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Mitos del Socialismo: «El Empresario Opresor. El Capitalista Perverso»

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 “Los empresarios son el enemigo del pueblo, traen culturas consumistas, son egoístas y se quedan con el dinero.»

Eso han dicho los socialistas. Por años han criminalizado al sector empresarial y comercial por ser “especuladores que se aprovechan de la necesidad del pueblo para ganar millones en dinero, mientras la gente se empobrece”. Sin embargo, la realidad ha sido modificada a conveniencia de unos cuantos resentidos que no son capaces de hacer nada por ellos mismos, pero sí en favor de su macabro fin de quitarle al que más tiene para darle una mínima tajada de todo lo que se roban al que no, sin siquiera explicar qué hacer con lo que se ha quitado.

Así son los socialistas los Robin Hoot contemporáneos, róbale al rico para darle al pobre….

Pero como toda reserva tiene un fondo, cuando se acaba el cajón de oro viene el hambre y la miseria.


¿Qué son realmente los empresarios?

Los empresarios no son más que personas que ser encargan de dirigir gestionar liderar sistemas productivos. Toman riesgo, analizan y estudian el comportamiento de las masas y sobre todo sus necesidades. Estos buscan solucionar problemas o satisfacer demandas recurrentes al deseo de las personas, a cambio de una compensación monetaria.

¿Y qué de malo tiene sacarle provecho a tu inteligencia, mientras le mejoras la vida a otros? ¿Qué de malo es asignarle un valor a tu trabajo? Odiar al empresario por el ser rico y tu pobre es como odiar a la vecina porque es bonita, está buena y tu no.

Matar a la vecina no te hace más bonita que ella, ni hará que te veas más atractiva. Sin embargo, si te conviertes en asesina, en envidiosa, en una persona carente de valores; igual seguirías siendo comparada con aquella hermosa vecina. Lucrarnos con el talento ajeno no nos hace talentosos a nosotros. Eso pasa con los socialistas, no piensan en competir de una manera real y sana con el empresario, en superarlos, los ven como un enemigo letal. En los socialistas, el deseo más latente es quitarle todo lo que por años un empresario ha trabajado, porque ellos creen merecerlo.


 ”Los empresarios explotan a los trabajadores”

Henry Ford fue uno de los hombres que revolucionó al mundo con su espíritu creativo. Ford revolucionó las fábricas de todo el mundo, fue un capitalista, a quien se le atribuye el haber otorgado un estado de bienestar a sus trabajadores, a través de la sociedad de consumo. Buscó mejorar el nivel de vida de sus trabajadores y reducir su rotación. La eficiencia suponía el contratar y mantener a los mejores trabajadores. El 5 de enero de 1914, Ford anunció su programa un aumento salarial de 2,34 dólares a 5 dólares al día. Este programa también incluía la reducción de la jornada laboral de 9 a 8 horas al día, 5 días a la semana.

Según los economistas Daniel Raff y Lawrene Summers, consultados por América Economía, a un año de que el empresario duplicara los salarios, la productividad de la compañía creció entre 40% y 70% y la rotación cayó a un dígito, en un entorno donde los precios de los automóviles decrecían.

Las ganancias en rendimiento se asociaron con un alza en la moral de los trabajadores que se sintieron motivados a permanecer en la empresa y a trabajar más.

Uno de los capitalistas más famosos de la historia tomó una resolución basada en el deseo de distribuir parte del capital generado por su empresa, entre sus trabajadores. Ford, con una gran visión se dio cuenta de que esta decisión le traería mayores beneficios que costos. El magnate del sector automotor no intentó minimizar el costo del trabajo, sino que encontró el punto de eficiencia de su costo laboral y fijó los salarios en una línea que contribuyó a incrementar sus ganancias.

Con esto podemos concluir que un empresario no puede darse el lujo de oprimir a sus trabajadores, porque su rendimiento y productividad le disminuye las ganancias y la operatividad a la empresa.

Tener intereses y aspiraciones no nos hace pecadores, otro mito más del socialismo. Creer que tu talento vale, es creer en ti como persona, es tener amor propio. El capitalismo -al ser un sistema dinámico de constante cambio- nos lleva a ser mejores ciudadanos, a la innovación, al desarrollo al contaste al aprendizaje, a vernos como queremos ser.


“Los empresarios no merecen ganar más porque ellos no elaboran el producto. Las riquezas deben ser repartidas en partes iguales ya que son los empleados quienes se encargan de dar servicio o elaborarlos

Una industria, una fábrica, una empresa, una corporación o como lo quieras llamar, hasta un camión de comida rápida se mantiene en pie solo mediante una buena gestión, administración y manejo de recursos.

Podrás ser tú el que elabora un jabón, pero si no eres capaz de innovar ese jabón, si no eres capaz de organizar, planificar líneas de venta, líneas de procesos, de cambiar la formula y hacer que el producto sea atractivo y de mejor calidad para los clientes; si no eres capaz de mantener una buena negociación con alguien más, tu fabuloso negocio junto con tus sueños de que todos sean asalariados y ganen igual, morirán.

La verdad es que en cualquier línea de producción hay procesos más importantes que otros y estos procesos dependen de personal cualificado para poder operar. Una persona pasa 5 años o más en una universidad para poder operar una maquina o agilizar procesos productivos para llevarlos a sus consumidores y que estos se sientan satisfechos de donde gastaron su dinero. Esos años de estudios te reducen tiempo y esfuerzo de trabajo. Gracias a ellos, las empresas ganan más, y por ganar más hay más formas de retribuirle sus servicios a los empleados con mayores beneficios.


Cualquiera puede hacer una mezcla de jabón, pero no cualquiera puede mejorar y vender el jabón en masa, a un precio que sea rentable, con un proceso sostenible y que el producto sea de buena calidad. Ese es el trabajo del empresario.

 

Por: María Mago

María Mago

María Mago

Estudiante de Ingeniería Industrial UDO. Fundadora del movimiento estudiantil Irreverencia. Certificada en neurolingüística. "No se puede ayudar a la gente permanentemente haciendo por ellos lo que podrían y deberían hacer por sí mismos". Libertaria Pro-libre mercado

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