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El Socialismo Es Una Estafa

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Yo sólo recuerdo una infancia escuchando las cadenas nacionales de Hugo Chávez, que parecían interminables, si no tenías algún paquete con medios internacionales para tu televisor, era casi imposible ver algún programa de entretenimiento o comiquitas que no fuese escuchar las anécdotas, falacias y malos chistes del difunto durante largas horas. 

Para los que nacimos en los años 90s, se nos hacía un tanto difícil poder distinguir entre una educación de formación a un adoctrinamiento de parcialidad política; la verdad es que en la escuela fácilmente podían regalarte una libreta con dibujos para colorear a la familia de Chávez y ni siquiera te dabas cuenta. Se solía ser bastante inocente para entonces.

Afortunadamente nací en una familia consciente y pensante, que pese a todo me dejaron muy claro los valores con los que hoy puedo discernir entre lo bueno y lo malo. 

Desde luego, el socialismo con su traje de chavismo nunca ha sido bueno. 

Tanto en el régimen de Chávez, como en el de Maduro, siempre fue usual escuchar los fantasiosos mensajes y analogías que en la realidad sólo eran una farsa.

Nos hablaron contra los ricos; hoy ellos son ricos y nosotros pobres.
Nos hablaron de los indígenas; hoy masacran a nuestros pemones.
Nos hablaron de tomar los medios de producción para el pueblo; expropiaron y quebraron todo.
Nos hablaron de igualdad; hoy las madres sólo viven en colas para adquirir una harina pan, sin importar clase social.
Nos hablaron de educación gratuita; hoy la deserción estudiantil supera el 40%.
Nos hablaron de salud gratuita; la gente muere en hospitales por falta de insumos.
Nos hablaron de ecología; hoy sus mafias han destruido a nuestros bosques en busca de oro y coltán.
Nos hablaron del amor por los niños; hoy más de la mitad se duerme sin comer.
Nos hablaron del amor por los ancianos; hoy hacen interminables filas para cobrar una pensión que no les alcanza ni para comprar la pastilla para la hipertensión.
Nos hablaron del poder ciudadano; hoy el que se rebela solo tiene segura la cárcel, el exilio forzado o la tumba.
Nos hablaron de la clase obrera; hoy los médicos y profesores ganan menos de $6 al mes.
Nos hablaron de libertad de expresión; han cerrado medios, persiguen y encarcelan a periodistas, y hasta han asesinado a muchos por informar la verdad.
Nos hablaron de la autodeterminación de los pueblos; hoy tenemos injerencia de Cuba, China, Rusia.
Nos hablaron de libertad; hoy más de 4 millones de venezolanos han huido de estas fronteras; por avión, por bus, e incluso caminando.

Vivir en socialismo te quita cualquier duda de que no es más que una vil estafa para los individuos, quienes son sometidos y amordazados por aquellos que detentan el poder.

Claro, sería injusto no reconocer que quienes promueven estas ideas desde el poder, viven hipócritamente con abundantes riquezas y prosperidad a costa de los demás, pues he allí el trasfondo de todo; el socialismo es una estafa para los ciudadanos de a pie, aquellos que les toca estudiar y trabajar para poder salir adelante, pero las condiciones de este sistema se los impide, pues está diseñado estrictamente para que los que se creen seres superiores (gobierno) vivan como reyes, mientras los demás (ciudadanos) viven como esclavos.

Insisto, el socialismo es una estafa para los ciudadanos honestos que quieren triunfar y prosperar, pero es todo un negocio para los regímenes y sus enchufados que viven del bolsillo de los individuos que intentan producir.

Defraudar una y todas las veces que sea necesario a cada uno de los individuos que les dio su voto, y su  confianza, con la esperanza de que su plan sí funcionaría para sacar adelante a Venezuela, es intrínsecamente parte de sus estrategias planificadas para alcanzar y mantenerse en el poder. Por eso el daño ocasionado hoy parece ser irreversible. 

Se comportaron como animales con poder, se burlaron de todos, produjeron intencionalmente el hambre y la muerte de millones de venezolanos. Sin embargo,  luego de 20 años, la salida de estas mafias parece no tener vuelta atrás. 

Después de todo, parece que tanto dolor ha sido necesario para que mi país y mis conciudadanos entiendan de una vez por todas que el socialismo es una estafa y que la libertad es lo que funciona; que la prosperidad va a llegar, y solo será gracias al esfuerzo y trabajo honesto que cada uno de nosotros esté dispuesto a dar. 

Una vez tengamos un país libre, nunca más permitiremos darle poderes y cheques en blancos a hombres que solo prometen para no cumplir; y que  nuestro rol será el ser vigilantes constantes de cada paso que den, no sólo a lo interno sino a lo externo también. 

¿Será fácil? No. ¿Será pronto? Quizás. ¿Funcionará? Sí. ¿Lo vamos a lograr? ¡Por supuesto que lo vamos a lograr!

 

Por: Abg. María Oropeza

María Oropeza

María Oropeza

Abogado. Secretaria Política Regional de Vente Portuguesa. Defensora de los derechos individuales: vida, libertad y propiedad. Guanareña y libertaria.

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