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Mientras los defensores de la libertad vemos al gobierno y a la ley como simples medios para proteger los derechos individuales, los izquierdistas lo ven como el medio para sus fines personales. En otras palabras, quieren llegar al gobierno para enriquecerse sin trabajar.
En Venezuela no solo tenemos a un gran monstruo en forma de gobierno y Estado, sino que ese exceso de poder no limitado ha traído como consecuencia que comunistas y socialistas, conjuntamente, hayan impuesto esta dictadura brutal al país y ese monopolio legal en la economía, que por cierto hoy está en quiebra.
Es por ello que debemos limitar esta suerte de monstruo que es el gobierno. ¿Limitarlo en qué? En poder, en funciones y en “derechos”. ¿Limitarlo a qué? A proteger la vida, la libertad y la propiedad de las personas, nada más.
No queremos que produzca ni construya porque la propiedad privada lo hace en más y mejor calidad. No queremos que intervenga en la economía porque los funcionarios son expertos desviando fondos hacia sus bolsillos personales. No queremos que eduque porque termina adoctrinando. No queremos que distribuya alimentos porque termina en desabastecimiento y no queremos que brinde salud “gratuita” porque es ineficiente y la burocracia la hace más cara que la privada.
¿Puede limitarse el monstruo del Estado y gobierno venezolano a algo minúsculo? Estoy seguro que sí, pero hay que saber por dónde empezar. Los gobiernos concentran poder a través del control absoluto de las armas, el dinero y la ley.
Cómo enfrentar el control absoluto de las armas
El gobierno tiene el monopolio del uso de la fuerza. En teoría, esa fuerza debe ser usada solo en represalia contra aquellos que la inicien, es decir, contra los delincuentes. ¿Qué pasa cuando es el gobierno el único que tiene derecho a tener armas? Los ciudadanos quedan desprotegidos y a merced de la delincuencia y la tiranía.
Que diferente sería para un delincuente, meterse a una casa sabiendo que puede recibir balas desde el propietario. Que diferente sería para un gobierno, intentar someter a todo un país por las armas sabiendo que los ciudadanos también están armados. Hay que derogar la ley desarme.
Cómo limitar el poder que el dinero da al Estado
Empoderando a los ciudadanos, y la única forma de hacerlo es: privatizando. Pensemos solo en el sector petrolero, de tantos que controla el Estado. Privatizar el sector petrolero le quitaría de las manos la principal fuente de financiamiento que tiene el gobierno venezolano y que le ha permitido convertirse en el monstruo que hoy vemos.
Pero para privatizar se requiere libre mercado, para que cada quien acumule tanta riqueza como sus metas y capacidades le permitan. Solo un propietario se siente motivado a crear riqueza y esa riqueza le da poder e independencia. Es así como se construye un país de hombres libres, con propiedad privada.
Por último: Cómo limitar el poder del Estado concentrado en la ley
La ley no se crea con el fin de atentar contra la vida, la libertad o la propiedad individual sino con el objeto de protegerlas. Son un medio para asegurar el respeto, la convivencia, garantizar la vida en sociedad en lugar de apelar al salvajismo. Cuando una persona conoce bien sus derechos no aceptará leyes que atenten contra ellos.
Una ley injusta no se debe respetar, se debe desobedecer. En Venezuela, la ley de costos y precios justos y el control de cambio atentan contra la propiedad. La ley desarme atenta contra el derecho a la legítima defensa y en consecuencia, contra el derecho a la vida. Y la ley mordaza atenta contra la libertad; en este caso, contra la libertad de expresión. Si queremos limitar el gobierno venezolano hay que derogarlas.
Estas acciones serían un pequeño paso para la libertad, pero un gran paso para los venezolanos.
PD: Cualquier país puede aplicarlas; solo debe identificar por dónde empezar.
Por: José Miguel | Foto: alphacoders.com