de su esfuerzo como ningún otro país lo hace. Y esa libertad es clave para el desarrollo individual.
Otra libertad en la que Estados Unidos destaca por encima de cualquier otro país del mundo es la libertad de expresión. Mientras en otros lugares se jactan de su “diversidad e inclusión”, en Estados Unidos tanto ciudadanos como inmigrantes son libres de criticar abiertamente al gobierno —al punto de que muchos han abusado de esa libertad, quemando incluso la bandera estadounidense, por dar un ejemplo.
Mientras tanto, en países como Canadá, Reino Unido o China, hay ciudadanos que han terminado presos por simples críticas a las instituciones públicas en redes sociales.
Y por último —aunque no menos importante— está la legítima defensa. Muchos países acusan a Estados Unidos de “ser violento” debido a que ciudadanos e inmigrantes pueden poseer armas de fuego. Pero ha sido precisamente ese derecho el que ha permitido a los estadounidenses defenderse de posibles abusos del poder. Irónicamente, en otros países donde las armas están fuertemente controladas, las tasas de violencia y homicidios son exponencialmente más altas que en Estados Unidos.
Cierro con esto: