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Cuando somos jóvenes, muchas veces decimos: “Bah! La política es aburrida, es para viejos”, pero al madurar nos arrepentiremos de haberlo dicho. Queramos o no, la política gobierna nuestras vidas y es lamentable tener que admitir que si los gobernantes de turno quieren, determinarán nuestro destino.
Es por ello que la célebre expresión Si no te ocupas de la política, la política se ocupará de ti es más que acertada y oportuna para la nueva generación. Los jóvenes queremos ser ante todo libres pero…
¿Cómo serlo bajo sistemas construidos para coartar nuestra libertad?
Ocupándonos de la política desde jóvenes.
Es la única manera que tenemos para evitar que sistemas criminales sean construidos sobre la base de nuestro apoyo e ignorancia. La política es más un asunto moral, está vinculado a las ideas, principios y valores que defendemos. Ignorarla o restarle importancia puede significar perder para siempre nuestra oportunidad para alcanzar nuestros sueños y metas personales.
Vivimos en un mundo gobernado por grupos pequeños que han convertido la política en un negocio multimillonario. Parece muy fácil hoy día llegar al poder a través de promesas y vivir el resto de tu vida del enriquecimiento ilícito, pues para nadie es un secreto que los políticos actuales engordan sus cuentas personales a través de la corrupción, de los favores y desangrando los fondos públicos.
¿Por qué ocurre esto?
Porque les dimos permiso para que gobiernen sobre asuntos personales, sobre nuestra propiedad y nuestra libertad. Tienen autoridad legal para dictar a placer decretos sobre asuntos que son propios de cada individuo.
Lo único que diferencia el gran desarrollo y éxito de países como Japón, Canadá y Suiza sobre la miseria y atraso que viven otros como Cuba, Venezuela y Bolivia son: mayores libertades económicas individuales y gobiernos cada día más limitados.
En el mundo predomina el sistema socialista que ha empobrecido a todas las naciones donde ha sido practicado, ahora con una vertiente denominada socialdemocracia maniobrada por los políticos para enriquecer sus bolsillos a través del trabajo de los demás. Cuando somos jóvenes esto nos interesa muy poco o nada, pero cuando comenzamos a producir nos preguntamos: ¿por qué debo declarar estos absurdos porcentajes para enriquecer a los que no hacen nada?
La respuesta está precisamente en qué tanto nos ocupamos de la política. Si queremos ser libres debemos asegurarnos de que el sistema que apoyamos para vivir en sociedad sea abierto, de libre mercado, de gobierno limitado y que proteja nuestros derechos como individuos. Para lograrlo debemos entrarle a la política desde jóvenes para que el día de mañana no nos digamos a nosotros mismos: ¿por qué diablos no me ocupé de esto cuando pude?
Es una realidad indiscutible que la política puede determinar nuestro destino. ¿La vamos a ignorar?
Por: José Miguel | Foto: weheartit.com
Redactador por primera vez para: www.codigonuevo.com