Muchos lectores acuden a Amazon tanto por la enorme variedad de libros que ofrece (electrónicos y en papel) como por sus precios competitivos. Eso es algo que por lo visto desagrada a algunos vendedores franceses de libros y a sus aliados políticos, por lo que han presionado a su gobierno para que haga algo al respecto. El gobierno francés ha respondido aprobando una ley “anti-Amazon”. Como informa “France24”, es una medida que les prohíbe a “gigantes online como Amazon, FNAC y otros”, distribuir libros sin gastos de envío. Obviamente, el objetivo de esa medida es restringir a Amazon para beneficiar a otras tiendas.

Esa medida viola no sólo los derechos morales de los dueños de Amazon a administrar su negocio según juzguen oportuno, sino también los derechos que de sus clientes franceses de hacer negocios con su proveedor en los términos aceptados voluntariamente por ambas partes.

Aunque, como debería haber hecho, Amazon no ha llamado por su nombre a la injusticia moral que esta ley supone, la empresa ha respondido “acatando” la ley de una forma que justamente burla las absurdas restricciones legales. Así lo explicó Amazon a sus clientes, según informa France24:

“Como por desgracia ya no estamos autorizados a ofrecer entregas gratuitas en la venta de libros, a partir de ahora hemos establecido un precio de entrega de un céntimo de euro por cada pedido de libros embarcado por Amazon. Eso garantizará que nuestros clientes puedan seguir pagando el menor costo posible para sus pedidos.”

Enhorabuena a Amazon por esquivar a los estatistas y encontrar la forma de seguir sirviendo a sus clientes, dadas las limitaciones impuestas por una ley tan inmoral. Esperemos que un día no muy lejano la empresa incluya en su reacción a tal injusticia la declaración explícita de su derecho moral a administrar su negocio como crea conveniente.

Tomado de: objetivismo.org  |  Foto: Amazon