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La inflacion es una tasa de interes

La inflación es una tasa de interés por un dinero que nadie pidió prestado

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Hay algo que los gobiernos aman mucho más que el control: el control absoluto.


 

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Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

 

¿Cómo puede el gobierno controlar a la mayor cantidad de personas, con la menor resistencia posible? El uso de la fuerza es una de esas formas, que lo utilizan constantemente, pero usar la fuerza de forma masiva puede ser contraproducente y es muy difícil a gran escala.

Hay algo que funciona mucho mejor: controlar el dinero.

Veamos…

Son muchas las atrocidades que se han cometido desde el gobierno, usando al dinero como herramienta de control social. Cuando el gobierno se reserva la «emisión» de dinero, que no es más que la impresión de papel sin valor, quienes pagamos el precio somos nosotros, pues nuestro tiempo es oficialmente devaluado.

Hay aún millones de personas que ven al dinero como un «demonio», sin darse cuenta que al hacerlo están -precisamente- diciendo que el fruto de su trabajo es «perverso». ¿Quiénes creen ustedes que alimentaron esa visión «perversa» del dinero y por qué? ¿A quiénes les conviene que las personas odien al dinero?

Esa matriz de opinión le ha hecho muy sencillo al gobierno el trabajo de patearnos usando al dinero en nuestra propia contra. Una vez lavados los cerebros en contra del dinero, cualquier cosa que el gobierno haga para perjudicarlo conseguirá poco o ninguna resistencia.

Es justo aquí donde entra en juego eso que todos conocemos como «inflación». Algunos dicen que «la inflación es el incremento de los precios», culpando a los comerciantes. Otros dicen que «la inflación es un impuesto a los pobres», como si solo afectara a ellos.

Mi definición:

Veámoslo con un ejemplo de la vida real: los cheques de estímulo «por la pandemia». ¿Qué ocurrió? La reserva federal de Estados Unidos prendió la impresora de «Benjamins» y más billetes fueron inyectados a la economía.

Gente que no estaba trabajando, recibieron billetes en sus cuentas, listos para gastar, tal cual como si les hubiesen aprobado una tarjeta de crédito. ¿Qué hizo la gente? Pues usarlos, es de sentido común.

Literalmente, el gobierno te «prestó» un dinero que en realidad no pediste prestado. Quizás lo necesitabas, quizás te hacía falta, pero como con las tarjetas de crédito, si gastas más de lo que produces, no hay otro destino: hay que pagarlo.

El gobierno sabe jugar psicológicamente con todos nosotros, porque nada se siente más sabroso que una pila de billetes recibidos, listos para consumir. Esa pila de billetes fue impresa; la impresión de dinero causa inflación y la inflación significa que ahora tenemos que pagar más por todo.

La única forma de dejar de recibir ese «préstamo» que no pedimos, pero que recibimos y usamos es: quitarle al gobierno el poder para emitir dinero.

¿Podemos? Ya hay alternativas, pero hay que ser más valientes para cambiar del sistema inflacionario, al dinero sano. Hacen falta más valientes que desafíen lo establecido y estoy seguro que los veremos en las nuevas generaciones.

Cierro con esto…

Jose Miguel

Jose Miguel

Antes de conquistar el poder, debemos conquistar los medios, por eso fundé esta revista y no un movimiento estudiantil. Esta es mi cuenta de Twitter @JP7___

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