La historia no deja de sorprendernos con anécdotas de personajes que se creyeron súper poderosos pero en realidad son simples mortales.

Esa es la historia de este personaje de la fotografía. ¿Su nombre? No es necesario que lo diga, pues algunos lo reconocerán a simple vista y otros por la siguiente biografía. Pero atentos, porque algunas de las cosas que mencionaré a continuación puede que usted no las conozca o sean producto de mi imaginación.

Aunque siempre se creyó que este hombre era de nacionalidad iraquí, existió un fuerte rumor de que en realidad había nacido en un país fronterizo. A la fecha, nadie, ni siquiera él mismo demostró su verdadera nacionalidad. Algunos osaron por llamarlo ilegítimo aunque todos coincidían en que era un dictador.

Tuvo la dicha que algunos podrían llamar “milagro”, de llegar a la presidencia de un popular país petrolero. ¿Cómo? Aunque usted no lo sepa, a pesar de su poca capacidad intelectual y conocimientos muy pobres, este personaje fue designado presidente gracias a la intervención “divina” su padre putativo, o como él prefería llamarlo: comandante supremo.

Antes de que su padre putativo le cediera la presidencia en su lecho de muerte, este personaje tuvo importantes cargos dentro de la política del país petrolero. ¿El más relevante? Negociar la entrega de la tierra heredada a un grupo conocido como “los revolucionarios”, el cual había gobernado por más de 40 años a una pobre isla en quiebra ubicada en el “golfo pérsico”; muy cerquita de casa. Las malas lenguas dicen que en su juventud era conductor de buses en una conocida línea de la capital Bagdad, pero que no le gustaba trabajar; lo hacía por el sueldo.

Su permanencia en la presidencia fue algo tormentosa, pues todas esas dudas sobre su nacionalidad, la falta de léxico, su completa ignorancia en economía y toda una serie de malas decisiones acumuladas durante el periodo de su papá putativo hicieron que recibiera un país al borde de la ruina. Pero no se intimidó por eso, porque la popularidad se puede comprar con créditos bancarios, el poder puede imponerse por la fuerza y ahora tenía un sueldo considerablemente mejor al que tenía cuando manejaba los buses; estaba ganando en dólares.

Sin embargo, los ciudadanos de Iraq empezaron a llamarlo dictador y esta fue su perdición. Dicen que todo explotó un día en el cual este dictador ordenó expropiarle la nacionalidad a una popular actriz y cantante nacida en esa isla del golfo pérsico pero con nacionalidad iraquí. ¿Las razones? Ella había pedido públicamente a los Estados Unidos que “por favor invadiera con balas Iraq y que sacara del poder a esos desgraciados comunistas” (palabras de la actriz).

Y Estados Unidos oyó sus plegarias. Luego de varios meses sin saber sobre el paradero del dictador, por fin el 13 de diciembre de 2003 fue arrestado en una operación conjunta entre algunos funcionarios de la Fuerza Armada Nacional Iraquí y el ejército Estadounidense, mientras se encontraba escondido en una de las oficinas de la línea de buses en la cual trabajó.

El 5 de noviembre de 2006, tras dos años de juicio, este dictador fue condenado “a morir en la horca” por el Tribunal Supremo Iraquí. Dicen que dentro del jurado había incluso antiguos “compañeros de gobierno” y que fue un diputado que solían comparar con Hitler quien lo delató.

Un radiante día sábado 30 de diciembre de 2006, aproximadamente a las 06:05 hora local (03:05 GMT), el dictador fue ejecutado. Sus últimas palabras se las dirigió un pajarito que se acercó segundos antes de ser empujado. ¿Qué le dijo? Las primeras palabras nadie las escuchó, pero lo que sí oyeron todos fue: …y muerte.

¿Inmortales? La realidad dice lo contrario.

Por: José Miguel  |  Foto: lazlo jamf