Desde tiempos inmemoriales se ha escuchado en Venezuela, que el sistema socialista antes en manos de AD y COPEI y ahora en manos del chavismo, tenía una sorpresita que cambiaría por completo la forma de alimentarse del venezolano. ¿De qué se trata? De la famosa cartilla de racionamiento cubana.
Sí, usted simplemente irá al “súper” mercado con su tarjeta asignada y le permitirán llevar comida a su casa, en cantidades tan miserables como sea posible. ¿”Dos por persona” no les parece miserable? Bueno, lo reducen a “uno solo por persona” cuando quieren y “si es que hay”. El objetivo sin duda es perverso, pues ningún socialista tiene buen corazón; ellos solamente quieren el poder porque significa dinero fácil; y mucho más fácil es cuando la gente no se queja.
El 2013 fue terrible para esto que algunos llaman “país”. El toque técnico que dieron los cubanos en el quirófano para deshacerse de su propia creación, terminó dejando a Venezuela en manos de un completo bruto. ¿Qué cosa buena puede resultar de la combinación entre un chofer de Metrobus y una crisis económica a punto de explotar? No es difícil de resolver, el resultado es: Venezuela en el 2014.
Mucha tela hay para cortar sobre el porqué Venezuela tiene esta incalculable escasez. Los comunistas se han robado medios de producción, han establecido precios máximos; aprobaron una Ley de Precios “Justos” para ahorcar al productor y al comerciante, en fin, han hecho todo lo que no se debe hacer si uno en verdad quiere que un país se desarrolle y sus ciudadanos prosperen.
Pero ellos son comunistas y si hay algo de lo que el comunista carece es: de buenas intenciones. Esa es la razón por la que hoy los venezolanos pierden su vida haciendo colas para comprar, ya no el “dos por persona” sino lo que consiga. Uno ve esas interminables colas y solo puede pensar que con razón estamos así, pues alguien que está dispuesto a pasar 4 horas bajo el sol inclemente sin saber si podrá comprar, sencillamente no está produciendo nada.
¿Creen que eso debería ser suficiente? Ningún malvado va a detenerse por los gritos de su víctima, eso le produce placer; y mientras su víctima sonría de vez en cuando todo marchará bien. Y es gracias a esas sonrisas al final de cada cola; es gracias a esa disposición a pasar 4 horas bajo el sol radiante esperando que llegue algo, y es gracias a todos esos aplausos en cadena nacional, que hoy se han inventado una nueva forma de humillar a sus víctimas: Venezuela controlará el consumo con lectoras de huellas digitales en los supermercados.
Mientras el mundo ha tenido de ejemplo casos como el de Polonia en 1990, donde los productos volvieron a los anaqueles de los supermercados luego de que abolieran los controles de precios; en Venezuela las “soluciones” son: más controles, más burla y más humillación.
Los socialistas culpan a los privados, a los contrabandistas; incluso han llegado a afirmar que la razón de la escasez es que la gente ahora compra más porque tiene más dinero en el bolsillo, pues no esperemos que admitan sus macabras intenciones. Pero la culpa real es del “socialismo”, un sistema que ha causado más daños que cualquier bomba nuclear y que cualquier huracán; y solo existe una solución real para esa enfermedad, se llama Libre Mercado. ¿Lo lograremos en manos de estos malandros? Eso jamás, por eso ya sabemos por dónde tenemos que empezar.
Por: José Miguel | Foto: elnuevodiario.com.ni