En Venezuela -cuando nos referimos al gobierno como agente económico- debemos tener en claro que nuestra cultura referente a la economía está enmarcada en los prejuicios. Hoy parece que quienes están en cargos políticos o en una silla esperando su turno para ocupar dichos cargos, condenan al libre mercado ignorando no tan inocentemente que la libertad económica es corolario de la libertad política.
Por un lado tenemos a los opositores escépticos del mercado autodenominados progresistas, con los resultados que están a la vista y da el libre mercado. Ellos, alimentando los prejuicios colectivos que desde años se han sembrado en los venezolanos, argumentan que el liberalismo es algo radical, extremo o fundamentalista, ofendiéndonos a todos aquellos que usamos la razón y estamos orgullosos de eso.
Por otro lado tenemos a los que están en el poder, enemigos acérrimos del capitalismo que usan métodos intervencionistas para conseguir poco a poco su fin que no es más de tener una economía planificada al mejor estilo soviético, triste y de escasez donde no existe otra cosa que un gran Estado dueño de todo al cual hay que pedirle permiso.
La verdad es que si Venezuela abriera su mercado, se eliminaran esos controles y se limitara al gobierno intervencionista con reglas claras del juego para los empresarios tanto nacionales como extranjeros, pudiéramos -con esfuerzo y obligados a ser competitivos- salir de esta situación de miseria y pobreza generalizada donde las personas ganan en esa moneda débil llamada “bolívar fuerte”, pero sus egresos son calculados en dólares del mercado más cruel, el mercado negro, el cual es consecuencia del fracasado intento gubernamental de controlar a la economía.
En pocas palabras podemos divisar que el gobierno como agente económico tome 3 caminos que como lo llamaba Ayn Rand -el “Respetable Economista Ludwig von Mises”- explica de la siguiente forma:
El camino de la planificación
En este sentido significa, que el gobierno ejerce un control total sobre la actividad económica. En un sistema de planificación, la producción es dirigida de acuerdo a las órdenes del gobierno. Cada fabrica, tienda o granja mantiene la misma relación con la organización central y toda la nación es parte de un único ejercito de trabajo de servicio compulsivo. El comandante de este ejercito es el jefe de Estado.
El camino progresista o del intervencionismo
El sistema de economía de mercado o restringido, difiere del socialismo por el mero hecho de que sigue siendo economía de mercado. La autoridad (el gobierno) distorsiona al mercado a través de la intervención de su poder coercitivo pero no quiere eliminarlo completamente. Desde que la producción y el consumo se desarrollen -a lo largo de líneas diferentes de aquellas prescritas por el mercado- utiliza el poder de la policía y su aparato coercitivo. (De aquí que el Progresista gobernador del Estado Lara haya expuesto con cinismo que si es por él, aumentaría el nefasto cupo cadivi el doble, es decir, quiere a la población encadenada pero a diferencia de sus adversario, él ofrece una cadena más larga).
El camino Capitalista, de libre mercado o Laissez faire
Significa dejar que los individuos elijan cómo desean cooperar en la división social del trabajo y que determinen qué deben producir los empresarios y -como expresaba Rand- es el único sistema social basado en el reconocimiento de los derechos individuales, incluyendo los derechos de propiedad por los cuales toda propiedad es poseída por entes privados.
En conclusión, en nuestro país debemos enfocarnos en individuos que estén en el poder y tengan claro que la mejor salida es el sistema capitalista o Laissez Faire. Personas que no teman en este país reinado por los prejuicios, hablar de capitalismo teniendo la conciencia limpia de saber que sus resultados los necesitamos y que la libertad económica es la primera piedra para construir el camino de las demás libertades, por lo que concluyo con la siguiente frase:
“No existe ninguna planificación para la libertad que no sea dejar funcionar libremente al mercado. No existe ningún medio para obtener el pleno empleo, el aumento de salarios y un alto nivel de vida para el hombre común que no sea la iniciativa privada y la empresa libre. El Laissez faire significa dejar que el ciudadano individual, el hombre común del que mucho se habla, elija y actué sin obligarlo a someterse a un dictador”- Ludwig von Mises.
Por: Anderson Riverol | Foto: imgkid.com