Les quiero a contar una historia para que vean lo que le puede pasar a la educación y salud pública, si se privatizan. ¡Historia apta para todas las edades!
Todo cambia
Cada nueva invención en la tierra, al principio ha sido cara o de acceso limitado. Lo nuevo y creativo siempre nos sorprende, y usualmente solo aquellos con poder adquisitivo (los “Ricky Ricón”) son los que pueden obtenerlas inmediatamente; o el Estado.
Pero todo cambia.
Empecemos por la luz eléctrica
En sus primeros años de invención, la luz eléctrica y los bombillos eran de acceso exclusivo de la clase alta. El trabajador normal no podía tener luz eléctrica en su casa. ¿Se imaginan eso hoy día?
Bueno, todo cambia.
Lo mismo pasaba con el automóvil
Los primeros años del automóvil, este producto era considerado de lujo. Solo los “Ricky Ricón” podían tener carro. ¿El resto? A caballo o con Fernando… un poquito a pie y otro caminando.
Pero eso también cambió.
Luego podríamos hablar del aire acondicionado, la radio y la TV.
En los primeros años de ser inventados, no todos podían acceder a estos aparatos. El hombre común no tenía oportunidad de comprarlos.
¿Qué pasó? Ah, eso también cambió.
Por último, mencionaré los celulares.
¿Se acuerdan de esa época cuando solo la gente con plata (dinero) tenía un celular de esos «bloque» puesto en las orejas? “Wow! Yo nunca tendré uno porque eso es para ricos”, decían algunos.
¡Adivinen! Eso también cambió.
Lo que lo hace cambiar
¿Qué hizo que de ser “solo para los ricos” en una época, la electricidad, el automóvil, el aire acondicionado, la radio, la TV y el celular sean ahora artículos comunes en la vida de todos los seres humanos? La respuesta es simple: La producción en masa.
– “Ya va, José Miguel… ¿Qué es eso de “la producción en masa?”
Bueno, que lo que antes se producía en pocas cantidades, como la energía eléctrica, los bombillos, los carros, el A/C, la radio, la TV y los celulares, ahora hay miles de empresas haciéndolo en grandes cantidades. Hay tantas empresas haciéndolo, que usted puede elegir su marca favorita de bombillos en una tienda y compararlos con 100 más. Igual pasa con los carros, los A/C, la radio, la TV y los celulares.
Las empresas compiten entre ellas para ganarse nuestro dinero, ¿No te parece maravillo? ¡Compiten por nuestro dinero!
A eso que llamé “tantas empresas haciéndolo” se le conoce con el nombre técnico de “oferta”. Y a eso que llamé “nuestro dinero” los economistas lo llaman “demanda”. ¿Lo ven? Oferta (empresas) y demanda (clientes). Fácil, ¿no? Sigo…
Llegó el momento analizar el cuento:
¿Por qué cada nueva innovación ha sido inicialmente solo para los «Ricky Ricón», o de acceso limitado? Fácilito: Porque al principio, son pocos quienes lo hacen (oferta) y cuando la oferta es poca, los precios son altos. ¿Lo ves? ¡Claro que sí!
Antes eran pocas empresas las que ofrecían luz eléctrica, bombillos, carros, A/C, radios, TVs y celulares. Hablando técnicamente: había poca oferta. Pero la producción en masa y la competencia hicieron magia: todos ahora podemos tener uno de cada uno, o más. Cool ¿Ah?
– “José Miguel, ¿y qué rayos tiene eso que ver con le educación y salud pública?»
Ah, pues, mijo, que la educación y salud pública limitan el número de empresas ofreciendo los servicios. ¿Y qué pasa cuando hay poca oferta? La vaina es cara, ¿Te acuerdas?
– “José Miguel, ¿Estás queriendo decir que si más empresas ofrecen salud y educación (oferta) y compiten entre ellos, tendremos educación y salud más baratas?”
Pasó con la energía eléctrica, los bombillos, los carros, A/C, radio, TV y celulares. ¿Por qué no con salud y educación?
Y eso sería lo que le pasaría a la educación y salud pública, si se privatizan. Simple: entran en una cadena de producción. Unos querrán ser mejores que otros ofreciéndolas, competirán y nosotros (la demanda) podremos elegir en dónde demonios queremos estudiar y que nos atiendan.
Y si de la ecuación sacan a la trampa del subsidio Estatal en la salud y educación, los precios se desplomarían aún más seguramente, pero eso será un tema de otro texto.
Por ahora: ¡Privaticen la salud y la educación!
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.