El gobierno de Hugo Chávez -desde el 2007 cuando se nacionalizó la Electricidad De Caracas- y la tiranía de Nicolás Maduro, han dado a lo largo de los años diferentes excusas para justificar el estado del Sistema Eléctrico Nacional, desde el famoso ataque de las iguanas, pasando por El Niño y la sequía, la alta demanda o el “despilfarro” de los consumidores hasta llegar al sabotaje.
A día de hoy, pocos son los venezolanos que se creen estas mentiras del socialismo. Con este escrito, pretendo describir someramente las verdaderas razones de la crisis y dar una propuesta de solución.
Causas de la crisis:
- La más importante de todas, que es a su vez la causante de las que nombraré posteriormente, la nacionalización: La creación de CORPOELEC en 2007 y su absorción de todas las empresas eléctricas del país, produjeron el habitual descontrol que se produce en los procesos de gestión de las empresas cuando estas pasan de ser de propiedad privada a ser propiedad del Estado. En la propia Memoria y Cuenta de 2012 del Ministerio de Energía Eléctrica se dice “los constantes cambios que atraviesa Corpoelec ocasionan retardos en la obtención de la información necesaria para poder llevar a cabo una eficiente gestión de seguimiento y control de la operadora y sus filiales”.
- Falta de inversión en la ejecución de los planes de aumentar la capacidad de generación: Durante la Cuarta República se construyeron las represas Macagua I en 1961, Guri I en 1968, Guri II en 1986, y Macaguas I y II en 1995, el gobierno de Chávez solo terminó la represa de Caruachi en 2003, digo que terminó, porque esta represa fue iniciada en el segundo gobierno de Caldera. Después de allí nada se ha hecho para aumentar la capacidad generadora.
- En tercer lugar y derivado de la nacionalización tenemos la falta de planes de mantenimiento: tanto el Frente de Trabajadores Eléctricos como propios funcionarios de Corpoelec han denunciado la falta de mantenimiento en las plantas generadoras y en las líneas de distribución.
- El cuarto elemento a considerar es el robo de los recursos. Como ejemplo, en el año 2009 se sustituyo el sistema de licitaciones y paso a ser de asignación directa, la represa de Tocama seria inaugurada en 2012 y comenzó realmente en 2016 y no al 100% de su capacidad planificada, su precio original era de tres millardos de dólares y termino costando siete. Otro ejemplo es la compra de las plantas generadoras termoeléctricas a Cuba, que -como todos sabemos- «es una potencia energética mundial».
Todos estos problemas derivan de la propiedad estatal de las instalaciones. Cuando la propiedad es privada, los controles de presupuesto, mantenimiento de equipos e instalaciones y provisión de servicio se hacen eficientes porque las pérdidas las paga alguien concreto de su propio bolsillo.
¿Entonces qué hacemos?
El ser humano se maneja por incentivos. Las empresas estatales que el relato político nos dice que “es de todos”, en realidad no son de nadie, pero alguien debe tomar las decisiones de operatividad. Ese alguien -en la práctica- son los políticos que ostentan el poder en cada momento.
La solución se enmarca en restituir los derechos de propiedad a los ciudadanos para que estos se hagan responsables de las perdidas y beneficiarios de las ganancias. Lo que estoy proponiendo no es solo la privatización de todo el sector eléctrico sino su liberalización, proporcionando una definición de los derechos de propiedad. Ello permite a los individuos ser recibir los premios y los castigos derivados de sus acciones. Es decir, los hace responsables.
El despilfarro y la corrupción que han ocasionado este desastre nunca serán castigados en su justa medida, porque es casi imposible determinar las responsabilidades exactas individualmente a quien verdaderamente corresponde. Como siempre, los defensores del socialismo defenderán que el Estado debe ser propietario de “los medios de producción”, o como lo llaman ahora “sectores estratégicos” de la economía.
Pero la realidad es que cuando el Estado tiene dicha titularidad, nadie se hace responsable de los resultados. Si queremos vivir en un país próspero, debemos exigir ser tratados como adultos por nuestros políticos. Que el Estado se salga de toda actividad económica, regresando a los ciudadanos la autoridad de trabajar sobre su propio destino, para que por fin, sean nuestros propios méritos y capacidades las que nos proporcionen el nivel de vida que podamos y no seamos más nunca mendigos de los políticos.
No nos sigamos tragando, las mentiras del socialismo.
Por: Dakar Parada