Skip to content
Gaby Espino 1 if revista digital

Gaby Espino ¿Has Pensado En El Poder De Tu Belleza?

Compartir en facebook
Facebook
Compartir en twitter
Twitter
Compartir en whatsapp
WhatsApp

¿Quién no ha alabado la belleza de la mujer venezolana? Tan evidente es, que en el extranjero se refieren a Venezuela como el país de las mujeres bonitas. Para nosotros los venezolanos, cuando pensamos en la belleza venezolana es imposible hacerlo sin pensar inmediatamente en Gaby Espino.

Algunos la recordaremos en sus afiches de Polar donde pudimos conocerla en todo su esplendor; otros por sus novelas. Esa chica delgada, de piel canela y con mirada misteriosa que cautiva fácilmente a cualquiera que mire fijamente su imagen. Así es la belleza femenina, tiene un impacto indiscutible.

¿Pero cuál ha sido el uso de la imagen femenina en el mundo? Simplemente se reduce a concursos de belleza que terminan en obras de caridad, y el famoso discurso de la paz mundial. Ver tanto potencial desperdiciado es lo que me motiva a querer ir más allá con esta carta.

Es un hecho, el discurso de “paz mundial” está trillado porque se habla de paz pero no se menciona cómo se logra. Algunas personas creen que la causa de la violencia son las armas, el dinero o la desigualdad social; pero nadie va a la guerra si no es para defender sus ideas.

Recientemente le sugerí a una amiga que participa en el Miss Venezuela, que dejara de lado el tradicional “discurso de paz” y se animara a llevar una idea más poderosa y necesaria en nuestros tiempos: la libertad. Como no vi interés en mi amiga, hoy quiero proponérselo a Gaby Espino.

En varias ocasiones, Gaby Espino ha sido atacada por fanáticos. Una vez fueron futbolistas como Juan Arango y Cíchero porque hizo público su apoyo a la selección mexicana en un partido de fútbol contra Jamaica y a estos les pareció que Gaby Espino no tiene derecho a querer a ningún otro país o selección. Luego fueron los nacionalistas, y es que como consecuencia del terrible asesinato de Monica Spears, Gaby Espino expresó “Amo a mi país, pero yo no piso más Venezuela” y fue atacada por tomar las precauciones que Monica Spears no tomó.

Gaby Espino, si no te has dado cuenta fuiste víctima de las ideas colectivistas, esas que han sido la causa de todas las guerras que conocemos. Te atacaron por tener preferencias personales y por asegurarte de que tu vida no corra riesgo. ¿Cómo puede el mundo acercarse a la paz si la mayoría se considera con el derecho de atropellar a la minoría, al individuo?

Esta es una invitación para que te animes a promover las ideas que el mundo entero parece haber olvidado, pero más aún, Venezuela. Desde la distancia y sin poner en riesgo tu vida, puedes ser la imagen que ninguna otra mujer parece atreverse a ser. Tú, que has sido criticada por expresar tus propios gustos y por no querer poner en riesgo tu vida puedes ser la voz del cambio.

Ningún venezolano que deja Venezuela lo hace por desea vivir en un país con más controles; lo hacen porque quieren libertad. Tú, que también lo has hecho y te has dado cuenta que el único camino hacia la paz es que cada quien sea libre para expresarse y ganarse la vida como mejor le parezca, sin más limitaciones que las propias. Tú, que has podido conocer países que viven en paz gracias a la libertad política y económica, ¿Qué tal si te conviertes en esa imagen y esa voz de libertad que tanta falta hace hoy día?

Margaret Thatcher no era así de bella pero qué hermosa se veía con las ideas que promovía.

 

PD: No puedo cerrar esta carta si quedar completamente a la orden y estoy convencido que como yo, otros liberales se sumarían en tu apoyo para la promoción de las ideas de libertad.

Por: José Miguel  |  Foto: Gaby Espino

Jose Miguel

Jose Miguel

Antes de conquistar el poder, debemos conquistar los medios, por eso fundé esta revista y no un movimiento estudiantil. Esta es mi cuenta de Twitter @JP7___

¿Te gustó este artículo? ¡Compártelo!

Compartir en facebook
Facebook
Compartir en twitter
Twitter
Compartir en whatsapp
WhatsApp

Revista tu email una vez te suscribas

Revista tu email una vez te suscribas