Ninguna otra tragedia es tan letal para un país, como lo es la izquierda y su socialismo.
Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
Seamos realistas: el mundo siempre está en guerra, aunque no sea de las convencionales. Pero cuando se trata de guerras con balas y bombas, los países han tenido la oportunidad de recuperarse. Alemania lo hizo, Japón lo hizo; desde los escombros de la guerra, ambos países se levantaron para brillar.
Estados Unidos -el país más potente del mundo- ha pasado por una cantidad de tragedias de las que uno «no se explica» cómo lograron la grandeza, abundancia y riqueza de la que disfrutan hoy día. Una sanguinaria guerra de independencia, esclavitud, racismo, una guerra civil, pobreza extrema, tormenta de polvo, la Gran Depresión, Guerra Mundial, Guerra fría, ataques terroristas y ahora el Virus Chino, todas han sido situaciones que han lanzado a los Estados Unidos al piso, pero se han levantado.
A los venezolanos nos tocó una sola desgracia y no nos hemos podido levantar de ella: el socialismo. Lo mismo le está pasando a Argentina, Chile, Colombia y México, por mencionar solo unos y podríamos decir -a modo de consuelo- que «el socialismo es más letal que los conflictos armados», pero la realidad es que países como Alemania, Japón y Estados Unidos se han superado esas desgracias porque han apelado a tres fortalezas claves de toda sociedad imbatible: su historia, su identidad y las nuevas generaciones.
La historia
En varias ocasiones he dicho que «Venezuela es un barco a la deriva». No me lo tomen a mal, pues la realidad es que quien ignora sus raíces, las olvidó, le fueron borradas o cambiadas, difícilmente tendrá en su ser la razón por la cual actúa. La importancia de la historia no puede ser subestimada, porque el precio a pagar es ese: vivir en el limbo.
Otra cosa que sucede es que, mucho se dice que «ningún país -o persona- aprende de experiencias ajenas», y yo soy enemigo de ese dicho; los invito a ustedes a serlo también. Admitir esa tontería es la excusa perfecta para no asumir la responsabilidad que amerita reconocer y estar conscientes de la importancia de nuestra historia.
La historia, los libros y el conocimiento de otros son -precisamente- los que ha empujado a la humanidad al desarrollo. Las experiencias de otros -nuestra historia- nos da a todos las bases de lo en el pasado se hizo y funcionó -o no- para que tomemos hoy nuestras propias decisiones. Tu papá, tu mamá, te contarán sus historias sobre lo que hicieron, sus aciertos y desaciertos y aprenderás de eso.
Cuando vemos un video, leemos un libro o escuchamos un podcast sobre una experiencia ajena, nuestra mente está haciendo su trabajo en organizar esa información. La historia es clave en la vida de cada persona y no se trata de «vivir en el pasado», sino de usar los hechos a favor.
Les cuento algo personal: yo soy un fiebrudo con los documentales sobre la historia de EE.UU. Ustedes de seguro también vieron en «History Channel» documentales como «La historia de los Estados Unidos» y «Los gigantes de la industria». Son documentales cargados de filosofía al 100%. En estos programas, tanto el guión como quienes participan en la narración, repiten oraciones como: «EE.UU. fue construida sobre la base del trabajo», «Somos pioneros», «Somos exploradores», «Somos líderes», «Somos freedom fighters», «Creemos en la libertad» y mucho más.
Los guiones de estos documentales están perfectamente diseñados para enaltecer el orgullo de los ciudadanos americanos, sobre la base filosófica e ideológica en la cual se fundaron: ¡La Constitución de los Estados Unidos! «La vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad». Estados Unidos es el mejor país en el mundo vendiendo su historia entre sus ciudadanos y el planeta entero. Están orgullosos de sus aciertos y también de sus desaciertos. Tienen personajes en su historia que representan el espíritu de casi cada estadounidense.
Hablan de George Washington como un «gran general». De Lincoln como un «hombre enfocado y decidido desde muy temprana edad». Cuentan la historia de quienes murieron en Las Rocallosas como «exploradores» y en su Guerra de Independencia como «valientes que creían en su libertad». Estados Unidos es el mejor ejemplo a seguir cuando se trata de vender la historia de un país entre sus ciudadanos. Y si estamos de acuerdo en que esto es así, ¿Por qué no seguir su ejemplo? La historia es clave para la construcción -o reconstrucción- de un país desde cero.
