Para todos los venezolanos e incluso para aquellos extranjeros que en algún momento nos visitaron, la palabra ¨chévere¨ caracterizaba por completo la alegría natural que desbordaba nuestro pequeño paraíso tropical hasta finales de los 90. Chévere no era más que una palabra que enfatizaba y reforzaba todo lo relacionado a bueno, agradable, estupendo, excelente, gracioso y ¿por qué no? Elegante también. Y hablo en pasado porque nada puede ser denominado chévere si carece de libertad.
No es un secreto para nadie, ni muchos menos para los que apoyan este absurdo régimen totalitario denominado en un principio como socialismo del siglo XXI y que actualmente ni ellos mismos saben qué nombre colocarle, que Venezuela hace mucho dejó de ser un país chévere.
Libertad, palabra que al parecer el 50,66% de los habitantes de Venezuela no tenían claramente definida al momento de ejercer su derecho al voto en el año 2013 pero que ahora, en práctica de su antagonismo están entendiendo. Si pedimos a una persona definir la libertad, muchos de seguro usaran la palabra esclavitud, qué cosa tan curiosa, querer definir una palabra utilizando su antónimo. Es por ello que el venezolano hoy en día, al descubrir todas las restricciones que tiene en su vida, se da cuenta del verdadero significado de libertad. Les listo ejemplos para que entiendan mejor mi planteamiento:
Libertad es actuar, hablar y pensar como uno quiere, sin que otras personas, incluso aquellas que tienen cargos oficiales con autoridad nos impongan restricciones opresivas. Se lee y escucha muy chévere pero en la práctica, el Estado venezolano, a través de la resolución 008610 del Ministerio de la Defensa, publicada en la Gaceta Oficial del 27 de enero de 2015 autorizó el “uso de la fuerza potencialmente mortal, bien con armas de fuego o con otras armas potencialmente mortales” como recurso para pacificar protestas en contra del régimen.
Esta censura ciertamente es muy cómoda para aquellos que están en el poder, pues que sabroso es hacer las cosas mal y reprimir a todo aquel que critique y amenace tu estadía en la cumbre de la pirámide.
Libertad implica que no se pongan obstáculos en nuestro camino y que no haya limitaciones que nos impidan actuar como lo decidamos. Los ejemplos para este punto vendrán a tu mente si piensas en todos los pasos que debes cumplir para salir del país por vacaciones o por estudios, si deseas ahorrar en otra moneda distinta al bolívar (tácitamente prohibido en Venezuela), si decides emprender un negocio y dejar volar tus habilidades, y ¿por qué no? Si decides reprender a tu empleado por estar haciendo un mal trabajo.
Libertad es poder vivir sin que nos ataquen, estafen, roben o perjudiquen. Aquí ciertamente tenemos un extenso número de ejemplos. Nadie puede ir en una vía pública utilizando su celular, laptop o vistiendo su mejor reloj, lentes o algo tan común y usual como el anillo de bodas, porque tiene un 99% de probabilidad de ser atacado, robado, e incluso asesinado.
Entonces, luego de haberte listado estos ejemplos que de seguro en algún momento leíste o viviste en carne propia, y que por tu rutina diaria que incluye horas de tráfico, delincuencia, colas, escases y paremos de contar, has olvidado, te invito el día de hoy a hacer la prueba y contar ¿cuántos «chéveres» le darías a tu vida? O mejor aún, trata de responder a estas preguntas con un «chévere»: ¿ Qué tal tu camino al trabajo? ¿Cómo van los planes para tus vacaciones? ¿Cómo va tu negocio familiar? ¿Cómo le fue a tu hijo, primo, amigo o vecino cuando quiso expresar sus ideas de libertad?
Si eres ese venezolano que se hace de la vista gorda a todo, que se acostumbró a verle el lado positivo a la represión y que en algunos casos se denomina a sí mismo como ¨optimista¨ de seguro tu vida está aún llena de momentos supuestamente chéveres, pero en cambio, si eres ese Venezolano que está ansioso de libertad, de desarrollo y calidad de vida, seguro ya te diste cuenta de que no eres libre y de que ciertamente no te sientes tan chévere.
Por: Siulilba Balza | Foto: google.com
