Muchas discusiones y opiniones se forman en torno al proceso no de emigración, sino de huida de los venezolanos. A Venezuela la convirtieron en un “sálvese quien pueda” frente a nuestras narices, y tenemos que aceptarlo: lo permitimos; dejamos en manos de los peores ciudadanos a todo un país que con tanto potencial terminó hecho pedazos, mientras estos vándalos se enriquecen saqueando.

Sobre sus restos se ha ido desarrollando nuestro éxodo venezolano. En lo personal –y luego de muchas despedidas de seres queridos- yo también decidí salir huyendo no de Venezuela, sino de la dictadura de izquierda ejecutada por el chavismo en complot con la “oposición” que ellos mismos diseñaron. Lo hice luego de decirme un millón de veces “ahora sigo yo” cada vez que despedía a alguien que quería o conocía, al mismo tiempo que contenía mis ganas de decirles “no se vayan, hay que luchar”.

Inocencia quizás, o para ser más preciso: impotencia. Impotencia derivada de la total imposibilidad de alcanzar metas personales en Venezuela, porque las únicas metas posibles en esa tierra –secuestrada por el socialismo- son las que se plantean todos esos funcionarios que vemos ascendiendo en cargos públicos porque son capaces de hacer lo que los honestos no: amenazar, perseguir y robar.

¿Por qué nos vamos los jóvenes de Venezuela?

Sencillo: porque queremos vivir, no luchar para sobrevivir como lo hemos estado haciendo durante tantos años. Porque sí, 16 años son muchos para una persona aunque para un país no sean nada; porque nosotros nos despedimos de este mundo y los gobiernos siguen, los sistemas se perpetúan, la corrupción se hace cultura y el saqueo estilo de vida. Los jóvenes nos vamos de Venezuela porque:

Es imposible alcanzar metas personales

Tanto que se ataca a los individualistas, tanto que se dice que “el egoísmo es malo”, pero todos queremos nuestra casa propia, nuestro carro, un buen trabajo, dinero en la cuenta bancaria y vacaciones como ninguna. Todos queremos disfrutar de la buena vida, de calidad de vida, y eso –en esta Venezuela secuestrada por el socialismo- es imposible.

Es imposible sostener un negocio propio sin enmarañarse

Tienes que acoplarte al sistema, tienes que hacerte parte de la corrupción, tienes que sacarle el jugo a las movidas como el bachaqueo, raspar cupos, comprar dólares en SIMADI y venderlos en DolarToday. No hay otra forma, señores. Muchos jóvenes consiguen comodidad en esa forma de dinero fácil, pero para los que queremos trabajar y producir, ese estilo no se nos da y por eso nos vamos.

Es imposible caminar por cualquier calle de Venezuela sin miedo

El chavismo saquea, pero el hampa gobierna. Todos hemos tenido historias que contar, de cómo nos robaron, de cómo nuestra vida estuvo en riesgo por un celular, por unos zapatos, por un anillo. Todos los días, las noticias más destacadas no son “la apertura de nuevos negocios o fábricas” sino “el asesinato o robo del vecino, de un familiar, de nosotros mismos”. Por eso los jóvenes nos vamos, porque no queremos morir en manos de los peores.

Es imposible ahorrar, somos cada día más pobres

Trabajar todos los días para nada, desanima a cualquiera. Sean 10.000 o 100.000 bolívares los que ganes al mes, no te sirve para nada. No puedes comprarte carro, no puedes pagarte vacaciones ni comprarle regalos a tus hijos. Todo te lo gastas en comida, si es que la encuentras.

Entonces sí, es fácil entender por qué los jóvenes nos vamos de esa cosa que llaman “República Bolivariana” porque ¿Venezuela? No, Venezuela no es. La Venezuela libre aún no la hemos hecho nacer.

Por: José Miguel  |  Foto: bownpaperblueink.com