Uno de los argumentos más comunes que la izquierda usa para alimentar el resentimiento en grandes grupos de la sociedad es, la supuesta brecha entre los ricos y los pobres.
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La etiqueta de la «desigualdad» en términos económicos, fácil cala entre personas cuyas personalidades carecen de confianza en sí mismos o se consideran -internamente- fracasados, lo cual expresan a través del resentimiento y comprando la narrativa de que «las diferencias entre los ricos y los pobres son abismales».
¿En realidad lo son? Veamos…
Desde la revolución industrial, el avance de la sociedad en cuanto a desarrollo y civilización es innegable.
Antes de esta, solo la élite se reservaba el acceso a los mejores productos y servicios. El capitalismo hizo a esos productos y servicios, accesibles para todos.
— Jose Miguel 🗽 | 7 (@JoseMiguel_PG) May 7, 2022
Piensen por un momento en cómo vivían los ricos y los pobres antes. Los dueños de las tierras -la élite- podían vivir en castillos o grandes propiedades, con sirvientes a su disposición, acceso a productos que otros no tenían y servicios que nadie más podía tener.
Mientras tanto, los pobres vivían en condiciones cuyo destino más probable en el corto plazo era la muerte. El concepto de propiedad para quienes no pertenecían a la élite era inexistente, al igual que productos y servicios, de hecho, era muy probable que estos -los pobres- fuesen la propiedad de alguien como esclavos.
Han sido el uso inteligente del capital y la apertura de los mercados, los que han permitido la industrialización y con ella, la creación en masa de productos y oferta de servicios accesibles para todos.
Hoy, un rico y un pobre pueden ser dueños de algún tipo de propiedad.
— Jose Miguel 🗽 | 7 (@JoseMiguel_PG) May 7, 2022
Adelantemos el reloj casi unos dos siglos más adelante y pensemos en la época antes de la Segunda Guerra Mundial. Un carro, una casa, la educación y la salud, por mencionar solo unas, se empezaron a convertir en productos y servicios accesibles para más personas y a medida que más capital y tecnología se les invertía a estas, más personas los podían disfrutar.
Los salarios, los horarios de trabajo y las ciudades fueron creando mercados donde un rico y un pobre podían cruzarse diariamente y cada uno adquirir lo que necesitaba de acuerdo a su poder de compra, claramente, pero ya no se reservaban solo para élites, como era dos siglos antes.
La Segunda Guerra Mundial también marcó un antes y después en eso que la izquierda llama «la brecha entre los ricos y pobres».
La cantidad de innovaciones y servicios que se crearon en masa, posterior a la guerra, son de fácil acceso para todo el que pueda pagar por ellos.
— Jose Miguel 🗽 | 7 (@JoseMiguel_PG) May 7, 2022
Nuevamente, el uso inteligente del capital económico, combinado con el capital humano, abrió la puerta a un mundo de abundancia inimaginable tan solo dos siglos atrás. Nuevas plazas de trabajo, nuevas habilidades requeridas y nuevos productos que hacen nuestra vida más fácil, abrieron la puerta a más ingresos per cápita.
Más personas ganando salarios que les permitían vivir mejores vidas que ni siquiera sus abuelos habrían soñado. Esos ingresos podían ser intercambiados por productos como carros, televisores y aires acondicionados que permiten vivir más cómodamente.
Posterior a la Segunda Guerra Mundial y como resultado de una ambición sin límites de quienes regresaron con vida de ella, los seres humanos demostraron su potencial.
El propósito fue crear bienes y servicios para resolver problemas de la vida cotidiana de todos.
— Jose Miguel 🗽 | 7 (@JoseMiguel_PG) May 7, 2022
Los televisores no se hicieron solo para que «los ricos puedan ver televisión», sino para que todo el que pueda comprarlo, lo haga. Las lavadoras y secadoras no se inventaron para que «solo las esposas de los ricos pudiesen lavar ropa», sino para que todos los que los compraran disfrutaran de más tiempo libre.
¿En dónde podemos ver «brechas» entre los ricos y los pobres, luego de la revolución industrial y la Segunda Guerra Mundial? En el capital ahorrado y en las formas de ganarse ese capital.
La principal brecha entre ricos y pobres que siempre ha existido y quizás siempre existirá, no tiene nada que ver con «desigualdad», sino con la forma en la que cada uno hace, ahorra y gasta el dinero.
La diferencia está en la inteligencia financiera, nada más.
— Jose Miguel 🗽 | 7 (@JoseMiguel_PG) May 7, 2022
Unas seis décadas más adelante de esa Segunda Guerra Mundial y la «brecha» entre ricos y pobres de la que habla la izquierda, es cada vez más absurda de creer. Billones de personas con ingresos que les permiten vivir una vida de calidad y acceder a productos y servicios que hacen sus vidas más cómodas.
¿Quién puede decir hoy que eso que los ricos pueden comprar, cualquier otra persona no puede? Los productos y servicios están ahí y no están reservados para nadie, sino solo esperando ser pagados y llevados a la propiedad de su nuevo dueño.
No solo las diferencias entre ricos y pobres son cada vez más pequeñas gracias al libre mercado, sino que cada día son más absurdas. Cierro con esto:
Hoy, lo que diferencia a un rico de un pobre no es «el acceso exclusivo a cosas», como en siglos anteriores, sino lo que cada uno hace con su dinero.
La izquierda seguirá hablando de «brechas», alimentando el resentimiento, pero la realidad demuestra que esa brecha no existe.
— Jose Miguel 🗽 | 7 (@JoseMiguel_PG) May 8, 2022