Tarea: Estudia la historia de tu país, lee sobre los personajes más influyentes, sean de siglos pasados o de décadas pasadas. Analiza qué principios defendía y si son los mismos tuyos, úsalo como ejemplo a seguir.
La identidad
De su historia, EE.UU. toma pasajes y líderes y los convierte en instrumentos de su identidad. «In god we trust» y «George Washington» están en sus billetes, su bandera le cuenta a los ciudadanos en un instante toda su historia. ¡Esto es identidad!
Incluso los emprendimientos en los Estados Unidos utilizan como colores corporativos el blanco, el azul y el rojo; su bandera. Es común ver en EE.UU. un camión de carga, un mezclador, un carrito de aires acondicionados y restaurantes que usan los colores de su bandera como colores de la marca. Repito, ¡Identidad!
El Himmo Nacional de EE.UU., los estadounidenses lo escuchan con una mano en el pecho, y muchos otros países también lo hacen, pero ninguno lo siente como lo hacen los estadounidenses. ¿Han notado como un estadounidense mira a su bandera? Con la frente en alto, con orgullo. Incluso tienen una expresión que aprenden los niños en la escuela que se llama «La promesa de lealtad a la bandera» con la que fortalecen su compromiso por sus valores, por su país, por su libertad.
Si solo ven los documentales estos sencillos de la Historia de los Estados Unidos notarán que todo gira en torno al sentido de identidad; a que cada estadounidense se identifica son su historia, sus personajes, con sus ideas, con sus principios y con sus valores. El tener presente y recordar su historia, más el hecho de sentirse fuertemente identificados con ella, a través de sus símbolos y personajes, le ha permitido a los estadounidenses levantarse en cada caída, y bastantes que han tenido. ¡Han sabido triunfar!
Si en historia y en identidad, son un gran ejemplo a seguir, ¿Por qué no copiar lo bueno para nuestros propios países, en lugar de estar enalteciendo un desprecio a su tamaño como nación? Por eso yo no me como el discurso zurdo de «Anti-Imperialistas», porque en realidad quieren decir «Anti-desarrollo».
Tarea: Haz el trabajo de entender y conseguir esos valores y esas ideas que están representadas a través de los símbolos de identidad de tu tierra, sea nacional o regional, y si van con eso que defiendes, asúmelas como propias.
Las nuevas generaciones
Dicen que lo más importante para un estadounidense es «el dinero y su trabajo». ¡Mentira! Lo más importante para los estadounidenses son ¡SUS HIJOS!. Los estadounidenses on ciudadanos con un fuerte aprego al valor de la familia.
Los estadounidenses están dispuestos a ir a la guerra y arriesgar sus vidas si un enemigo se atreve a tocar a sus hijos y ponen en riesgo su presente y futuro. Las nuevas generaciones son lo más importante para un estadounidenses. Sus hijos, el valor de la familia.
En Latinoamérica y otras partes del mundo se ha difundido la idea de que «en EE.UU. las familias son desunidas porque solo trabajan y los chamos se van a los 16 de casa» ¡Nada más absurdo que eso! La familia es lo más importante y el que trabajen tanto demuestra eso.
Las nuevas generaciones, sus hijos, son la prolongación de su existencia. Sus hijos representan la perpetuidad de sus valores, de sus principios y de su propiedad; son la herencia. Saben que todos los principios que han aprendido, como el trabajo productivo, el apego a la libertad, el compromiso con la propiedad privada, la vida y la búsqueda de la felicidad, solo pueden perdurar en el tiempo si lo pasan de generación en generación.
Para que su sociedad siga siendo libre, ellos confían en sus nuevas generaciones, transmitiéndoles conocimiento, historia, identidad, valores, principios y propiedades. Ese es el poder que ellos ven en los jóvenes, por eso sus hijos son intocables y si alguien se atreve a ponerlos en riesgo, veremos a líder del norte levantarse e ir a la guerra, como en otras ocasiones.
