En el año 1747 Federico II de Prusia quería construir un castillo. 10 años antes se había comenzado la construcción de un molino, dicho molino resultaría molesto para la construcción del Castillo, ya que se encontraba en terrenos que estorbaban en los planos.
Federico envió a su personal haciéndole ofertas al Sr. Graevenitz, propietario del molino, el cual las rechazó una tras otra. Hasta que la paciencia de Federico se agotó y él mismo se apersono a casa del sujeto. El dialogo fue más o menos como sigue:
– Sabe usted que puedo quitarle el molino sin entregarle una sola moneda
– Efectivamente su majestad, si no hubiese jueces en Berlín.
Federico II construyó su Castillo, el Castillo de Sans-Souci, pero no tocó el molino. Eso es un Estado de Derecho, un sistema de Justicia que coloque límites a los gobernantes y haga prevalecer los derechos de los ciudadanos. Dicho de otra manera, que los políticos estén sometidos a las mismas leyes que los civiles. Compare esta historia con las expropiaciones que se han vivido en Venezuela en los últimos años.
Esta historia es sólo una introducción para entrar al tema que quiero tratar: Brasil. Así como en 1992 ocurrió con Fernando Collor, ahora Dilma Rousseff es sometida por “Impedimento”. El poder Legislativo ha votado que el Poder Ejecutivo ha obrado mal durante el ejercicio de sus funciones, en este caso, maquillando cuentas, específicamente los cierres fiscales de 2014 y 2015 (por cierto, cosa que han hecho todos los gobiernos de Brasil, hasta donde da la memoria).
En todo caso, apenas la Presidenta de Brasil, será investigada, es decir, no se ha demostrado delito, pero es un alivio y debe ser motivo de felicidad para todo latinoamericano, que en algún lado (aunque sea por conveniencia política de la oposición y no por apego a la Ley) se someta a los gobernantes al sistema de justicia.
El principio es el mismo en los casos de Dilma que en Federico, independencia de poderes entre el legislativo y el ejecutivo. Por eso es importante un Estado de Derecho, para que se haga prevalecer la verdadera justicia, aquella que limita el poder de los políticos, que de otra manera nos robarían impunemente, como en gran medida lo hacen.
Hoy, aún se conserva el Molino en el mismo sitio, hoy día dentro del parque del Castillo de Potsdam. Además de ser Monumento Histórico Nacional representante del Derecho y en memoria de un Rey que respetaba a la Justicia.
Así como en su momento dijo el molinero: “hay jueces en Berlín”, hoy hay legisladores en Brasil. ¿Los habrá algún día en Venezuela?
Por: Dakar Parada