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venezolano no feliz politicamente correcto

El Venezolano No Es Feliz, Solo Es Políticamente Correcto

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Todo empezó cuando nos enteramos de que estábamos en la lista de los diez países más felices del planeta Tierra, superando con creces a otras naciones de ese Primer Mundo que tanto envidiamos en otros términos.

—¡Al fin les ganamos en algo! —dijeron muchos con el orgullo enrojeciendo sus caras, mientras que otros cuestionaron los datos del NEF (organismo que se encarga de medir el Índice del Planeta Feliz) diciendo que estaba financiado por la boliburguesía.

No obstante, terminamos dándole a la cosa el beneficio de la duda y llegamos a la conclusión de que no había contradicción entre la realidad y lo que nos aseguraban de que los venezolanos éramos muy felices por naturaleza pues, para nosotros, la felicidad no tiene que ver con las cosas materiales —dinero, estabilidad económica— y demás «tonterías que nada llenan el espíritu».

Pasa que, analizando la situación más a fondo, esto tiene un lado oscuro. Si salimos a las calles de Caracas un día cualquiera, nos encontraremos con una ciudadanía que siempre está a la defensiva, siempre paranoica y al pendiente de cualquier situación incómoda que pueda presentársele, ya sea que tenga que ver con la delincuencia o con los graves problemas económicos que asolan Venezuela.

Nuestra «felicidad» no es tal, más bien se trata de una respuesta instintiva y políticamente correcta a la pregunta: «¿Eres feliz?», pues en Venezuela es mal vista la gente triste, se le ve como aguafiestas o desentonada. De modo que si alguien te pregunta «¿cómo estás?», tú dirás «¡bien!», quizás hasta con euforia, aun si estás siendo carcomido por una depresión o aunque los problemas sociales te estén agobiando más que a cualquier otro.

Pero no es lo mismo decir que «eres feliz» a que realmente lo seas, y esto los venezolanos -que somos zombies- no lo sabemos diferenciar. Nos creemos felices cuando en realidad no lo somos, porque una persona estresada por el alto costo de la canasta alimentaria, paranoica a causa de los ladrones y secuestradores que abundan, obstinada de las luchas por poder entre el oficialismo y la oposición, y frustrada por lo difícil que es convertirse en una persona totalmente independiente, no es una persona feliz, aun si responde «sí» a la pregunta «¿Eres feliz?».

 

Por: Nixon Piñango

Nixon Piñango

Nixon Piñango

Periodista y escribidor. Artista de vez en cuando pero no perroflauta. Liberal de verdad.

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