Todos los que en su vida hayan experimentado la desesperanza, sea por el motivo que sea, se preguntaron «por qué me siento así» y «cómo salgo de esto».
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Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
La respuesta a la primera pregunta es: la falta de opciones. La respuesta a la segunda es: con más opciones.
Los comunistas utilizan la desesperanza para paralizar a las sociedades que quieren controlar. La forma más rápida de lograr esto es, dejando a la sociedad -masivamente- sin opciones.
Pero también en países un tanto más libres, hay un monstruo que pasa desapercibido y que conduce al mismo problema: la única opción.
Yo desarrollo un especial desprecio por todo lo que se termina convirtiendo en “la única opción”. Personas, empresas y gobiernos que llegan a concentrar tanto poder, que todos terminan pareciéndose en su comportamiento: Abuso, manipulación, autoritarismo y prepotencia.
Los seres humanos hemos estado cometiendo el error de concentrar el poder en una o pocas manos. Sea que se trate de poder político, económico, mediático o religioso, cuando las personas alimentamos estos animales devoradores, los resultados siempre son los mismos: nos comen vivos.
No importa si hablamos de una empresa, de un gobierno, de un medio de comunicación o de una figura pública, cuando uno o un grupito crece tanto, que amasa poder en sus manos difícil de controlar, nosotros pagamos el precio.
Podemos citar ejemplos de corporaciones como Amazon, Apple, Facebook, Twitter y Google: todas comenzaron con el propósito de desafiar lo establecido y una vez en la cúspide, se convirtieron ellas en lo establecido.
Todo comienza pequeño y cuando se es pequeño, uno se da el gusto de tener un propósito y te vuelves idealista. Empiezas a aumentar en tamaño y en el olvido va quedando ese propósito por el que decías luchar cuando eras pequeño.
Les ha pasado a todos. ¿Lo han notado?
Pasa con políticos, pasa con artistas, pasa con empresas y con emprendedores. Nadie se salva de la tentación de concentrar poder y terminar escupiendo autoritarismo y prepotencia.
¿Por qué seguimos creando estos monstruos?
Empresarios que innovan y se venden como los genios y diferentes de nuestra era, terminan concentrando tanto poder que lo utilizan para hacer lobby político y conseguir privilegios especiales.
Así, compran políticos, manipulan mercados con sus tweets y son prepotentes.
Hay que detener esta locura de enfiebrarse con una o un grupo de personas y concentrar el poder en sus manos.
A veces se hace queriendo castigar a otros, pero resulta que terminamos creando nuevos monstruos que también se convierten en nuestras pesadillas.
Hay que parar. No es sano. No es bueno. Deberíamos oponernos a vivir así.
Concentrar poder en una o pocas manos es la peor estupidez que podemos hacer si no tenemos un contrapeso con el cual ajustar la balanza.
Y no importa si es una persona, una empresa o un gobierno; terminan igual.
Miren, yo tengo una revista muy pequeña, esta desde donde les compartimos contenido y desde donde les envío estos correos y -como todos- quisiera hacerla tan grande como sea posible.
Cuando me la imagino, digo: ¿Y quién me va a hacer contrapeso?
Bueno, por eso vivo promoviendo trabajo en equipo de medios alternativos; para que exista ese peso.
Espero que esta reflexión les llegue, porque no vamos a tener un mundo mejor si no pensamos mejor, si no nos expresamos mejor y si no nos comportamos mejor.
Este mundo es jodidamente maravilloso para embarrarla concentrando el poder en uno o un grupito.
Se requiere contrapeso.