El principio político básico de la ética objetivista es: ningún hombre tiene derecho de iniciar el uso de la fuerza física contra otro. Ningún hombre, grupo, sociedad o gobierno tiene el derecho de asumir el rol de un criminal e iniciar el uso de la compulsión física contra hombre alguno. Los hombres solo tienen derecho de recurrir a la fuerza física en represalia cuando se los ataca, y únicamente contra aquellos que inician su uso.
El principio ético involucrado es aquí es simple y claro: es la diferencia entre el asesinato y la autodefensa. Un atracador busca obtener un valor, la riqueza, asesinando a su víctima; la víctima no se enriquece matando al atracador. El principio es: ningún hombre tiene derecho de obtener valor alguno de otros utilizando su fuerza física.
La virtud del egoísmo – Ayn Rand
Para los libertarios, el principio que rige nuestras relaciones con otras personas es: el principio de no agresión. Sobre este compromiso aseguramos que nuestras acciones nunca estarán orientadas a causar daño a otro u otros como medio para alcanzar nuestros objetivos personales.
Pero para garantizar el respeto a este principio, el derecho a la legítima defensa es indispensable. Que el gobierno concentre el monopolio del uso de la fuerza no significa que los ciudadanos tenga prohibido defenderse. Es por esta razón que apoyamos el libre porte de armas como garantía de que, ante cualquier ataque injustificado, todo individuo tendrá derecho a defender su propia vida del agresor.
Por: José Miguel | Foto: Yuefeng D