Irse de Venezuela no es fácil; quedarse, tampoco. Pero les cuento que cuando nos volvamos a juntar será aún más difícil.
Les explico porqué…
No ha sido fácil para la generación venezolana de los años 1970 a 2000, vivir algo para lo que -hay que aceptarlo- no sabíamos cómo enfrentar: El éxodo. La miseria. El encierro. En una sola palabra: el socialismo.
Crecimos en una burbuja que explotaba a cada rato, pero a la que le ponían un parche de petróleo cada vez que se reventaba. Mientras tanto, quienes nacieron en los 70, 80 y 90 andábamos derrochando nuestra juventud. ¿Qué más podíamos hacer? Recuerdo que a mis 23 fue que yo empecé a entrar en conciencia de lo que nos estaba pasando. Mientras tanto, mi mundo se reducía a: La universidad, mis amigos, mi novia, la cerveza. Yo en eso y en mis narices: un grupo de izquierdosos se agarraba el país para ellos.
No es para sentir culpa, pero la generación del 70, 80 y 90 de venezolanos simplemente no teníamos ni puta idea de la importancia que tiene una simple palabra: Libertad. Nos sonaba “académico”, “aburrido” y ¿Qué más libertad que beber todos los fines de semana? Crecimos engañados entre las maniobras mediáticas de la izquierda sobre “la democracia”, “los derechos sociales”, “el Estado todopoderoso” y “ser rico es malo”. Todos esos cuentos que les debemos a todos los medios de comunicación venezolanos, nos hicieron llegar a este mierdero.
Y así, sin previo aviso, se nos fue acabando la cerveza, la universidad, los amigos, la fiesta, la socialdemocracia pues. O mejor dicho: la socialdemocracia nos terminó facturando con su cobro favorito: el comunismo. Nos tocó agarrar las pocas vainas que nos dejaron y salir en carrera de Venezuela. A otros siemplemente no les dio tiempo y se quedaron presos. Repito: Irse es difícil; quedarse también. Pero más difícil será “regresar”.
Vengan las razones a continuación
Así como a quienes somos de la generación del 70, 80 y 90 de Venezuela nos tocó aprender la importancia de la libertad perdiéndola y a los coñazos, más es el aprendizaje en el camino, en el destierro y en el encierro mismo. Tenemos un compromiso muy grande con nosotros mismos, mis panas: De recuperar Venezuela, necesitamos hacernos con dos cosas: El poder político y el poder económico.
Quien esté creyendo que recuperar Venezuela será para regresar a beber, joder, ir para los cayos, para Margarita, para Mérida, que sin Maduro y pandilla todo será una fiesta está cagándose en los pantalones. Si bien la generación del 70, 80 y 90 no pusimos a Chávez en el poder, somos responsables por no haberlo sacado. De recuperar a Venezuela, tenemos un compromiso sin precedentes: Blindar al país para que no nos vuelva a pasar.
Olvídense del: “yo no soy político” o “hacer política nos hace igual de corruptos”.
De recuperar Venezuela, ¡Tenemos que hacer política, y mucha! Pero tenemos que hacer política para desaparecer las ideas de izquierda del territorio nacional. Hacernos con el poder político y económico significan dos cosas, cuando recuperemos Venezuela:
- Nuestro objetivo supremo debe ser: producir valor.
- Nuestra moral suprema deber ser: el capitalismo puro.
No hay peor enemigo para la izquierda, que esas dos cosas.
La generación venezolana del 70, 80 y 90 tiene que ser el ejemplo para las siguientes generaciones: Tenemos que desaparecer del ámbito político y económico a toda la izquierda, en todas sus presentaciones. No habrá una Venezuela libre mientras la izquierda sea la única que haga política. No habrá una Venezuela mejor si creemos que nuestra salvación son los políticos de la vieja escuela.
Los venezolanos tenemos que hacer este juramento antes de merecernos una Venezuela libre:
- Haremos política de derecha
- Produciremos valor
- Haremos justicia por cada delito cometido en este periodo chavista y mudista
- Nos aseguraremos que ninguno de la MUD llegué al poder tampoco
Es elemental -mis panas- que así como tenemos claro que con los chavistas tenemos que ser radicales, con quienes representan la falsa oposición tendremos que serlo aún más. ¡No podemos dejar el país en sus manos de nuevo!. Ni un Capriles más. Ni un Leopoldo más. Ni un Borges más. Ni un Allup más. Ni un Julio Coco más. En resumen: No podemos darle poder a quienes representan la centro, mediana, suave, bonita izquierda; o como ustedes lo quieran llamar.
Después de esto que nos ha tocado vivir, creer que cualquier político de UNT, PJ, VP, AD, COPEI, AP, etc. se merecen otra oportunidad, es señal de que nosotros aún no nos merecemos una Venezuela libre.
El compromiso es brutal, mis panas.
Tenemos que hacernos con el poder económico, el poder político y blindarlos para que más nunca -PERO MÁS NUNCA- la izquierda venezolana los vuelva a tocar. Así que, si usted está afuera o dentro del país y cree una vez salgamos de estos desgraciados, podemos volver a nuestra vida de locura y derroche, está bien pelado.
El regreso -mis panas- será aún más difícil. El regreso, reecuentro, reconstrucción -como más les guste- requiere compromiso, requiere valores, requiere acciones contundentes y requiere trabajo, mucho trabajo para que esta mierda no nos vuelva a pasar.
La Venezuela de fiesta y diversión se quedó atrás.
el socialismo nos la vendió a cambio de quedarse ellos con el país. La Venezuela de libertad, desarrollo y trabajo duro requerirá: Compromiso, hacer política y producir.
¿Están preparados, Venezolanos de los 70, 80 y 90?
Por: José Miguel
Originalmente publicado como HILO en Twitter:
Irse de Venezuela no es fácil; quedarse, tampoco. Pero les cuento que cuando nos volvamos a juntar será aún más difícil.
Les explico porqué en este
[HILO] .
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.— Jose Miguel (@JoseMiguel_PG) July 20, 2018