A un mes del colapso eléctrico de Venezuela, las fallas en las telecomunicaciones y la acostumbrada censura en medios tradicionales sumerge a Venezuela en la desinformación.
Solo quienes tienen conexión a Internet pueden enterarse a duras penas -dada la precariedad del servicio- de lo que sucede. Es una situación grave propiciada por un régimen totalitario que entiende que la desinformación es un arma política muy poderosa.
Un ciudadano informado y con ideas es peligroso para el proyecto comunista. En años anteriores, la política del chavismo fue descalificar y perseguir a quienes cuestionaran al poder, pero la línea de persecución va de la mano con el control de los medios de comunicación, las telecomunicaciones obsoletas y los apagones que reducen al millones de personas al aislamiento del resto del país y del mundo.
La tendencia probablemente empeore en los próximos días. Si quieres hacer algo contra el régimen de Nicolás Maduro, informa a los que no están enterados: la información es poder, y ellos lo saben.
Que la información, además, nos dé herramientas para cuestionar al poder. Basta de alimentar ídolos. Veinte años de mesianismo han sido suficientes.
Por: Vanessa Novoa