En ocasiones me pregunto ¿Por qué si el mundo tiene tantos ejemplos del fracaso del socialismo, aún lo seguimos aceptando? Y la única respuesta que he conseguido hasta ahora es: porque los liberales lo permitimos.
Definitivamente el precio por no ocuparse de la política es, ser gobernados por los peores; y hay que decir que ser gobernados por comunistas es un precio muy caro por “no querer ser políticos”. Lo saben los rusos, alemanes, norcoreanos, cubanos; lo saben los argentinos y lo sabemos los venezolanos. Entonces… ¿Por qué sabiéndolo, aún los dejamos?
Para construir una casa se requiere un arquitecto, un topógrafo, un ingeniero, una cuadrilla de obreros, en fin, se requiere del trabajo integrado de lo que cada profesional en su área sabe hacer. La división del trabajo es un principio básico de la evolución, porque si todos nos ocupásemos de todo el resultado sería que nadie se ocupa de nada. ¿Qué se requiere para construir una sociedad de individuos libres? Sencillo: que aquellos que amamos la libertad nos integremos como equipo para hacerle frente a las malas intenciones de la izquierda, para defender y proteger los derechos individuales.
Mientras el día a día abruma la vida del ciudadano común, los defensores de la libertad hallamos el tiempo y espacio para promover aquello en lo que creemos y alertar cuando intentan quitárnoslo. Nos apasiona la lectura, somos firmes con nuestros principios y radicales en nuestras acciones; pero condescendientes en la política. Nos encerramos tanto en el “no me sacrificaré por nadie” que caemos en la inacción, hasta el punto de que no nos esforzamos ni por nosotros mismos.
En situaciones como esta el silencio es complicidad, pero la inacción lo es aun más. ¿Qué esperamos para unirnos y actuar contra lo que sabemos que está mal; que otros se nos unan? Debemos aceptar que eso no va a ocurrir aún, porque el orden espontáneo nos tiene en la etapa de “división del trabajo” y somos nosotros los que sabemos defender la libertad. ¿Se beneficiarán quienes no lo merecen? Si nos detenemos por eso seguiremos perjudicados quienes sí lo merecemos.
Capitalistas, cuestionemos nuestra posición y tomemos una decisión. Como dice Patro Kieran: “Más valioso es discutir de los errores ya cometidos que de las perfecciones de lo que aún no se ha construido”. ¿Vamos a seguir esperando que la sociedad entera lea a Hayek, Rand, Mises, Friedman o cuanto intelectual haya escrito sobre libertad? Ya cada uno de nosotros lo hizo, inclinándose por el de su preferencia, pero hasta que no lo pongamos en práctica ese contenido será inerte.
Este es un llamado para el venezolano liberal, libertario, anarcocapitalista o capitalista; para cualquiera que sea amante de la libertad y que desee predicar con el ejemplo. Aceptemos la realidad porque de lo contrario, no falta mucho para que tengamos que conformarnos con la esclavitud silenciosa. Nosotros sabemos cómo defender nuestros valores, tomemos la decisión: ¿Hacemos política o no?
No estamos de acuerdo con la vía electoral y la resistencia fue desvirtuada. ¿Qué nos queda? Dejar de pensar en abarcar todo el país y concentrarnos en un solo territorio con una propuesta como la de autonomía regional promovida por el MDL Venezuela y Marco Polesel, es el único camino que nos queda y que compartimos.
Aceptemos de una vez por todas que las mayorías no saben lo que nosotros hemos voluntariamente investigado y aprendido, la abrumadora realidad los domina y… ¿Vamos a culparlos?
Si queremos una sociedad de individuos libres, no existen otros que puedan lograrlo. Liberales, si no es hoy ¿Cuándo? Si no somos nosotros ¿Quiénes?
Por: José Miguel | Foto: Robert Daly
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