Bien decía Lech Walesa que el caso Venezuela es único en el mundo. Para solucionarlo no se puede recurrir a métodos tradicionales, ni pacifistas, “más temprano que tarde, tendrá que ser intervenido por fuerzas de coalición internacional”, agregó Walesa. Además, necesitamos el aporte de gente extraordinariamente virtuosa; no de los mismos políticos vividores de mafias y de contratos (véase caso Derwick).
La falsa oposición hace un mal planteamiento del problema venezolano ante el mundo, en su afán de restarle importancia y quitarle el sentido de urgencia que este requiere. Una “usurpación” no es más que un problema burocrático que pudiera solucionarse mediante acuerdos políticos. Pero esto es más que eso.
A los radicales, a diferencia del “pueblo” complaciente, no nos gusta repetir el discursito de los políticos. Entendemos la magnitud del problema y denunciamos de forma inclemente la negligencia e inacción de la Asamblea Nacional y del Presidente (E) Juan Guaidó. Exigimos soluciones contundentes e inmediatas. Los radicales no compartimos puntos de vistas con el status quo venezolano.
Sobre reconocer al chavismo:
La falsa oposición trata de darle reconocimiento internacional al chavismo dialogando con unos (Caracas 2014, Santo Domingo 2017-2018 y Oslo 2019) e incluyendo a otros en un futuro “gobierno de unidad nacional” ( como Luisa Ortega Díaz, Rafael Ramírez, Hugo Carvajal, Miguel Rodríguez Torres, Nícmer Evans y varios ex ministros de Chávez).
Pero, ¡no se deje engañar! Los radicales también reconocemos al chavismo, como la gigantesca red criminal y mafiosa que es.
Han hecho realidad el sueño de Pablo Escobar: un Narcoestado. Un imperio de la droga. Convirtieron el territorio en una plataforma de distribución para el mundo. Tienen nexos con Hezbolá y Hamás, grupos terroristas islámicos. Están alineados con Rusia, China, Irán, Turquía, Siria y Cuba, países que aborrecen la libertad inherente de occidente. Han cedido control de algunas zonas a las organizaciones marxistas-criminales colombianas FARC y ELN. PDVSA se ha convertido en una fuente de lavado de dinero perfecta para el crimen organizado. Todavía no sabemos el alcance ni la magnitud de la corrupción.
Irónicamente, quienes -de forma peyorativa- nos etiquetan de soñadores (por querer una intervención militar), creen que el chavismo narcotraficante, terrorista, criminal y corrupto cederá todo su poder y fuente de riquezas en un diálogo o en elecciones. ¡Ilusos!
Sobre el legado de Chávez:
Mientras la falsa oposición intenta rescatar lo “bueno” del dictador Chávez, especialmente en Voluntad Popular con sus “Maduro acabó con el legado de Chávez” de Lilian Tintori o el “Dudo que Hugo Chávez aceptaría lo que Maduro ha traído para Venezuela” que tuiteó Guaidó.
Los radicales sabemos que Chávez es el artífice del socialismo carnívoro que nos trajo hasta este punto y que sus proyectos no tienen cabida en la nueva República.
Su verdadero legado:
- El PIB se contrajo un 17,7 % en 2018.
- La tasa anual de inflación alcanzó un 1.370.000% a finales de 2018, según el Banco Mundial.
- Venezuela tiene el segundo mayor flujo de migrantes y refugiados a nivel mundial, se estima que para finales del 2019 habrán salido unos 5 millones.
- 89% de la población vive en la pobreza (ENCOVI 2018).
- Hay 89 homicidios cada 100.000 habitantes: el más alto de la región y casi tres veces el de países en guerra (ENCOVI 2018).
- Según el director del Observatorio Venezolano de la Violencia, antes del chavismo la tasa de suicidios era de 4 a 5 personas por cada 100.000 habitantes. Actualmente se disparó a una media de 19 personas. Lo que ha llevado a Venezuela a ocupar el primer lugar en las estadísticas del continente.
- La mortalidad infantil subió a 26 por cada 1000 nacimientos vivos en 2017, según un estudio. Solo entre el 23 y 28 de mayo de este 2019 Erick Altuve (11 años), Yeideberth Requena (8), Giovanni Figuera (6), Robert Redondo (7), Dainer Magdaleno (3), Yoider Carrera (2) y Nicol Díaz (3 meses) fallecieron esperando recibir algún tratamiento, en el J.M. De Los Ríos. Estos niños cometieron al menos dos errores en su cortísima vida: 1) Nacer en el país equivocado y 2) No ser hijos de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Leopoldo López o Juan Guaidó.
La cantidad de desgracias productos del socialismo son innumerables. Detrás de cada estadística, de cada número, hay una historia y alguien que padece el socialismo. Nosotros decidimos ser radicales por los niños que han muerto y los que corren el riesgo de morir; por la memoria de Neomar Lander, Juan P. Pernalete, Robert Redman, Bassil da Costa, Óscar Pérez y todos los que han sido asesinados por el régimen; por la gente que se deprime, la que no aguanta más y la que decide quitarse la vida; por la gente que pierde la vida por falta de medicinas o por la delincuencia; porque ya no nos comemos el cuento de los 20 años de “errores” de los mismos sospechosos de siempre.
Los radicales queremos coherencia y acciones contundentes.
Exigencias “radicales”
- Ruptura total con el chavismo. ¡Al chavismo, guerra!
- No dialogar con narcotraficantes ni terroristas. ¡Exigimos justicia!
- No queremos gobierno de unidad nacional con criminales. ¡No perdonamos, no olvidamos!
- Rechazar la injerencia rusa, china, iraní y cubana. ¡Somos occidente!
- Dejar de lado la campaña electoral en la que se que se encuentra desde hace casi 6 meses el presidente Guaidó. ¡Basta!
- Las acciones de calle deben tener objetivos claros, ¡Los ciudadanos no pueden seguir siendo utilizados!
- Dejar la actitud pacifista, inútil. ¡Es momento de pasar a la ofensiva!
- Tomar en cuenta al TSJ legítimo en el exilio. ¡El presidente Guaidó no los ha mencionado ni una vez!
- EE.UU es nuestro mejor aliado ¡Tomarlos en cuenta para cada decisión!
- Solicitar una coalición militar para recuperar el territorio nacional de fuerzas de ocupación. ¡Solos no podemos!
Razones para exigir hay de sobra. Y, usted ¿Estaría dispuesto a apoyar una agenda radical que busca ponerle fin a la tiranía ya, o prefiere seguir la misma agenda derrotada que puede significar 20 años más de tiranía?
Por: Alexis Paredes