¿Qué tengo? ¿Qué quiero? ¿Cuál es el camino? Con estas palabras comenzamos a cuestionar nuestra existencia tan pronto nos sentimos atorados y necesitamos un cambio. Con estas palabras, descubrimos que algo nos falta para lograr lo que conocemos como ¨Felicidad¨.
Del mismo modo en el que las huellas dactilares son diferentes en todos los seres humanos, la felicidad individual también lo es. De manera que no existe un patrón o fórmula exacta para lograrla. Muchos consiguen la felicidad en el éxito profesional, otros en la vida familiar, otros curiosamente en la soledad. Sin embargo, el aspecto más importante en ese camino que transitamos mientras buscamos la felicidad, es reconocer que la misma no debe entorpecer ni contrariar nuestros valores, así como no debe privarnos ni privar a los demás de su libertad.
Por tal razón, la felicidad es posible solamente para aquel hombre racional, el hombre que sólo quiere objetivos racionales, busca sólo valores racionales y encuentra su alegría sólo en acciones racionales.
Tú, que te has preguntado: ¿Qué tengo? ¿Qué quiero? ¿Cuál es el camino? También tienes que preguntarte: ¿Soy un ser Racional o un Ser Emocional? Porque justamente allí, radica la respuesta a todas esas preguntas.
Las personas emocionales tienden a tardar más en descubrir cuál es su verdadera felicidad, esto debido a que malgastan su energía buscando satisfacer el capricho del momento. Por este motivo, no son constantes en sus objetivos, sus planes carecen de sentido y cuando su mente crea un nuevo capricho, empiezan de cero un nuevo camino, que en la mayoría de los casos no lleva a ninguna salida. Por su parte, las personas racionales, no es que sean más felices, pero sus ideales -o mejor dicho- sus objetivos son más tangibles, lo que les permite planear, ejecutar y finalmente disfrutar del resultado final. Ese es el momento al que ellos llaman Felicidad.
Una vez que definas si eres racional o emocional, descubrirás que tienes una nueva pregunta en tu cabeza: ¿Cómo empiezo? Es la más importante porque implica movimiento; en esta etapa ejecutas lo que tanto has pensado, meditado y descubierto que supuestamente te hará feliz. Es aquí, en la etapa de ejecución, donde puedes replantear las acciones a tomar. No te sientas culpable si tomas decisiones erradas, precisamente de esta manera se enriquece tu conocimiento. Las segundas oportunidades existen, aun cuando sientas que no vives en libertad, por supuesto, debes ser tú el encargado de abrirles camino para que estas lleguen a tu vida.
Personalmente considero que todo tiene su fecha de vencimiento, de manera que debes estar preparado para el cambio. Vive, equivócate y vuelve a vivir, sólo tú decides cuántas vidas quieres experimentar. Puede que mueras solo una vez, pero puedes vivir tantas veces quieras.
¿Mi consejo? Define qué tienes, descubre qué quieres, tantea el camino, plantéate cómo comenzar, pero sobre todo sé racional, esa es la clave de la Felicidad.
Por: Siulilba Balza S. | Foto: AP Photographie