Para quien no lo sabe, un monopolio según la Real Academia Española es “una concesión otorgada por la autoridad competente a una empresa, para que esta se aproveche con carácter exclusivo alguna industria o comercio”.
En pocas palabras, se trata de un productor o comerciante que goza del control en la producción o distribución total de un producto o servicio determinado, permitiéndole esto establecer el precio que desee sin regirse por la ley de oferta y demanda ni correr riesgos de enfrentar competidores.
Pero siendo literales ante la definición, la única manera de establecer un monopolio es por medio de la ley, pues se trata de una concesión otorgada por la autoridad competente. ¿Puede un privado independiente establecer un monopolio? En un libre mercado, no; pero en un mercado intervenido y regulado por el Estado, sí.
Una Ley Antimonopolio en Venezuela pretende “evitar” este tipo de control todopoderoso de alguna empresa sobre el mercado, pero excluye a las empresas públicas, es decir, a las que están en manos del Estado. Pero si el monopolio solo puede ser establecido por concesión (ley), y es el Estado quien tiene el monopolio de la ley para aplicarla a discreción, junto con una innumerable cantidad de medios de producción expropiados, ¿son las empresas estatales entonces un monopolio? Claro que sí.
Podemos citar algunos ejemplos. El Estado venezolano controla toda la producción, distribución y comercialización de la energía eléctrica a través de CORPOELEC. Pero no se queda ahí, pues también controla las telecomunicaciones a través de CANTV.
¿Eso es todo? No; también controla la distribución de alimentos a través de PDVAL, el 80% de las azucareras y el control total de las cementeras; sin mencionar el monopolio que ejerce sobre el petróleo a través de PDVSA y el secuestro a las divisas a través de CADIVI, SITME, SICAD I, SICAD II, CENCOEX y cuanta estúpida idea se les ocurre.
Curiosamente, hoy el venezolano cuenta con el peor servicio eléctrico y de telecomunicaciones en el mundo. Los niveles de escasez de alimentos son incomparables con ningún otro país; se hace cola por un kilo de azúcar y no se consigue cemento ni para las propias obras públicas. Además, PDVSA tiene más deudas que ingresos y el secuestro de las divisas terminó en un robo de más de 25mil millones de dólares que aún no se investiga.
Sin darle más vuelta, los comunistas que hoy controlan el poder en Venezuela disfrazaron una ley de antimonopolio que no aplica para los únicos monopolios que hay: los que ellos mismos han establecido.
Bien dicen que, mientras más leyes tenga un gobierno, más corrupto es.
Por: José Miguel | Foto: Dave Rutt