Skip to content
ayn rand objetivismo venezuela intelectuales hombres de negocio

Intelectuales Y Hombres De Negocio, ¿Lo Que Venezuela Necesita?

Compartir en facebook
Facebook
Compartir en twitter
Twitter
Compartir en whatsapp
WhatsApp

El enemigo más férreo del socialismo del siglo XXI y de los saqueadores es el conocimiento, la superación personal y la excelencia. Esto se evidencia cuando desde el canal manejado impunemente por el Estado (VTV), en su programa de las noches cargado de neolengua y adoctrinamiento -el cual tiene como base el odio, el resentimiento y la desinformación- ataca sin ninguna reserva a dos tipos de personas que son: “los intelectuales y los hombres de negocios”.

Si bien podría decirse que se burlan de ciertos personajes de la política opositora, el ensañamiento real se da a estos dos tipos de personas antes mencionadas y lo podemos ver cuando llaman «fascista» a una chica con promedio de más de 19 puntos por reclamar no ser asignada a una carrera en un universidad pública, o cuando se ataca a los comerciantes por poner sus precios acorde a la realidad sin recibir perdidas.

Y podemos ver dos razones del porque estos ataques:

  1. Al socialismo ser un atavismo moral en el cual se busca llevar a los seres humanos a su estado más primitivo -como mencioné en el artículo anterior – y convertirlo en un bárbaro, no puede permitir que los dos hijos que nacieron del capitalismo, es decir aquellos gestados por la revolución industrial –intelectuales y los hombres de negocios– sean visibles o tomados como ejemplo, porque como ya sabemos, los socialistas no apuntan precisamente a la creación de riqueza sino al saqueo.
  1. La izquierda renunció a la razón y exige a las personas que vivan a través de lo que ellos saquean de los demás y que su espíritu este rendido ante un vendedor de revelaciones o en pocas palabras: a un místico. Los intelectuales y los hombres de negocios rompen con el esquema ya que se convierten en el productor de riquezas y el proveedor de conocimientos de la sociedad, además -como nos dice Rand- la razón y su expresión practica –el libre comercio- fueron prohibidas como pecado o un crimen o fueron toleradas como una actividad innoble, bajo el control de autoridades que podrían revocar la tolerancia a su antojo. Tales sociedades fueron regidas por la fe y su expresión práctica: la fuerza.

Pero profundizando más a los hijos de la libertad, encontramos dos papeles fundamentales que en nuestros país no han cumplido unos -los intelectuales- y no los han dejado cumplir a otros -los hombres de negocios:

Los intelectuales

Que tienen el papel de integrar y ser la voz de una cultura, aquellos que a través de proveer el conocimiento ayudan a embarcar a la nación hacia el progreso; aquellos que son consejeros, críticos y asesores de los políticos que llegarán al poder y -depende de cuánto escuchen a sus intelectuales- llevarán adelante a quienes dirijan. Esto, claro, sin tomar en cuenta a esos que se hacen llamar “intelectuales” que son como zombis y que han rendido su mente a posturas místicas o bárbaras que no creen en el libre mercado y su mayor y más peligrosa argumentación se remite a un simple “Tengan Fe”.

Los hombres de negocios

Los cuales cumplen el papel de liberar a través de la creación de fuentes de trabajo, como han liberado a las personas de la esclavitud y de 18 jornadas de trabajo física para su mera subsistencia, de las hambrunas, de las pestes y del terror que antes de la llegada del capitalismo habían sufrido y aún siguen sufriendo los países no capitalistas.

Todos nosotros -hombres de razón y de bien- debemos convertirnos en esos intelectuales del futuro, académicos y políticos con algo en la cabeza más allá de los resultados de las encuestas. Debemos convertirnos en los artistas, empresarios, economistas que decidamos ser y así, con una poderosa sociedad de profesionales, es que vamos a sacar adelante a Venezuela de la miseria que nos ha tocado vivir.

Y como de costumbre termino con un fragmento del pensamiento de nuestra gran Ayn Rand para la reflexión:

“La razón requiere libertad, confianza en sí mismo y autoestima.  Requiere el derecho de pensar y actuar de acuerdo con la guía de propio pensamiento, el derecho a vivir por el propio juicio independiente. La libertad intelectual no puede existir sin libertad política; la libertad política no puede existir sin libertad económica; el colorario es una mente libre y un mercado libre” Ayn Rand, El Nuevo Intelectual.

 

Por: Anderson Riverol  |  Foto: Los gigantes de la industria

Anderson

Anderson

Miembro del Comité Académico de @CEDICE / Responsable Nacional de Formación @VenteJoven / #Lidera5 / Egresado USB / Secretario de la @aeusb y Miembro del Comite de Comunicaciones de @IFLRY

¿Te gustó este artículo? ¡Compártelo!

Compartir en facebook
Facebook
Compartir en twitter
Twitter
Compartir en whatsapp
WhatsApp

Revista tu email una vez te suscribas

Revista tu email una vez te suscribas