El artículo que originalmente iba a escribir venia en una nota positiva, inspirado por un personaje muy particular que conocí en mi más reciente viaje a Indonesia, pero los  eventos electorales de Noviembre en los EEUU y la infantil reacción global ante la victoria de Donald Trump me hicieron desistir de la idea.

Lo cierto es que Donald Trump no es mi candidato ideal. El magnate del negocio de bienes raíces neoyorquino me resulta chocante. Un individuo extremadamente pragmático que, aún a riesgo de dar carta blanca a los elementos más extremistas de la sociedad Americana, decidió montar su plataforma política sobre los miedos del ciudadano promedio. Esta maniobra arriesgada, aunque le garantizó la victoria electoral, puede poner en riesgo el futuro de su mandato y el de su país.

Ahora bien, la responsabilidad de la victoria de Trump, no recae exclusivamente en la “sabia” manera en la que supo adaptar su mensaje al electorado. Tenemos que reconocer que el problema está allí, que el sentimiento de fracaso es real para los hijos del gigante del norte; que la situación económica generada luego del GFC está latente, muy a pesar de las mentiras expuestas en los medios progresistas.

Basta solo hacer un básico análisis de los “grandes logros” declarados por el gobierno de Obama, para darnos cuenta que es un mero espejismo. Según la prensa progresista, Barak, se ha presentado como un logro el haber alcanzado un crecimiento promedio sostenido de alrededor 2%, lo cual es menor al 3% promedio standard del país; menor que el 4% promedio alcanzado por Bill Clinton; e incluso menor que el promedio de los años de gobierno de George W. Bush (Leer más) .

Adicionalmente a esto tenemos las cifras manipuladas de empleo, las cuales se han presentado recientemente como uno de los indicadores de mejora más importante de la administración Obama pero que, en la realidad, simplemente son un burdo maquillaje de los hechos. El tan mentado decrecimiento de la cifra de desempleo se debe, principalmente, a gente que abandona el mercado laboral para retirarse o por cansancio ante el fracaso en la búsqueda de empleo, no por creación de nuevos puestos de trabajo (Leer más) . Esto entre otras formas en la manera de presentar la data para hacerla parecer más atractiva.

Otro aspecto importante a considerer, cuando se trata de demostrar la charlatanería de los Demócratas, es su esquivo manejo de la información referente al déficit fiscal del país y la deuda pública adquirida durante los últimos 8 años. De acuerdo a quienes apoyan la administración saliente, el presidente Obama fue capaz de reducir el déficit fiscal en el transcurso de su gobierno.Lo que ninguno de ellos ha mencionado es que, aun cuando en es cierto que año a año se ha venido disminuyendo comparativamente el deficit interanual, esto se debe a que en su primer año de mandato, Obama, incremento la deuda publica en 1 billón de dólares. Este nivel de deuda representa una cifra record que duplica la cifra record de cualquier gobierno anterior. En este punto en el tiempo, el deficit anual se ubica en 400 millardos de dólares, lo cual se equipara a los máximos déficits alcanzados por gobiernos anteriores. El resultado final de esta política fue duplicar el nivel de endeudamiento alcanzado por su nefasto predecesor, George W Bush.(Leer más)

El efecto económico de la realidad, aunque no mostrado en el papel por razones propagandísticas, se hace sentir en la población, la cual, como es lógico, se distancia del gobierno. Mucho del resultado de la reciente elección recae en manos de la administración Obama, la cual no ha sido capaz de dar soluciones reales a los problemas que enfrentan día a día los americanos.

Otro aspecto importante, que involucra a toda la progresía, es el daño social que han ocasionado con su estrategia políticamente correcta. Al tener dominio sobre los medios de comunicación masiva, han establecido una hegemonía cultural forzada donde opinions, divergentes a las líneas de pensamiento progre, son tratadas como cuasi criminales.

Es así como las universidades han dejado de ser espacios para el debate y se han convertido en “espacios seguros” donde las ideas diferentes no se pueden contrastar. De la misma forma, la ciencia ha dejado de ser ciencia y cualquier cosa que contradiga el dogma del calentamiento global es tratado como herejía; han deformado el feminismo tradicional en feminismo de tercera ola, el cual ya no busca que la mujer sea tratada igualmente ante la ley y ahora demanda privilegios, supremacía femenina y hasta la muerte de los hombres; ha desvirtuado una lucha por reconocimiento legal de parejas del mismo sexo en un proceso inquisitorio a aquellos que, por sus creencias, no quieren apoyar la causa; y ha convertido el multiculturalismo en una forma de convivencia forzada y como argumento para debilitar la cultura occidental .

Todo esto ocurre, como bien lo expresa el reportero ingles de izquierda Jonathan Pie en su reciente video (Ver más) , por la falta de estatura moral de los progresistas y su incapacidad para debatir y presentar honestamente sus ideas.

Tan arrogante ha sido la izquierda que, hasta una llorosa Meryl Streep, en su discurso durante la premiación de los Golden Globe (premio por demás, bien merecido), se atrevió a adoptar una postura de superioridad intelectual ante la gran mayoría de americanos al momento que, sin ningún disimulo, denigró a las formas de entretenimiento más populares (Football y UFC) como menos importantes.

La guinda que decora la torta es el par de candidatos presentados por el partido demócrata a las elecciones. Por un lado, Bernie Sanders, un reconocido comunista que, en varias ocasiones, ha defendido la dictadura de los Castro en Cuba (Ver más). Del otro lado tenemos a Hillary Clinton, sobre quien pesan varios casos de corrupción que han sido y están siendo investigados (Leer más)

A pesar de que ambos personajes tienen currículos siniestros, los medios de comunicación nos han vendido la idea de que son alternativas válidas a Trump. Incluso hay venezolanos, escapados de la desgracia del Chavismo, quienes saben que el socialismo es el camino a la desgracia, pero que compraron la oferta Obama-Clinton de abrir relaciones con Cuba y hasta el comunismo light de Sanders.

Tal ha sido la carencia de debate en la sociedad americana y en especial en este proceso electoral, que la candidata demócrata prefirió seguir la estrategia de desacreditación de su contendor, antes que tener que afrontar las preguntas sobre sus múltiples escándalos. Esto dejo al electorado sin una visión general de las propuestas de los candidatos.

Donald se encuentra pronto a asumir la presidencia. Contra viento y marea ha vencido, enfrentando abiertamente, los escándalos y acusaciones que, desde los medios de comunicación, le han presentado en los pasados 2 meses. Ha sido grato constatar, en este tiempo, que muchas de sus propuestas más radicales han bajado de tono; pero es aún preocupante ver que ha decidido tomar la senda del proteccionismo económico.

Al mismo tiempo es atemorizante constatar su actitud agresiva hacia la prensa que le critica, pareciera querer hacernos creer que la verdad solo puede venir de él y de los medios que le apoyan. Además, el gabinete de Trump, difiere mucho del esperado anti-sistema que tanto proponía; pareciera, en algunas instancias, un gabinete formado por el lobby industrial que previamente participó desde el otro lado de la barda en el gobierno.

Al final del día Tump venció y solo nos queda rogar que pueda poner sentido en su oferta de aranceles y reducción de impuestos con incremento del gasto público, porque, si él falla en la economía, los EEUU van a caer en manos de los verdaderos radicales o de los monstruos como Sanders.

Por: Julio Pieraldi