Mi nombre es José Miguel, soy merideño, libertario y escritor; fundador de iF Revista Digital en el 2014.
Muchas cosas importantes están pasando en los últimos días, pero la más importante de todas es: que es a usted a quien la mayoría de los venezolanos y la comunidad internacional reconoce como Presidente Interino de Venezuela.
Juan Guaidó, ya yo he escrito muchas cartas, a políticos, empresarios, influencers y hasta artistas venezolanos, pero quizás esta -por llevar 3 años y medio de destierro- sea la más importante, y porque la realidad y los hechos así lo podrían determinar.
Usted fue nombrado Presidente del Parlamento venezolano el 5 de enero de 2019 y quiero creer que fue así porque -quienes lo apoyaron- consideran que usted tiene el guarámo suficiente para asumir lo que se le viene; o mejor dicho: ya se le vino.
Yo le soy sincero: yo estoy muy lejos de compartir las ideas de quienes a usted lo rodean, como Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Acción Democrática y Voluntad Popular. ¡Muy lejos! Pues yo soy defensor de la vida, la libertad y la propiedad; del sistema de libre mercado conocido como Capitalismo. Pero esa diferencia de principios y esa diferencia ideológica no me bloquea la mente como para entender la gran oportunidad que tiene Venezuela si usted asume su posición con todas las de la ley, no solo como Presidente Encargado, sino como ciudadano que quiere que Venezuela salga de esta desgracia socialista.
Ya son muchos años, ya son muchas víctimas, ya son muchos exiliados y el desperdicio de dos décadas que han podido servir para colocar a Venezuela como una potencia latinoamericana -siendo bien modestos-. Hoy usted tiene en sus manos el apoyo que muchos venezolanos desearíamos tener. Usted cuenta con el apoyo de los países más poderosos del mundo, con el apoyo de los países de la región, con el apoyo de la mayoría de venezolanos dentro y fuera del país, todos quienes lo reconocen como Presidente Interino, dado el vacío de poder en el Ejecutivo hoy día secuestrado en manos de los narco-comunistas.
¿Quiere saber cuál es el único apoyo que hace falta? El de su conciencia. Pregúntele a ella qué hacer.
Mire Juan Guaidó, yo estoy lejos de saber el tipo de presiones que usted pueda tener hoy día. De seguro su esposa le dice que «piense en su familia primero», aunque de una mujer no me sorprendería que le diga «¡Anda! Enfréntalos y asume el rol que te corresponde», porque así son las mujeres. Es probable que los narco-comunistas le digan que «piense en su propia seguridad y la de sus seres queridos». Y hay un rumor que dice que son quienes lo rodean a usted quienes le dicen «quédate quieto, no hables más de ayuda humanitaria y ni se te ocurra invocar intervención militar»; quizás protegiendo intereses en los que usted no tiene nada que ganar y mucho que perder.
Y mientras tanto, Juan Guaidó, están millones de venezolanos dentro y fuera del país diciéndole: «¡Atrévete! Da el paso. Cuentas con nosotros. Contamos contigo». Millones de venezolanos que hemos sido engañados por más de 20 años, que hemos sido traicionados por quienes tuvieron también sus oportunidades y prefirieron «vivir de rodillas», o debería decir: convivir de rodillas.
Millones de venezolanos dentro y fuera del país, que estamos cansados, obstinados, amargados, sin esperanza, pero con ganas de cambio. Y desde un cuarto en la ciudad de Miami Beach, estoy yo en esta computadora escribiéndole una carta a ver si su conciencia la lee y le da el apoyo que le hace falta.
Venga y se lo repito, porque puede darle ánimo: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Estados Unidos, la Unión Europea, la OEA, millones de venezolanos dentro del país, millones de venezolanos fuera del país, el artículo 233, 333 y 350 de la constitución, un merideño escribiendo una carta desde un cuarto a 1300 millas de su casa, su hija -que si no se lo dice hoy se lo dirá en unos años-, su esposa, todos dándole el apoyo que más nadie ha tenido, para que usted dé el paso hacia el cambio.
Solo falta su conciencia. ¡Vamos! ¡Provóquele la lengua! Haga que su conciencia lo invite a enfrentar a todos los que quieren que las cosas en Venezuela sigan cada día peor, porque no hay duda de que sus enemigos quieren eso y sus supuestos «aliados» puede que también.
Solo falta su conciencia, Juan Guaidó, y le dijo algo: no hay peor juez que ese, la conciencia. No se permita ir a juicio todas la noches con la almohada. No pase a la historia como «el otro que no hizo nada». El mal triunfa cuando los buenos deciden no hacer nada, ¡no los deje triunfar!
Lo que decida, nos vemos en una Venezuela diferente, sea como amigos o como contrincantes.
Nota: elegí una foto en la que usted alza la mano derecha; la izquierda es solo para sostener el micrófono. Tómelo como una invitación.
Por: José Miguel