Suelte la moral y piense en lo siguiente: “Los pobres tienen derecho a que los ricos los ayuden y en consecuencia los ricos tienen la obligación de ayudar a los más pobres”. Insistir que esto es justo, es una aberración de personas con problemas mentales. La pobreza no es una fuente de derecho, por lo tanto, los ricos no están obligados a ayudar a los pobres y los pobres no tienen derecho a obligar a los ricos a que los ayuden. Retome de nuevo su moral.
Leyendo un artículo del profesor Olavo de Carvalho titulado Direitos e pobreza (2013), me hice la pregunta ¿Acaso no es realmente obvio que quien no tenga los medios para ayudar a alguien que lo necesita, no comete un crimen? Se puede entender allí que no es lo mismo un derecho que una obligación moral. Un derecho, una vez consagrado, genera obligaciones para algún otro –generalmente al Estado. Una obligación moral, en cambio, está condicionada a los medios disponibles para realizarla. Cuando la izquierda asume que la pobreza es una fuente de derecho, y al mismo tiempo, confunde una obligación moral con un derecho, está convirtiéndose en un tribunal moral, ad hoc, que redefine el sistema político desde la construcción de una nueva narrativa: una sociedad injusta.
Ante la presencia de una sociedad de este estilo, injusta y de malas personas insolidarias que votan por proyectos políticos que NO ayudan a los necesitados, es que abanderan la justicia social. Esto lo puede entender hasta cualquier analfabeta.
Los parásitos que defienden la justicia social dicen que ser rico es malo, ser empresario, ser emprendedor, ser inteligente, ser destacado o diferente, siempre será mal visto por ellos. Detestan la palabra mérito. Estéticamente se inclinan a la fealdad. Por eso ellos definen ahora lo que es bueno y malo.
En las sociedades donde existe una clase media fuerte, la narrativa de la justicia social no tiene fuerza. ¿Acaso no es lógico que mientras más pobres existan, más votos tienen los socialistas para llegar al poder con esta farsa? Para garantizar todos los derechos que promete la izquierda es necesario pagar más burócratas, por eso siempre quieren cobrar más impuestos, a ricos y pobres.
La justicia social se promueve en Venezuela desde hace décadas por la clase política tradicional MUD-PSUV junto a su rebaño de intelectuales:
- Contra el libre mercado.
- Contra un Estado Mínimo.
- Y sobre todo, en contra de los valores conservadores que ordenan a la sociedad venezolana.
¿Por qué? Porque necesitan que el Gobierno tenga más presencia en la vida cotidiana de los ciudadanos:
- Para justificar una mayor burocracia, que en lo general es el bulto de parásitos de sus partidos políticos.
- Para controlar la economía y generar más codependencia desde sus programas socialmente justos que llegan a todos por igual.
- Para liberalizar los valores y atomizar a la sociedad en parásitos, brutos y débiles sin virilidad: una sociedad de individuos sin el coraje para defenderse a sí mismo, a su familia y a su entorno. Es decir, necesitan eunucos irresponsables de lo que dicen y hacen.
La justicia social entonces es una trampa caza bobos, fundada en una mentira que es expuesta por los que se sienten orgullosos de ignorar la historia de la humanidad. Es parte de una ideología chancletera que solamente es posible defender desde la comodidad que proporciona el uso del dinero ajeno.
Debemos defender los valores que nos permiten vivir en Libertad, donde cada quien puede valerse de sí mismo sin depender de las dádivas de los politiqueros. Los valores conservadores de la sociedad venezolana. Así que ayudemos a las personas a pensar, que, como dice el dicho popular: la cabeza no es solamente para llevar pelo.
Libertad o nada
Por: Roderick Navarro de @Rumbo_Libertad