Tarea: Haz el trabajo de entender lo bueno y lo malo de las nuevas generaciones en esa sociedad en la que vives o en la que quieres vivir. Reafirma tu compromiso con la familia, con tus hijos, y trasnmite el conocimiento, valores, principios y la propiedad con la certeza de que perdurarán en el tiempo.
Nos toca a nosotros
¿Ya lo ven? Estados Unidos ha sido construido y reconstruido moralmente sobre la base de estas tres cosas: La historia, la identidad y las nuevas generaciones No son la nación más grandiosa del mundo de gratis, ¡Se lo han ganado!
Vean lo poderosa que es, que yo, sin ser estadounidense, les estoy contando esto con el mismo empeño que ellos lo cuentan. ¿Por qué? Porque yo creo que nuestros países pueden ser reconstruidos sobre estas tres mismas bases: La historia, la identidad y los jóvenes.
Usemos a Venezuela como ejemplo del porqué no se ha podido reconstruir desde el secuestro comunista: 1. No nos identificamos con nuestra historia. 2. Hay un profundo desprecio hacia nuestros símbolos. 3. «Los jóvenes son estúpidos». ¿Cómo se reconstruye un país así? ¡Imposible!
Entre los venezolanos se ha exacerbado una guerra entre «si ese es Bolivar o no», «Si el libertador era socialista», «Bolivar era traidor», «No nos independizamos porque nunca fuimos colonia», «Miranda era un vende patria». Para nosotros, nuestra historia es chavista.
¿Quién nos hizo creer eso? Pues el chavismo, porque los comunistas sí saben que reescribiendo la historia a su antojo y pervirtiendo la real, dejan a toda una nación a la deriva. ¡Quien no conoce la historia, no solo está condenado a repetirla, sino que no visualiza su futuro!
Ahora, en el punto sobre la identidad, Venezuela es otro ejemplo de cuán importante es. Los venezolanos estamos en una guerra entre «la bandera de 8 y la de 7», «el caballo pa’ lante o pa’ trás», que si somos «República Bolivariana o sin el Bolivariana» ¡NO TENEMOS IDENTIDAD!
¿Cómo nos vamos a poner de acuerdo los venezolanos en lo que necesitamos para salir de Maduro, si cada uno de nosotros tiene en su cabeza un mondongo de «ideas» pervertidas por el comunismo? ¡Imposible! Sin historia en común, ni identidad, estamos condenados al chavismo.
Por último, veamos el problema de las nuevas generaciones. Los venezolanos también tenemos arraigado el valor de la familia y los hijos son el corazón de esta. Pero hay algo que ha estado pasando últimamente: Los mayores acusan a los más jóvenes de «desubicados». Especialmente en la política, las generaciones más adultas no conciben que los más jóvenes veamos las ideas y a Venezuela, de forma distinta a ellos. Los más viejos quieren «salir de Maduro» haciendo lo mismo que hacían en la 4ta. ¿Y qué hizo la 4ta? Traernos a Chávez.
Los más adultos en Venezuela son los que se enamoran de cada nuevo «líder» que los partidos de izquierda en Venezuela nos venden. Cuando sus hijos dicen que «Capriles, Leopoldo y Guaidó no los representan», los más viejos les dicen «Tú qué sabes, muchacho gafo». En resumen: Los venezolanos andamos por la vida sin una historia clara, sin una identidad con cual sentirnos conectados y los más adultos no quieren aceptar que las nuevas generaciones queremos otro país muy diferente al de ellos, incluso si recuerdan ese «paraíso» que vivieron.
Consejo
Sea del país que seas, consigue algo de tu historia con lo cuál sentirte orgulloso. Identifica esos símbolos que representan tu identidad. Y dale a las nuevas generaciones el respeto y la oportunidad que se merecen, especialmente si tú fuiste parte de la destrucción.
Necesitamos: 1. Una historia de la cual sentirnos orgullosos. 2. Una identidad que nos represente. 3. Ayudar y formar a las nuevas generaciones en torno a estas, Por supuesto, necesitamos vida, libertad, propiedad, libre mercado y gobierno limitado.
¿Quiénes conmigo?