Pocos días atrás se presentó una discusión en las redes sociales por lo que algunos llaman “un acto de discriminación”.
En un popular restaurante de la ciudad de Mérida – Venezuela conocido como Cielo Restobar, aparentemente fueron expulsados del sitio dos hombres por haberse besado dentro de las instalaciones; denuncias realizadas a través de twitter por @SantiagoDiazA y reseñadas en contrapunto.
Tales denuncias desencadenaron inmediatamente una campaña en contra de Cielo Restobar, acusándolos de homofóbicos y de ejecutar un acto desconsiderado de discriminación. ¿Qué respondió el local? Aquí la cita:
…Seguramente todos nuestros visitantes han podido comprobar que Cielo Restobar es un sitio “para todos”, donde cada día nos esforzamos por brindarle a Mérida un espacio de distracción y entretenimiento sano. No comulgamos con ningún tipo de discriminación ni apoyamos acciones que van en contra de la moral ciudadana, por el contrario somos una familia trabajadora y siempre dispuesta a atender y servir a todos nuestros visitantes por igual. Feliz tarde… Cielo Restobar
Ahora bien, es importante que sepamos que la Real Academia Española nos da dos definiciones sobre la palabra “discriminar”: 1- Seleccionar excluyendo. 2- Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.
Para fijar posición: Cielo Restobar no es una plaza pública, es un local de propiedad privada. Por tal motivo, el dueño del local puede reservarse el derecho de admisión con lo cual estaría aplicando la primera definición de “discriminar” según la RAE. Cuando seleccionamos excluyendo (algo que todos hacemos), no estamos dando trato de inferioridad a nadie; se trata simplemente de nuestras elecciones y preferencias personales.
¿En base a qué hacemos esas elecciones? Cada quien tiene sus propios motivos y en el caso de Cielo Restobar, tengamos la plena seguridad de que el dueño no invirtió sus recursos en un local para que cualquiera pueda entrar y esa debe ser la razón por la cual colocan entre comillas en su comunicado el “para todos”. Si el local quisiera, y esto es una suposición que sirve de ejemplo, transmitir valores inspirados en la heterosexualidad, está en todo su derecho de no permitirle el acceso a homosexuales.
Los homosexuales tienen tanto derecho a tener las preferencias sexuales que deseen, como el dueño de un local prohibir la entrada a quienes no representen los valores y principios que él defiende. Se trata del derecho a la vida y del derecho a la propiedad. Cada persona puede hacer con su vida lo que desee así como también, cada emprendedor o empresario pueden hacer con su propiedad lo que desee.
Es por ello que efectivamente el acto de Cielo Restobar no es más que la aplicación de su legítimo derecho a la propiedad; no fue una falta de respeto ni hubo trato de inferioridad a quienes también tienen derecho a hacer con sus vidas lo que deseen; simplemente se reserva su derecho de admisión.
Antes de criticar y atacar a quienes con todo derecho hace una elección, es necesario pensar. ¿O tú dejarías que cualquiera entre y pueda hacer lo que quiera en tu casa?
Por: José Miguel | Foto: sociedadgastronomicademerida.com